EL NIÑO QUE QUERÍA SER ASTRONAUTA

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Había una vez un niño que quería ser astronauta. Buscaba el poder volar de planeta en planeta, saltando de uno a otro como si de un jergón se tratara. Quería detenerse en cada uno de ellos para disfrutar de las ventajas que amparaba estar dentro de los mismos. Pero deseaba llegar a la Luna.

Podríamos decir que Mercurio ,para él, era su familia, Venus su trabajo, Tierra sus amistades, Marte sus pasatiempos, Júpiter su pareja, Saturno su ciudad, Urano su interior y Neptuno sus sueños.

La voluntad de él era descubrir qué era la Luna, cómo era, qué cualidades tenía, quería posarse sobre ella, tocarla al menos una vez en su vida.

Había un motivo que le impidió disfrutar al completo de ella al llegar; el no haber disfrutado del camino hasta alcanzarla.

En su vuelo narraba que cuando estaba dentro de la nave se encontraba con demasiada comodidad como para salir de ella. La nave fue construida por él mismo de dentro a fuera, con lo que recogía todo tipo de placeres que cuando se disponía a salir de esta, ya no los encontraba con tanta facilidad.

Él no hacía mucho por descubrir el mundo exterior de la nave, pero un día quiso hacerlo, quiso salir de su zona de confort, se colocó el casco, se vistió con su traje y sin olvidarse de su tanque de propergol, se dispuso a realizarlo. Por fin hizo lo que llevaba tiempo esperando pero no se llegaba a animar, el salir y volar.

Por el camino se encontró obstáculos que le dificultaban el moverse de forma natural por el espacio, y chocó contra estrellas que fueron dirigiendo su camino hacia la Luna.

Ya no sólo se encontraba inseguro fuera de la nave, ya que dentro tampoco sabía qué dirección tomar... hasta que apareció la luz de la Luna, la cual le dio la suficiente energía para encontrarse tanto dentro como fuera de su nave con tanta seguridad que fuera desbordando alegría.

Antes de salir y conseguir su propósito, dijo que lo más importante fue el haber disfrutado de cada vuelo, cada intento, cada curva tomada hasta llegar a la Luna. Como él mismo dijo, estar en el espacio era como dejar la mente en blanco, mirar a lo lejos sin punto fijo, respirar y sentirse orgulloso uno mismo de ser quién es.

Cuando llegó a la Luna pensó que siempre había estado allí, que la conocía, la había tocado y sentido.

Pdri (Punto de reflexión individual):

¿Quién es ese niño?¿Cual sería la luz de la Luna para ti?¿Qué es la Luna?

Porque creo que para él era la felicidad.

Disfruta de tu viaje, sal de tu zona de confort, vive, quiere, sueña, siente, haz de tu vida un verdadero viaje espacial.


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⏰ Última actualización: Apr 19, 2020 ⏰

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