Prólogo

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-No puedo más Harry, esto es demasiado- dije sollozando frente a él

-No puedes hacer esto, no puedes dejarme Luz- me dijo mientras me limpiaba las lágrimas de los ojos y acunaba mi cara en sus enormes manos

-No sé como haz podido aguantar todo esto durante tanto tiempo, las criticas, los insultos, los chismes.

-No tienes que hacer esto, todos ellos quieren que estemos separados, yo no estuve nunca con nadie, desde la primera vez que te vi, siempre fuiste tu Luz ¿No lo entiendes? Por favor no me dejes.

-Para mí siempre, siempre haz sido tu Harry. Pero esto ya es demasiado, perdóname pero tengo que irme. Te amo y siempre lo haré pero debes entender que esto duele, y duele demasiado. Pensaba que este mundo tuyo era lo más maravilloso que pudiera existir pero ahora me doy cuenta que solo lastima y hiere… y no me quedaré para que terminen de arruinar mi vida y el gran amor que tengo por ti, perdón pero no lo hare. Te amo- dije con las lágrimas quemando mis mejillas mientras tomaba mi bolso y salía de aquella habitación de hotel.

Corrí todo lo que mis tacones y mi vestido negro me permitían, corrí porque sabía que él venía detrás de mí. Cuando llegue al lujoso lobby el coche ya estaba esperando afuera, limpié mis lagrimas lo más que pude y camine tranquilamente porque no quería que todos esos periodistas se dieran cuenta por lo que había pasado. No esta vez.

Leo me cubrió mientras salía del hotel, de pronto los flashes de las cámaras comenzaron a golpearme, y aunque ya me había acostumbrado tuve que cubrir mi cara mientras Leo me conducía hasta el auto. Pude oír de entre todas las voces de esos estúpidos periodistas la voz de Harry gritando mi nombre, pero no volteé esta vez.

-¿Haz terminado tu relación con Harry Styles? ¿Por qué? ¿Son ciertos los rumores del beso con la modelo Dayanna? ¿Volverás a México? ¿Qué pasará ahora con su relación? ¿Me puedes regalar una entrevista? ¿Has estado llorando? ¿Estarás en los premios esta noche?- los periodistas y camarógrafos no paraban de llamarme y decir cosas que seguían siendo hirientes para mi, tenia que salir de ahí.

Por fin logre ver el coche negro. Leo abrió la puerta para mí mientras empujaba a todos para que pudiera entrar, en el momento en que la puerta se cerró algunos camarógrafos comenzaron a caminar hacia la entrada del hotel y otros se dirigieron a la parte de enfrente del coche a tomar fotos. Harry estaba descalzo, con sus jeans negros rasgados de la rodilla y la camisa de botones blanca que dejaba sus tatuajes a la vista, se veía desesperado y tenia los ojos rojos, iguales o peores que los míos. Todos comenzaron a bombardearlo con las mismas preguntas que a mi y nuestras miradas se conectaron de nuevo.

-¿Esperaremos a Harry señorita?- me preguntó Leo, distrayéndome de la mirada que más amaba en este mundo

-No Leo, Harry no vendrá- dije con un hilo de voz- sólo necesito que me lleves al aeropuerto, después regresa por él para que pueda llegar a tiempo a los premios.

-Está bien señorita-arranco el coche mientras Harry comenzaba a ser atacado por flashes y cámaras. Y de un momento a otro el amor de mi vida desapareció entre todos los chismes y especulaciones que todas esas personas gritaban e imploraban por que fueran confirmadas.

Estaba destrozada. Con el corazón hecho pedazos. Con cada metro que avanzábamos lejos de aquel hotel me sentía cada vez más y más vacía. Sin Harry. Sin vida.

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