Tengo muchas ganas de gritarle y darle una bofetada. Me parece casi imposible que Enrique me haya engañado. Cada día me decía lo mucho que me amaba y extrañaba. Lo que más queríamos era poder vernos después de sus vacaciones fuera de la ciudad y ahora que logramos hacerlo veo un mensaje que aparece en la pantalla de su teléfono.
Al momento de reencontrarnos me ha dado algo que siempre quise: una pulsera de ámbar. Ahora la observo y ha perdido todo el valor emocional.
Enrique aún no sabe que vi aquel mensaje, pero sé que mi expresión ha cambiado, no aguanto más y de un tirón me quito la pulsera y la dejo sobre la mesa.
—¿Viste eso? —Le digo a Enrique apuntando con la cabeza hacia su teléfono sobre la mesa. Mis amigos, Sam y Einee, se miran preocupados.— Te ha llegado un mensaje.
Es probable que este sea el peor lugar y momento para descubrir una noticia así, es el primer día de clases en la universidad, estamos en el casino y hay demasiada gente que podría verme llorar. Odio eso.
—Ven,vamos —me dice Sam, mi mejor amigo. Agradezco que a pesar de no saber de qué se trata todo, intente sacarme de aquí.
Enrique toma el teléfono y lee el mensaje. Al levantar la mirada finge estar sorprendido y lo único que me dice es:
—No sé de qué habla, no recuerdo nada de eso.
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No me dejes por él
Любовные романыHe comenzado a creer que el amor no me sonreirá jamás, dirán que soy una exagerada, pero después de descubrir que mi novio ha sido infiel, me he enamorado de un chico que parecía ser lo mejor del mundo, hasta que me confesó que es homosexual. ¿Puede...