El tipo deprimido

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Yo me burlé de aquel tipo, este tipo quería matarse, lanzándose del quinto piso, decía que no le gustaba nada en la vida, incluso lo placentero le disgustaba, ¡que pena!, pensé, "pero puedes probar ser un escritor" le dije, y me dijo que tenía muchos escritos, la mayoría eran de pensamientos muy profundos acerca del suicidio. Los leí atentamente.

-Oye, ¡estos pensamientos muerden!--le dije.

Me miró como quien mira al vacío.

-Los escribí en los momentos cuando más sufría, están escritos con una fuerte carga emocional.

-Pero...¡estos pensamientos son demasiado pesimistas! Aquí dices por ejemplo que te sentías inmensamente feliz cuando vislumbraste la posibilidad de suicidarte estando en lo alto de un edificio, y aquí dices que te gustaría matar a todos los humanos para liberarnos a todos del sufrimiento.

-...

Me miró simpáticamente y yo sentí que él tenía ganas de conversar por una eternidad conmigo, luego me sentí en un instante también así. Pero no exactamente así, era un "así" lejano, casi metafísico y onírico. Me sentía remotamente identificado con sus pensamientos.

--Escribo todo esto con la mayor seriedad posible--dijo él.

--Y hasta ahora, ¿qué ha hecho que no te suicides?

--Supongo que la inercia y el continuismo que presenta la vida, el hecho de que todo es impredecible, me masturbaba pensando que escaparía de mi sufrimiento pero solo me sentí mucho peor. Lo inoportuno es que cuando quise matarme de verdad mi hermana vivía conmigo y no pude suicidarme estando ella presente, era como si estuviera destinado a vivir después de todo.

--Wow, vaya, eres bastante interesante, humano deprimido.

--Yo solo quisiera desaparecer.

--El querer no hace realidad las cosas-- dije arrebatadamente.

-¿Cuál es tu motivo para vivir?--dijo el suicida de repente.

-Ah, pues... Yo solo vivo porque me encanta escribir, pero no es por ello exactamente, creo que vivo porque estoy vivo y no entiendo otra opción a estar vivo, aunque la mayoría del tiempo, ni siquiera pienso en esos temas existenciales, en mi mente solo están mi literatura y mi imaginación, y si algo me atormenta trato de solucionarlo lo antes posible y luego sigo escribiendo.

-Mmm... Eso es interesante.

-Sí, creo que en temas existenciales todos tarde o temprano o nos suicidamos o tenemos un pensamiento terco e inamovible que hace que vivamos.

-Oye, pero yo no estoy hablando ahora de suicidio.

-Ah, vale, disculpa, no pienso darte ningún consejo ya que no sé por lo que estás pasando ni que es lo que piensas, solo te diré que este mundo les pertenece a los locos.

-No te entiendo.

-ES MEJOR QUE SEA ASÍ.

-Bueno,... Creo que ya es hora de que te vayas, ¿no?

-Está bien, no me quiero ir sin más, así que te dejaré un regalo.

Le di un libro de mi autoría, fue el mejor que escribí en mi opinión, aunque hablar de mejor y peor era pensar en temas oníricos y metafísicos.

--Gracias, vuelve algún día--me dijo sonriendo.

Este chico me había dejado con una tristeza interesante, ¡lástima que el mundo sea para él tan macabro!, me dejó con una tristeza sugerente, con una tristeza dulce y abrigadora, una tristeza misteriosa, una cosa onírica en mi mente que haría que me interesara por los sentimientos humanos nuevamente.

Las luces brillantes de la ciudad japonesa me tranquilizaban. Luces y calles limpias.

¡Todos solo saben cosas superficiales acerca de todo!, pensé.

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⏰ Última actualización: May 04, 2020 ⏰

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