Se despertó de asustado cuando sintió un golpe en su cabeza y un cuerpo revolotear en la cama con demasiada emoción. Los párpados le pesaban por el sueño que aun continuaba presente, y se hicieron aun más inaguantables cuando la luz entró sin piedad a la habitación. Habían abierto las cortinas de su cuarto sin permiso.
Abrió los ojos molesto y agotado por la fiesta de cumpleaños que se había extendido mucho más de lo que hubiera deseado. La persona a su lado había comenzado a parlotear sin detenerse a pensar en si Ty la estaba escuchando. Refregó sus ojos y miró con el ceño fruncido a su hermana melliza.
-¿Qué haces aquí?
-No me mires así, Ty.- Livia sonrió a la doncella que había abierto las cortinas y les dejó una bandeja de té sobre el alféizar de la ventana antes de marcharse.- Tengo que contarte mucho sobre anoche y creo que tú también.
-No sé de qué hablas.- Tiberius se quitó las sábanas de encima y caminó hacia la ventana. No llevaba su camisa de dormir por lo que sintió la brisa fresca en todo su torso. Debajo de la torre, los jardineros y doncellas ordenaban los restos de la celebración.
-No seas exhibicionista- Livia le arrojó una bata de seda-. Hermano, ven aquí. En serio, en serio, necesitamos hablar.
Seguido por la urgencia de su hermana, Tiberius no tuvo más remedio que acomodarse en la cama para oírla hablar. Ella se vio complacida y sirvió el té mientras comenzaba.
-Te vi con la hija de la emperatriz. Madre estaba complacida.
-Sí, bueno. Fue una exquisita compañía durante la velada.- Se encogió de hombros.- Si madre está complacida supongo que ya no hay nada que hacer.
-¿A qué te refieres?- Livia tomó de su taza de té con una expresión de confusión.
-Durante la noche dijo que se encargaría de que tuvieras a alguien que te provea. Eso significa que haría lo mismo conmigo. Después de todo, seré el rey y necesitaremos una reina.
-¿Te comprometerás?- Tiberius asintió.-¿Cuándo lo supiste?
-No es algo que madre me haya dicho. Solo es un hecho a futuro. No hay mucho que pueda hacer con eso.
-Puedes negarte.
-¿Puedo?
-No...-ella respondió con decepción. Tiberius había dejado de sentirse así.
-Dijiste que tenías algo que contarme ¿Tiene algo que ver con el escocés?
-Muy astuto.- Livia sonrió.- Es un fastidio.
-¿Lo es?- Se sorprendió.- Creí que te había agradado. Te mantuviste a su lado toda la noche.
-Hasta esta mañana cuando madre insinuó sin muchas vueltas que espera que haya sido amable con él porque está invitado a quedarse en el castillo. Está buscando que me pretenda. Ha arruinado la diversión.
-Pero te agrada.
-Eso no importa. No dejaré que ella decida por mí. Mucho menos quien será mi compañero de vida. Prefiero jamás casarme y luchar por ello. Suficiente ha sido con su elección a la corona.
Tiberius trató de no verse ofendido pero supo que falló. No era culpa de su hermana. El odiaba tanto la idea de ser rey como ella anhelaba el trono. Sabía perfectamente que no solo era su poca predisposición para gobernar, sino su conciencia a saber que como rey sería un completo desastre. Todo lo que su madre había construido caería sobre sus manos incapaces. Durante toda su vida nadie había confiado en él. Siempre era demasiado ingenuo, luego demasiado distante, y luego de nuevo era demasiado pensador. Siempre le faltaban dos pasos antes de llegar al ideal y cuando avanzaba uno, acababa por retroceder cinco. Sin embargo, ser conciente de su incapacidad para liderar no le hacia mas fácil digerir que su hermana también lo pensara.
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El Príncipe de Plata
Fantasyuniverso alterno kitty [Kit Herondale y Ty Blackthorn] Donde Tiberius Blackthorn es el próximo en la linea al trono por ser el varón de los mellizos. A unos meses de su no ansiada coronación, la reina organiza una espléndida fiesta repleta de cortes...