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Había transcurrido ya una semana desde la mejor salida al cine que los dos chicos pudieron tener.

Se acercaba la temporada de exámenes y todos los estudiantes de tercer grado estaban hechos un lío. Si te topabas a uno de ellos, era inevitable sentir el estrés y ansiedad que los acompañaba a cada segundo.
Y por esa misma razón, jimin tenía citas 4 días a la semana con el psicólogo de la escuela.

Hace ya varios años, cuando jimin vivía en busan, una de sus profesoras de había recomendado a él y a su madre que el chico asistiese a un psicólogo, ya que la joven educadora había notado cambios muy repentinos de humor en el chiquillo cuando este se estresaba demasiado. Y como si este tipo de propuestas ya fuesen rutinarias, ambos se negaron rotundamemte.

Ahora, sin una madre que lo protegiera de psicólogos y los profesores entrometido. Y con un hermano que ahora pagaba sus citas con el psicólogo. Sin querer admitirlo, se sentía un poco más en paz, y gracias a las medicinas que le recetaban, sus cambios de humor se volvían menos.

[...]

—¡Ey! Vamos, quita esa cara larga. De seguro el pequeño jimin debe de estar un poco ocupado con eso de los exámenes—jisoo intento tranquilizar a su primo antes de que callese inconsciente sobre su puré se papa, debido a la expresión moribunda que tenía ahora mismo.

El chico no sólo estaba preocupado por aprobar el examen de admisión. Desde que llegó a casa se venía preguntando la impresión que había dejado en jimin, y mientras pasaban los días, la idea de que el pelirubio ya no quisiera verlo nunca más le afectaba cada vez más.

—Pero, le di mi numero de teléfono, si lo que dices fuese cierto, me hubiera mandado un mensaje diciendomelo.

—Apenas tuvieron una cita y kookie ya es un controlador. Deberías comenzar a caminar con el otro pie.—comentó su amigo mientras volvía a llenar su boca con el puré que jungkook no estaba comiendo.

[...]

—...Y creo que esta comenzando a gustarme, por eso no quiero que conozca esta parte de mi.

—¿Sabes que el puede estar pensando lo contrario? Si lo evitas el pensara que no te agrada, y le estarás haciendo daño a él, y a ti mismo.

—Entonces, ¿propones que me acerque y le hable? ¿Que pasa si de repente tengo otro episodio?

—Gracias a los medicamento, que espero te estés tomando. No puedes tener más de un episodio por día. —comento el señor lee, con un aura tran tranquila, como era costumbre. —Espero y estés tomando tus medicamentos, jimin. —Amenazó, arqueando una ceja.

—¡Si lo estoy haciendo! Todos los días me tomo tus malditas pastillas, que no sirven para un mierda.

El doctor lee no contesto aquel ataque verbal, limitándose a escribir algo en su pequeño block de notas.

—Entregale esta nota a tu hermano, parece que los medicamentos que estas tomando actualmente no son suficiente. —El esbelto hombre se levantó de su sillón, haciendo notar su gran tamaño, y le extendió la pequeña hoja que había arrancado con anticipación de su pequeña libreta.

Jimin, tomó el pedazo de papel de mala gana y salió sin rechistar de la oficina. Una vez fuera, se sentó en una de las bancas del pasillo y se tomó el tiempo de relajarse.

La apariencia relajada y el aura tan pacífica que emanaba aquel hombre, lo sacaba por completo de sus casilla. Solo por el hecho de que nunca podría llegar a ser igual él.











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⏰ Última actualización: Apr 16, 2020 ⏰

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•ʙɪɢ ᴇʏᴇs• | »Kookmin«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora