Mizuki bajo los hombros decepcionada, ya solo le quedaba poco tiempo para cumplir su objetivo de cambiar la mentalidad que tenía Ezel sobre sí mismo.
Sin embargo, ahi esta, esa criatura extraña sin pisca de delicadeza, sentado... acostado... No, mejor dicho "echado" en el sofa frente a la pantalla del televisor.
Al parecer el engaño de Haruto sobre la "magia" del televisor no duro mucho, la niña se veía bastante feliz viendo la tele mientras comia un pudin.
— Pudin... — Mizuki murmuró eso y sonrió, finalmente había encontrado algo quizás para agarrar enganche.
Sacando unos cuantos dulces escondidos para esos momentos de ansiedad por la universidad y uno que otro chocolates, la chica se planto frente al televisor evitando que Ezel continuará viendo la televisión, la niña hizo una mueca de molestia y se cruzó de brazos.
— ¿Tienes una nueva idea?
La chica no respondió, y mostró un pequeño caramelo — ¿Te gustan ?
Ezel no dudo en asentir, no podía negar que esas bombas de azúcar eran mas disfrútables en este mundo o que sea ahora era una infante, cualquiera sea el caso, él las amaba.
— Hace lo que te digo y tendras de esto.
La niña soltó una pequeña risa como burla, el plan era predecible y sonaba ridículo, no había manera de que eso funcionará, pero fingir no estaba demas.
Conseguiría comida y postres gratis, eso solo era como un bonus.
— Esta bien.
Ezel acepto, en el fondo era una especie fe guerra fría, no habría forma de que surgiera efecto un plan tan ridículo. ¿Sólo tenía que obedecer? Eso era fácil.
— Primero, sentarse con las piernas cruzadas — La chica universitaria comenzó con la primera orden, a juzgar como estaba la niña sentada, era indecente y podría dejar mas a la vista que la misma imaginación.
Ezel observo el dulce en la mano y asintió, se sentó como corresponde , y estiró su mano para recibir el premio.
— No, sigue asi cinco minutos y te lo daré.
Eso sonaba a trampa, aun así por mas que la niña lo intentará, se impacientaba rápido, ya sea por lo poco infantil que le quedaba o que en verdad podría llegar a ser incómodo estar con las piernas juntas por un largo tiempo.
"¿Como lo hacen?"
La pocision en si no era torturosa, de seguro alguien que ha pasado toda su vida asi, no habría probiema pero este no era el caso.
— Dulce, dulce dulce, dulce
Mizuki observo como su invitado comenzó a recitar esas palabras de forma consecutiva, eso se veía mas tenebroso fe lo usual por no decir que estaba recién empezando.
— Bien... Segundo punto... — Observando como la niña le quitaba el dulce y se lo devoraba como animal, está llego a creer que ni la excusa de que "fuera un hombre" explicaría ese comportamiento. Ezel iba mas alla de considerarse siquiera humano.
"Ya veo porque Haruto le dice gato"
Asi continuo Mizuki su tarde, drogando a una niña con azúcar para que esta le obedeciera, aun asi, arreglandole el cabello lleno de nudos y desordenado, con mucho sufrimiento de por medio, Ezel estuvo a punto de rendirse, el dolor de su cabello siendo jalado la hacía despertar y cuestionar mas la misma burla que había aceptado de Mizuki.
Aunque con esa práctica infernal del dolor y un premio mas alla de unos simples dulces, la universitaria había escuchado ese anécdota de Haruto, que la niña una vez intentó beber alcohol ¿chocolate de licor le valdrían?
Para lo que parecía ser un ex ladrón alcohólico, pareciera que si, con la prueba de uno de esos dulces, y decir que su premio sería media caja, valía suficiente.
Con una niña llena de azúcar y licor en la sangre, cosa que ya no es nada sano a juicio de cualquiera, la pequeña niña quedó completamente a la merced de la diabólica muchacha.
Obedeciendo sin dudar o tener raciocinio de ello. Fue como poco a poco el lavado de cerebro continuo por las horas que quedaban o hasta que la misma lo soportará sin terminar desmayada.
♦️♦️♦️
— Haru ~
Con el sonido agudo de una voz infantil, y un tanto perplejo, este rápidamente sintió como una pequeña persona lo abrazaba y le estaba dando la bienvenida. Haruto se quedó viendo a su ex-compañero, si es que el podría considéralo asi, en cambio ahora frente a él hay una tierna niña pequeña, con un moño en su cabello rizado, y vestido blanco con encaje que Pareciera mas que hubieran jugado con ella como si de una muñeca se tratara, la infante le tomaba la mano y sonreía felizmente.
— Adiestramiento.
Con un dulce en la mano y una sonrisa de oreja a oreja con un toque de malicia.
El chico se encogió de hombros, ¿no se supone que Mizuki era dulce y tímida? Aunque a este punto de la vida, no sabría decirlo. No por nada estudia teatro.
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¿Y en este mundo soy una niña?
Novela JuvenilHaruto, un joven que recientemente ingresó a la universidad, se ha topado con el mayor problema de su corta vida, y eso fue conocer a una pequeña niña que afirma venir de otro mundo.