Capítulo 6: Wake me up when september ends

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El tiempo pasa demasiado veloz cuando eres feliz. Cuando estás al lado de alguien que te hace sentir tan bien. En menos de tres suspiros, el verano empieza a terminarse. El principio del fin. Los días empiezan a ser más cortos. Empieza la suave brisa del frío que se aproxima. Poesía disfrazada de días grises. La rutina del instituto sustituye a la de los besos en la orilla del mar, a la de trasnochar hablando hasta tarde. En fin, una nueva rutina más triste. Y toda nueva rutina, implica un cambio. Pocas para bien, muchas para mal. Y esta vez, no sería una de esas preciosas excepciones con la que la vida, o el destino, nos otorgaría la oportunidad de contemplar.

Nos situamos, domingo 14 de septiembre, a un día de empezar la triste rutina que ya mencionaba anteriormente. Franky se despierta con desazón. Son las 11 de la mañana, y apenas tiene ganas de dormir. Con apatía se levanta de la cama, sube la persiana, y deja que una suave brisa acaricie su cara. "Que asco te tengo septiembre", se decía para su mundo interior. Se dirige al sofá, desbloquea el móvil y le manda un mensaje de "buenos días, idiota", a Áfrika. La tristeza empieza a llover en su alma, y ya se ven los primeros charcos. Muchas dudas asolan su interior. Septiembre. Un mes triste para él. Siente como toca despedirse de todo lo bueno, como si no volviera a repetirse. Cómo una intuición. Un sexto sentido. Nunca le ha gustado sentir como se aproxima el frió invierno. Ni los días lluvioso. Odia con toda su alma que anochezca a las 6 de la tarde un día cualquiera en diciembre. Es triste. En invierno todo se vuelve oscuro, triste, como si todo lo bueno viviera en la penumbra de unos meses que aportan poca cosa a su vida. Sea como fuere, queda con Áfrika, pero en vez de quedar como siempre en casa de él. hoy quedan en casa de ella. "Es que mañana empiezo las clases, y mi madre no me deja salir, dice que aquí, lo siento .. "

El tiempo se para, segundo a segundo, como si el destino a veces se opusiera a nosotros mismos, haciendo que lo triste perdure más. Las horas han parecido días. Pero al fin llega la hora de salir de casa, e ir a verla. hace un día nublado, corre algo de viento. No es un día que invite a salir, pero que más da. Paso lento todo el camino, con la mirada perdida entre la gente que pasea distraída por la calle. Cómo si fuesen sin rumbo. Miradas tristes en días grises. Solía tardar en llegar a casa de ella unos quince minutos, pero hoy no, definitivamente no. media hora interminable hasta llegar al portal. Y la fecha y sus nombres que dibujaron aquel primer día en el portal, lucían hoy como carente de ese brillo especial que si lucía en los días de verano. Señales del destino, tal vez. Áfrika tardo poco en bajar, había discutido con su madre, y no le apetecía estar en su casa, así que le propuso de pasar la tarde en las escaleras. Con desgana acepto él. 

-Que suerte tienes tu Franky.

-¿Porque?

-No tienes que ir al instituto.

-Ojalá aun fuera, al menos me divertiría algo. No me apetece mucho estar en mi casa ahora.

-¿Que te pasa?

-Estoy triste ..

-¿Porque?

-Por ti ..

-Cuéntame ..

-No es mucho, odio que se acabe el verano, que te vaya a ver menos ahora, que cambien las cosas, que cambies ..

-¿Que cambie yo?

-Si, en tu clase esta tu ex, y es algo que no me agrada mucho. No es que sea celoso, pero este verano has estado con las que son tus amigas. Pero no sé, tal vez conozcas a gente que haga que cambies, que pienses de otra manera, que te coman la cabeza ..

-¿Tienes miedo a perderme?

-Llámalo así, o a que me olvides, que si nos vemos menos, otros ocupen mi espacio, y encima me pueden estos días tan tristes. Es un cúmulo de cosas. Te has enamorado de una persona triste, lo siento. (La abraza.)

Gritándole al silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora