Un final... ¿feliz?

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¿Por qué es tan complicado el amor...?

¿Por que será que este mismo una palabra tan corta como "amor" dolía tanto pronunciar? sentirla era mucho peor...

Para Levi esa simple palabra le causaba confusión, dolores muy profundos y fuertes.

Un dolor que no se puede quitar con cualquier medicamento o pastilla, ni siquiera un curita podía quitar aquel dolor tan quemante del pecho.

Levi amaba a Erwin... Y él lo sabia ¿pero porque era tan difícil admitirlo? ¿Qué se lo impedía? ¿Orgullo? ¿Miedo... Pero, a que? ¿Al dolor?

-pero el dolor no existe...solo es la mente la que provoca el dolor...

Se dijo en la mente Levi mientras acariciaba los pequeños cabellos del rubio que se encontraba profundamente dormido en sus piernas.

-¡está decidido! ¡Se lo diré se lo voy a decir! No seguiré mintiéndole y mucho menos mintiéndome a mí.

-¡yo soy fuerte y todo lo puedo! ¡Que importa si me vuelven a lastimar! Lo que importa es que pueda guardar todos esos recuerdos valiosos que viví... Junto a la persona más especial para mí...

Y con estas palabras en mente se fue a dormir hasta la mañana siguiente...

Toc/ toc

Tocan la puerta... Levi se levanto de prisa , pero antes de abrirla, espero un momento y se recargo con la frente sobre esta.

-Quién... ?...
Dijo Levi aun sin abrir la puerta y con el corazon a mil por hora.

-ah... buenas tardes Levi... yo, vine por... Armin.
Contesto una voz profunda y tímida del otro lado de la puerta.

-ah... Claro... te entrego a Armin...
Susurro el pelinegro con el miedo y los nervios recorriendo cada parte de si.

-am... ¿Levi? ¿Está todo bien?
Pregunto el rubio al escuchar algo angustiado al pelinegro.

-...

-¿Levi?...

El pelinegro inhalo profundo y con el rostro enrojecido tomo la perilla con fuerza para abrir la puerta rápidamente saltando enseguida sobre el rubio.

el tiempo se detuvo por unos instantes
los brazos del pequeño ojigris rodeaban el robusto cuello del mas alto trasmitiendole toda la calidez que cabía en su esbelto cuerpo y recorriendolo como solo el calor de una manta echa por una abuelita haría,  llenandolo de amor desde la punta de sus pies hasta el último de sus cabellos.

-ah a... ¿Levi...?
sonó el rubio asombrado ante tal acto del pelinegro, se había quedado inmóvil ya que nunca se lo abria esperado.

El pelinegro con el corazón agitado lo fue soltando con suavidad, dejando caer sus manos hasta el pecho del rubio, y con una voz apenas audible... murmuro.

-¡listo! Yo... por fin... ¡lo eh logrado! Lo hice...

-Levi... ¿todo está bien?
Pregunto un confundido Erwin sosteniendo al más bajo con suavidad de los hombros.

¡¡TE AMO!!

YO AMO Y TE AMO ATI solo... a ti... Erwin.
Difícilmente acertó a decir, sintiendo como traviesas lágrimas comenzaban a salir de sus cristalinos ojos, con miedo a la respuesta del rubio, tomando todo el coraje que tenía para no huir de ese lugar, no, hasta oir la respuesta.

Los ojos de Erwin se abrieron como platos al notar como se acercaba lentamente mientras sus labios se juntaban unos con otros... Jalando un poco del cuello de su camisa ya que, pues... no alcanzaba... ni aun de puntillas.

Alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora