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Aquel pelinegro, con las manos ocupadas por sus cosas de trabajo, se encontraba apurado por llegar a casa y poder pasar una linda noche con su esposa.

Se maldecía internamente, estaba media hora retrasado, no le gustaba la idea de hacerla esperar tanto tiempo. Se despide lo más rápido posible de todos aquellos que aún se encontraban en la empresa, para sí poder llegar al auto.

Rompiendo ese día la costumbre de encender el radio para así evitar tener distracciones, conduce a una velocidad un tanto alta, de verdad el deseo de pasar tiempo con su esposa era bastante grande.

Decide acortar el camino por una calle poco transitada debido a la poca conveniencia de esta, aunque ideal para él, ¡vaya capricho de querer vivir en las orillas de la ciudad!

No se le hacía del todo extraño la excesiva neblina que había en ese lugar, nunca pasaba por ahí. Debido al frío que había, mantenía las ventanas cerradas, justo cuando aquella extraña neblina se hacía más densa, baja la velocidad, quedando a expensas de cualquier sonido, pese que solo se escuchaba un crujido.

Fue cuestión de segundos para quedar contra la bolsa de aire, sentirse asfixiado por el humo que entraba por las ranuras del metal del auto y los vidrios rotos.

La tos no lo dejaba en paz, antes de perder el conocimiento intenta bajarse del auto ya volteado, cuando se quita el cinturón un dolor en el pecho lo invade, sus piernas estaban débiles, no veía nada, sus pulmones llenos de humo, sangrando de varias partes del cuerpo. De una cosa estaba seguro, debía alejarse lo más rápido posible de ahí.


A media noche decide salir en busca de su esposo, preocupada porque algo haya pasado en el camino, pues había llamado a su empresa y le informaron que hace horas que había salido.

La policía no tardaría en legar, o eso esperaba, les había llamado tan rápido como notó la tardía de su amado.

A lo lejos el paisaje se iluminaba de colores cálidos y el humo se podía hacer visible pese al cielo oscuro de noche.

Rogando porque su esposo no estuviera ahí, camina en dirección a un lugar más poblado donde se encontraría con los oficiales.

La preocupación la comía por dentro, toma asiento dentro de la camioneta. El conductor le informa que de primera instancia irán a revisar el incendio, situación que tuvo que aceptar.

Las sirenas ensordecían, el calor era evidente, era un lugar lleno de personas. Baja de la camioneta con su suéter cubriendo su nariz, dirigiéndose a un lugar no muy lejano.

Abre espacio entre un grupo de personas que no la dejaban pasar, quería saber que pasaba, hasta que lo vio ahí cubierto de ceniza, sangre seca poco visible y quemaduras en todo el cuerpo.

Las lágrimas la invadieron, importándole poco lo que le decían, toma entre sus brazos el cuerpo, quitando la ceniza de su rostro siendo totalmente visible.

Devastada, con el corazón herido y la constante sensación de culpa, su esposo entre sus brazos, sin respiración ni palpitar.

Un alma vacía, sin ilusiones ni esperanzas; arrastrados lejos de la escena. Los oficiales supieron de su pérdida.

Sin poder decirle por última vez un "te amo", darle un beso o una caricia.

Aquella persona cálida y amable ya no lo sería más, ahora un ser vacío atrapado en un lago profundo, conocido como depresión.

HAPPINESS~Imagina {colaboración con blueglitter_ivii15}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora