The Sun got the Hunter

CAUGHT

Hola, muy buenas las tengan, un gusto saludarlos de nuevo con otro pequeño aporte para la comunidad.

Vi "The witcher" hace un rato, y me dije !joder, casi no tenemos historias de castillos y príncipes en Ereri!, o tal vez si y casi no lo he visto, pero al final, necesitaba algo con este tipo de trama de inmediato. No es parecido en lo absoluto creo, no lo tengo planeado así hasta ahora. Ya veremos que sucede. Mientras tanto les dejo mi escrito a su disposición, tomen en cuenta que fue en un arrebato de locura y amor. Por el momento no hay sabroseo, pero en el siguiente seguro, no hay mucho por advertir.

Eso si, como esta algo inspirado en el aire mítico de The Witcher, la narración es algo más lenta y poética, por lo que si esperan leer al principio cochinadas, lamento decirles que tal vez, y muy a mi pesar esta historia no es para ustedes.

La historia es mía y los personajes le pertenecen a Hajime Isayama, el que quiere abrir un spa próximamente.

•••

La maleza se abría paso, el ruido de las pesuñas contra las puntiagudas rocas del suelo le daban un eco ensordecedor. La hojas eran agitadas por los movimientos rápidos, fieros de la huida, y todo daba vueltas, no parecía haber salida, todo se veía exactamente igual que minutos antes, los arboles, las marcas de huellas sobre el escaso fango.

En el aire silbaba el hambre que sin piedad reclamaba una vida por un día más de supervivencia. El inocente fue arrastrado en el suelo, entre las hojas marchitas, los matorrales y el lodo que le llenaba el pelaje al igual que eran ensuciadas las botas del letal cazador. Las ramas crujían con su andar, y el fuego borbotaba ansioso por realizar su cometido, o el que se le había encomendado.

El hombre tomo entre sus manos el cuchillo y se dedico a retirar primero las partes que no le serian útiles, guiado por la experiencia sacó lo suficiente del animal para alimentarse por la noche y por la mañana, no habría posibilidad de comerla después, se pudría mas rápido de lo que le gustaría. Al haber seleccionado lo necesario, tomó todo lo demás y lo arrojó a un lado del barranco, no quería atraer alimañas.

Como si se tratara de un simple bocado, el cazador termino con su cena en un santiamén, apagando el fuego hundiéndose en su chaqueta harapienta y vieja pero libre de tierra. Mejor desnudo que sucio, era el mantra que se repetía para seguir su inquebrantable tradición de mantenerse impecable aún en tan deplorable estilo de vida.

Se encontraba ya sumido en los brazos del descanso, cuando oyó algo como la tierra siendo apastada a lo lejos, no era su imaginación ni su permanente paranoia, sabia que había alguien o algo a su al rededor. ¿Pero, qué hacía si no podía mover ni un dedo?, era extraño y aterrador, no podía hablar, no podía hacer ni un ruido, como si el sueño lo atrapara despierto. Su panorama se tornaba oscuro, los ahora pasos se aproximaban junto con cada pensamiento pesimista de parte del hombre. Podría jurar que algo lo mantenía atado al suelo, engarrotaba su cuerpo entero y lo dejaba por fuera como una presa fácil, la desesperación era tal que la probabilidad de volverse loco ya era contemplada. Con un intento más de su resistencia a dejarse morir tan fácil, tomó fuerza y con pesar, como al final de sus esfuerzos pudo abrir un ojo; ya le fue mas fácil abrir el otro y hacer muecas de lucha imparable, sentía que cien kilos lo aplastaban contra la suciedad, estaba logrando una tarea extremadamente difícil. Después de unos segundos sus músculos tensos salieron del sopor del miedo, y tomando una posición defensiva en cuanto pudo recuperarse, se perdió entre los arboles que rodeaban su improvisado campamento. Los ojos de su yegua lo veían expectantes desde el otro lado del refugio, lograba ver el reflejo de la luna en su pelaje negro, y verla tan tranquila le brindo un poco de alivio. Sostuvo la empuñadura de su acero con fuerza y con el rostro libre de cualquier rastro de preocupación esperó por un sonido, un movimiento.