CAPÍTULO 19

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Había desaparecido delante sus ojos.

Esfumado entre la nada.

A la altura de un vacío.

Estaba confundida.

Su vista no encontraba enfoque.

La batalla continuaba encendida bajo sus pies.

Delante sus ojos todo parecía moverse en cámara lenta.

Frunció el ceño.

Su cabeza comenzó a doler mediante punzadas que iban y venían al ritmo de una canción tortuosa.

El sonido a su alrededor se enmudeció.

Solo podía escuchar el pálpito de su corazón.

Y esa voz.

"Todo está perdido, ¿o me equivoco?"

Negó con la cabeza.

Y sintió otra punzada que le provocó un sollozo.

"Conoces este lugar".

Su afirmación era concreta.

Pero errónea.

—No es cierto, no había estado aquí antes —soltó en un susurro, estaba abatida, sometida por el dolor.

"¿Qué te hace pensar que miento?".

No supo cómo responderle.

"Recuerda, haz memoria".

Pero para ella era demasiado difícil pensar de aquella manera. Apartó de su cara los mechones de su cabello que le estorbaban y elevó la mirada, paseando sus ojos por el lugar que, conforme el paso de los segundos se transformaba.

No sabía dónde estaba exactamente.

El altar.

Delante suyo yacía aquel enorme trono, o lo que de él había quedado.

"Viniste con una misión".

¿Y? —cuestionó, aventurándose.

"No vas a lograrlo, el tirano es más fuerte que tú".

La fuerza, el poder, la ambición, ninguna indica qué tan indestructible es una persona —soltó.

Armada de valor.

Bajo la influencia de la adrenalina corriendo por sus venas, su cuerpo actuó, obligándole a darle la cara a aquella voz, aquella sombra.

Parecia no tener forma.

Pero, realmente, allí estaba.

Solo que no podía detallar como habría querido.

"No quiero luchar contra ti".

Esta, de entre todas nuestras conversaciones, siento que es la más falsa —repone la rubia con un tono pesado en su voz.

Aquella sombra se desplazó alrededor suyo, encerrándola en la niebla oscura que desprendía.

"Voy a luchar contigo, si me lo permites".

¿Crees que soy tan tonta? —se burló—. ¿Crees que voy a creerte?, ¿crees que voy a confiar en ti?, entonces estás siendo demasiado optimista.

"Mackenzie, tú necesitas de mí".

Ni de ti, ni de nadie —espetó.

Y como si jugara con su mente, le llevó a sus recuerdos, en lo más profundo de su mente, donde yacían guardadas bajo llave sus secretos, su vida, su origen.

Homeri Oddysea UniversumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora