Capítulo uno*

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Esta historia está en proceso de corrección ortográfica. Solo los capítulos con distinta letra están corregidos.

Un conejo, sólo un misero conejo.

Al llegar a mi casa, encuentro a mi papá en la cocina, tiro de mala gana la bolsa donde estaba el conejo en la mesada donde esta cocinando, este sin mirarme sonríe y me pregunta:

-¿Mal día?

-Horrible, solo un maldito conejo, no había más animales.

-No te preocupes, amor, sabes que no nos hace falta nada para comer-me dio un abrazo, estaba sucio pero no me importó, al fin y al cabo yo tampoco estaba muy limpia-Bueno, ahora vete a bañar, que apestas a conejo-nos reimos.

Corrí al baño, me encerré ahi y me metí bajo el agua caliente, relajandome.
Después de 40 minutos decidí salir porque ya sentía el olor del estofado de mi papá.

Me vestí con una blusa azul, unos pantalones negros, me quede descalsa, como solía estar en casa, y el cabello suelto.
Me miro al espejo, mi pelo es castaño claro con mechas rubias naturales, ojos azules, piel blanca, y tengo 14 años, parezco un encanto, pero no lo soy.

Bajo corriendo al escuchar el llamado de mi padre a comer, y me siento en la mesa.

-¿Estas bien?-pregunta mi mamá, y sé a que viene su pregunta, mañana es la cosecha.
Lo había olvidado hasta que ella me lo recordo.

-Me había olvidado, pero ahora me da miedo-este es mi segundo año en la cosecha apesar de tener 14. Hace 2 años, en la cosecha yo tenía 11 años, pocos días despues cumplí los 12, por pocos días no salí en la cosecha, para mi primer cosecha ya tenía los 13, y ahora para la segunda ya tengo 14.

-Ya veras que todo saldrá bien, amor-sonríe mi papá.

Al terminar de comer y ayudar a levantar la mesa, subo a mi habitación para dormir, pero no lo logro, miles de pegruntas rondaban mi mente
"¿Quién saldrá eligido? ¿Saldré yo? ¿Qué pasa si salgo elegida? Morire, si, definitivamente, no tengo oportunidad.

Luego de horas y miles de preguntas rondando mi mente, logro dormirme.
Cuando me parecía que no había dormido nada, mi hermano mayor, Michael, estaba saltando encima mio para despertarme.

-ARRIBA, ARRIBA, ______, ______, ya es tarde.

-Mm, ¿Qué hora es?-pregunto adormilada.

-Las diez, falta una hora para la cosecha, arriba-me quedo unos segundos pensando.

-Michael, ¿qué pasa si salgo elegida?

-No saldrás, pero si sales, vas a ganar-me abraza fuerte, me da un beso en la frente y se marcha para que me pueda preparar.

Me baño en 15 minutos, al salir me pongo el vestido azul que mi mamá llevó en su cosecha y unas sandalias negras, con mi pelo suelto.

Al bajar, veo a mi hermano vestido con pantalones negros, una camisa blanca y zapatos de vestir negros.

Mi hermano es bastante apuesto: ojos azules, de un tono que solo los tenemos mi papá, mi hermano y yo en todo Panem, pelo totalmente rubio, y un cuerpo increiblemente modelado.

Camino a la plaza, yo iba en la espalda de mi hermanos. Al llegar, bajo de mi hermano, mis padres nos dan un beso a cada uno y se van al lugar donde mandan a las familias.
Caminamos de la mano a registrarnos, cuando lo hacemos, mi hermano me abraza, me da un beso y se va al grupo de varones de su edad, y yo al grupo de chicas de mi edad.

Y comienza la cosecha.

*Belu

Los juegos del hambre... SiguenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora