Si Fuera Fácil ft. Zayn Malik

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Estaba en clase de inglés, tan solo faltaban treinta minutos para la hora de salida y hora y media para mi partido. Era un partido importante, ya que sería el último partido que vendría mi mejor amigo Louis, él se iría al terminar la semana (justo el día de mi cumpleaños) de intercambio por un año a Chicago. Tenía toda mi concentración en aquel partido hasta que la maestra interrumpió mis pensamientos.

-Chloe, ¿puedes repetir lo último que dije? -no tenía ni idea de qué era lo que estaba hablando, volteé a ver el reloj que se situaba atrás de ella rápidamente, marcaban las 2:30. Sonó la campana, justo a tiempo.

-Lo siento maestra, tengo que irme. -sonreí victoriosa.

Junté todas mis cosas, las guardé y salí apurada hacia las canchas de fútbol. Dejé mi mochila en las gradas y solamente saqué mi uniforme de fútbol. Me dirigí hacia el baño, una vez dentro comencé a quitarme la falda y la blusa del colegio, y los sustituí por mi playera de rayas azules con blanco con mi número (el "7", ya que este es mi número de la suerte) y mis shorts rojos con el mismo número, me puse las calcetas rojas y las espinilleras abajo de estas. Parecía un anuncio publicitario de la escuela, literalmente todo el uniforme tenía el nombre y escudo del colegio, lo único diferente era que tenía mi apellido en la parte de atrás justo arriba de mi número. Una vez lista, me puse mis tacos de fútbol rápido y regresé a las gradas a sentarme a comer junto con mis  compañeras del equipo. Mi mejor amiga Carol, estaba también dentro del equipo, así que me senté junto a ella.

-Hey, ¿estás lista para el partido?

-Estoy muy nerviosa, va a venir Louis y Harry a vernos. Quiero jugar bien por el último partido que verá Louis en mucho tiempo. -dije algo nostálgica, a penas caí en la cuenta que faltaban menos de cuatro días para que se fuera.

-Tranquila, lo harás genial. Eres la mejor del equipo. -le di un pequeño empujón.

-Cállate, tú eres la mejor.

-Bueno, ya sabemos que yo lo soy -reímos juntas-. En serio, tú tranquila, sólo enfócate en jugar, olvida que están ellos aquí, piensa como si estuviéramos en entrenamiento. -asentí.

Carol tenía razón, realmente no era un partido importante en la liga, para mí lo era porque quería impresionar a Lou. Agarré el sandwich que estaba en mi mochila, el cuál mi mamá había hecho para mí. Decidí no comerlo, los nervios me provocaban nauseas y sentía que si comía el sandwich terminaría vomitando toda la cancha. Lo volví a guardar en mi mochila y decidí ir con mi entrenador para empezar a calentar, solo faltaban diez minutos para que empezara el partido.

En el momento que vieron que empecé a calentar, todas mis compañeras se me unieron. Mientras nosotras calentábamos veíamos como llegaban las del otro equipo, al igual que las personas que iban a vernos jugar. A lo lejos pude ver como llegaba mi mamá y detrás de ella Louis y Harry. Los saludé a lo lejos ya que una vez que empezaba el calentamiento ya no podía irme, se sentaron los tres juntos y comenzaron a platicar, supongo que del viaje de Lou. 

-Ok, chicas acérquense -nos llamó mi entrenador. -Scarlett, ya sabes, portería. Isabel y Fer, defensas, protejan a Scarlett. Carol y Nat, mediocentristas. Chloe y Ale, delanteras. Intenten que el balón siempre esté arriba, traten lo más posible que no den tiros a gol y protejan la portería, ¿vale? -las seis asentimos y nos dirigimos cada una a nuestra posición, las demás quedaron en la banca.

Trataba de respirar hondo para calmar un poco los nervios.

-¡Vamos Chloe! ¡Dales una paliza! -escuché a Lou y Harry gritar, sonreí.

Traté de no distraerme y me enfoqué en el balón. El árbitro silbó dandole el comienzo al partido, nosotras sacábamos. Ale me pasó el balón, yo me lo llevé hacía la portería contraria a la nuestra, casi llegando a esta hice la finta de pegarle para despistar a la portera, se la pasé a Ale y ella metió gol. Empezamos bien, éramos buen equipo. Continuamos así en el partido, quedaban 15 minutos para el medio tiempo, yo tenía el balón, estábamos a punto de hacer la misma técnica cuando llegó una defensa atacándome, me pateó con todas sus fuerzas mi pie derecho (con el que juego cabe resaltar) haciendo que mi tobillo se torciera, caí completamente al pasto sintético. El árbitro marcó tarjeta amarilla, ya que había sido falta.