15.- LA CRUDA VERDAD.

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Lo mire como si todo fuera una maldita pesadilla

-Oh por Dios.-dijo asombrado- eres tú.

Fruncí las cejas y apreté los labios.

El me miraba como si fuera un fantasma yo lo miraba como si fuera mi peor enemigo.Intentó acercarse a mi, pero yo retrocedí rápidamente chocando con el pecho de Thomas. Este puso sus manos en mis hombros y los apretó dándome fuerzas.

Mi padre se detuvo ofendido y bajo la mirada.

-Ha pasado mucho tiempo..-lo interrumpi.

-Quince años, quince años pasaron desde que abandonaste a tu mujer y a sus dos hijos.-dije furiosa.- claro que ha pasado un largo tiempo.

Levantó la mirada y dejó ver sus agudos ojos.

-Tenemos que hablar.- pidió,

-Yo no tengo nada que hablar con usted, señor- enfatice bien la última palabra y pasé por su lado caminando hacia la puerta.

Bill McDaniels estaba muerto para mi.

-¡Jules, espera!-grito por detrás y yo caminé más rápido.

Me estaba acostumbrando a correr por este edificio, cada vez la hacía con más frecuencia. Ya sea para perseguir a alguien, o para escapar de él.

-¡ Señor!

Escuché la voz de Thomas llamando a mi padre. Sabía que estaba tratando de darme tiempo y se lo agradeceria luego

Me metí en el ascensor y cuando las puertas se cerraron, estalle en lágrimas.

Esto era mucho para mi.

¿Por qué tenía que habérmelo encontrado? ¿Por qué habla aparecido después de tanto tiempo?

Salí a la calle y comencé a caminar sin rumbo. Mi mente estaba perdida.

-Jules, detente!- gritó detrás de mí.

Cerne los ojos con fuerza. Ya no valía la pena correr

-Alejate de mi.

Me di la vuelta y lo apunté con mi dedo.

-No quiero hablar contigo, no quiero tener nada que ver contigo-. dije con rabia y casi gritando.

Todos estos años extrañando, y ahora me doy cuenta de que lo extrañaba intentando ocultar la rabia y el desprecio. Pero ahora que lo tenía frente a mis ojos, no había razón para ocultar mi odio.

-Soy tu padre, Jules.-dijo despacio.

-Yo no tengo padre-. respondí entre dientes.

Me di cuenta de que eso le había llegado justo a su corazón

Miró al suelo y apretó los labios,

-Sé que debes estar enojada... -lo interrumpi.

-Enojada no, furiosa si

Mi padre soltó un suspiro cansado,

-Tienes que saber mi versión de la historia Jules-. dijo.

-No, no, no, no importa cuánto intentes dejar como la malvada a mamá. Ella fue la que salió adelante con dos hijos sola. Ella fue la que nos crió. Así que di lo quieras de ella, eso no va a cambiar nada.-le respondí y él negó con la cabeza.

-No es culpa de tu madre, ella sólo era un bello ángel que sufrió por mi culpa.-me miró a los ojos. Por favor escuchame.

Le devolví la mirada, mirándolo fijamente a los ojos. Había imaginado tantas veces este momento cuando era pequeña. Pero ahora me daba cuenta de que era mejor no haberlo imaginado.

Dilemas de familia (SEMP2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora