ARRÉSTAME! │YOONTAE/TAEGI ○.｡o○.

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Apegado a una de las paredes del ascensor, TaeHyung se lamía los labios de vez en cuando ante la intensa mirada de YoonGi, quien lo recorría de pies a cabeza y sonreía de medio lado, en una especie de anticipación a lo que estaban dispuestos a hacer apenas ingresaran al departamento. Sin embargo, al llegar al piso indicado sus movimientos se volvieron cautelosos, como si disfrutaran de ir lento, jugando con los tiempos. Por ello, TaeHyung aceptó la copa de vino ofrecida por el rubio y lo esperó pacientemente sentado en el sofá de la sala, disfrutando de la vista hacia la ciudad que se iba oscureciendo rápidamente mientras YoonGi guardaba su arma de servicio dentro de una caja fuerte.

— ¿Brindamos? —sentándose a su lado, YoonGi chocó su copa con la de TaeHyung, sonrientes y relajados ante el buen ambiente.

— Tienes un lindo departamento —alagó el pelirrojo, todavía fascinado por la hermosa vista de la ciudad— ¿Hace cuánto tiempo vives aquí?

— Un año y... siete meses, si no me equivoco.

— Oh, no es tanto.

— Tiendo a cambiar de departamento cada dos años.

— ¿Por qué?

— No sé —respondió después de beber de su copa.

— ¿Cómo que no sabes? —sonrió TaeHyung.

— No sé —dijo entre risas—. Quizás me aburro de ver siempre lo mismo y por eso cambio de departamento.

— Espero que no te aburras de mí —hizo un puchero, lo que provocó en YoonGi una sonrisa mientras negaba con la cabeza.

— Dudo que pueda ser capaz de aburrirme de ti.

Ante aquella confesión que los hizo sonreír a ambos, cada segundo que vino después fue testigo de cómo sus cuerpos se fueron reconociendo el uno al otro, sin prisas, sin la necesidad de sucumbir al nerviosismo porque les bastó con reconocer sus miradas como para sentir la confianza de que estaban haciendo lo correcto.

— ¿Quieres más vino? —preguntó YoonGi mientras repartía suaves caricias sobre una de las mejillas del pelirrojo, quien negando con la cabeza tomó ambas copas vacías y las dejó sobre la mesa de centro.

— Ahora quiero —se acercó con cautela hasta que no hubo distancia entre sus cuerpos—...ya sabes —acabó susurrando a escasos milímetros de sus labios.

— Entonces tómalo —lo invitó YoonGi, consiguiendo que de manera inconsciente el pelirrojo se mordiera el labio inferior.

Y allí, entre sonrojos y respiraciones pausadas, sus labios se encontraron en un beso que pronto los llevó a reclamar el roce de sus cuerpos, en caricias que fueron abriéndose paso entre sus ropas hasta que YoonGi se aburrió de lo que estorbaba y acabó por desnudar al menor de la cintura para arriba.

— Tú también... quítate eso —señaló TaeHyung, ayudando al rubio a que se quitara la camisa y que luego lo llevó a no poder apartar la mirada del cuerpo del mayor, cautivado ante lo tentadora que parecía ser la piel del rubio y que lo hizo comenzar a delinear con sus dedos el torso de YoonGi, bajando lentamente su mano hasta llegar al filo del pantalón para desabrocharlo.

— Tae —quiso advertir haciendo uso de todo su autocontrol—, no... no tengo lubricante ni... condones —acabó susurrando ante el notorio sonrojo del menor.

— Oh... verás... —dijo removiéndose un tanto nervioso para alcanzar la mochila que había quedado olvidada junto al sofá. Al abrirla, el pelirrojo no sabía cómo mirar a YoonGi, por lo que sólo sacó lo que necesitaba y lo dejó en las manos del mayor—. Antes de que entraras en la cafetería... Joy... me regaló todo eso, pero estaba tan avergonzado que... no los miré.