Élite: Toda una vida

Capítulo 21: Alianza Mortal

-No te creo.

-No estoy mintiendo, tu me dejas hablar con ella y a cambio yo te devuelvo a tu amigo.

-Lo mataste, como tienes los santos cojones de venir aquí y burlarte en mi cara, como tienes los santos cojones de hablar de él, puto asesino. -Samuel se acercaba con gesto de rabia hacia Polo, desde el momento en que había escuchado que Guzmán estaba vivo todo en él empezó a ponerse en tensión, no se podía creer que encima le vacilara de esta manera.

-Jamás le haría daño, le sigo queriendo. Igual que quiero mucho a Cayetana, es la única que ha estado siempre ahí, pese a todos los problemas que he tenido, pese en lo que me he convertido siempre ha estado a mi lado.

-Deja de mentir...

-No te estoy mintiendo Samuel...tu y yo nos odiamos, y en ningún momento esto acabara pese a esta conversación, pero creo que ambos somos suficientemente inteligentes y conscientes de que Guzmán debe volver a tu lado y Cayetana al mío.

-¿Esta...vi...vivo? -Samuel pregunto con un hilo de voz mientras Polo de nuevo asentía, el camarero no pudo evitar que unas pocas lagrimas le cayeran por el rostro.

-Solo lo hice para intentar destruirte, escuchaste lo que yo quería que escuchases, pero en ningún momento por mi cabeza se paso la posibilidad de matarlo, en ningún momento le haría daño, a él no.

Samuel lo miraba extrañado, si ya le había parecido extraña la actitud de Polo al llegar a la discoteca, esa actitud que tenia el chico en ese instante, al igual que sus palabras eran totalmente opuestas a las del chico que lo amenazo en el hospital. Sus ojos eran distintos, su mirada era distinta...parecía que la humanidad que era incapaz de encontrar en el chico ahora mismo estaba ahí enfrente.

-¿Que ha cambiado?

Polo permaneció en silencio dando la espalda a Samuel y dando una suave calada a su cigarro.

-Porque algo ha cambiado es evidente...hace nada querías matarnos a todos, a mi me querías destrozar y ahora de repente te presentas aquí como un corderito y suplicas un trato, mientras me aseguras que no quieres hacer daño a nadie de mi alrededor.

-A ti y a tu hermano no os he mencionado en lo de no querer mataros.

-Si tanto me quisieses matar podrías coger ahora mismo una pistola y pegarme 2 tiros.

-Tu mismo lo has dicho Samuel. No somos amigos, así que dime aceptas el trato o no, la sicología de fingir que te interesa saber sobre mi guárdatela.

-Si, acepto, pero escúchame antes de irte – Samuel agarro el brazo de Polo cuando este se disponía a irse del lugar, el chico miro al camarero con rostro serio y sorprendido por esa reacción.

-¿Que quieres?

-Si alguien quiere puede cambiar...nosotros decidimos lo que queremos ser y como queremos que la gente nos vea, tu vida es tuya...no dejes que nadie influya en ella, porque algo me dice que ese chico que vino a verme al hospital no estaba viviendo su vida, y el de hoy si me da esa sensación.

Polo se termino el cigarro lanzándolo al suelo y salió del lugar mientras Samuel se quedaba ahí parado viendo como el vehículo se marchaba.

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-Esto es raro....esto es muy raro...lleva mas de media hora y aun no ha vuelto...no debió salir solo...no se porque narices lo he dejado salir solo.

-Nano, Samuel es listo. No hubiera salido si hubiera visto el menor peligro, además Polo estaba solo no hay nada de lo que preocuparse. -Contesto Omar.