capitulo unico

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Mew caminaba por un largo pasillo, tocando la pared con una mano a cada paso que daba. Sus pasos eran firmes y suaves aún cuando la oscuridad envolvía todo su alrededor, su único guía era aquella melodía que sonaba al final del pasillo.

El podía recordar perfectamente cuando corría en ese mismo lugar para alcanzarlo a él, siempre que él llegaba a casa a visitar a sus padre él se moría de la emoción de verlo. Él era su héroe y su ejemplo a seguir ese era su sueño de niño; ahora me siento un inútil y la tristeza es lo unico que me envarga cada día.

Pude escuchar la melodía muy cerca. Toque el bordo del marco con mis dedos. Quería entrar a aquel cuarto que guardaba millones de recuerdos junto a él, cuando tocabamos juntos, cuando él le enseño a tocar su primera melodía, aquel primer beso, aquella confesión de amor a través en cada tecla del piano, cada sueño formado a su lado. Ese cuarto era donde había nacido su amor hacia él, aún cuando fuera mayor que él no importaba, su único gran sueño era estar a su lado para siempre y cuidar de él. Ahora todo era imposible, ya no podría amarlo, debía dejarlo ir..

- Mew, estas ahí verdad - Gulf en todo momento había escuchado unos pasos sonar, Mew nunca había podido ser muy discreto para escabullirse

- como.. - Mew salio de su escondite haciéndole frente a Gulf, sus mejillas estaban rojas y sus manos temblaban un poco

- sabes que no debes salir solo de tu cuarto - Gulf se paro de aquella silla que estaba frente a un hermoso piano negro de madera fina y delicada. Se acercó a Mew y tomó su mano para guiarlo y sentar lo junto a él

- me hacen sentir como un inútil, puedo hacerlo solo. No necesito que nadie me ayude - Mew no pudo evitar apretar sus pequeñas manos y desviar su rostro sin mirar a ningún punto en específico

- sabes que tus padres no lo dicen por que seas un inútil. Ellos están preocupados por ti y llevará un poco de tiempo que recuerdes donde está cada lugar, no desean que salgas lastimado - Gulf volvió a tocar aquella melodía que me había dedicado, era dulce y relajante

- lo sé, pero.. Ya ha pasado 2 meses y he aprendido muy bien donde están las cosas en la casa sin ayuda, son muy pocas las cosas y lugares que me faltan por aprender - Mew giro para enfrentar a Gulf a la cara aún cuando sus ojos no lo enfocaban a él - se que estoy ciego... Pero no permitire que eso me haga convertir en alguien que de lastima o dependa de todo mundo

Gulf detuvo sus manos en aquellas teclas y observo él rostro de Mew, lo pequeño y dulce que era cada faccion, incluso aquel puchero instalado en su boca. Aún sabiendo que Mew no podía verlo a él, se sintió libre de verlo con toda la adoración y amor que tenía por él. Mew era y seria siempre su dulce niño. Él había quedado prendado de su belleza y pureza desde la primera vez que lo vio.

- recuerdas cuando nos conocimos Mew? - Gulf acercó su mano a aquella delicada mejilla y pudo maravillarse ante la suavidad de la piel y aquel exquisito sonrojo que se intensificaba.

- s-si, yo tenía 7 años y tu 14. Tus padres acababan de mudarse al lado y los míos salieron a saludarlos para conocer a los nuevos vecinos.. - Gulf puso un dedo en medio de los labios de Mew, queriendo él relatar la siguiente parte

- mientras nuestros padres hablaban tú, te fijaste en un niño que trataba de cargar una organeta él solo dentro de la nueva casa, le sonreís te de la manera más hermosa del mundo.. - Gulf no pudo evitar más estar cerca de aquellos labios y le dio un suave roce -.. Le dijiste a ese niño que lo ayudarías, que aún cuando eras pequeño tenías la fuerza de Hulk - Mew se sentía aún más avergonzado ante aquel recuerdo - me encanta verte sonrojado por mi causa - Gulf volvió a besar a Mew pero de una manera más profunda, mientras envolvía aquel pequeño cuerpo entre sus brazos. Al separar sus bocas él quiso terminar aquella historia - desde ese día, tu y yo jamás nos volvimos a separar, tu me pediste que te enseñara a tocar el piano, luego me pediste que fuera tu tutor en todas las materias y.. y luego me pediste que te besara, me llenaste tanto de ti, que ahora no veo mi vida si tu no estás.

EL PIANISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora