Capítulo Único.

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*Dibujo de portada: Lily de Wakabayashi.


Aclaración: Este fanfic fue escrito en enero de 2018 (siendo publicado también en esas fechas en FanFiction), cuando apenas daba inicio en el manga el partido aquí mencionado de manera que muchas cosas que puse no coinciden con lo que ya sucedió oficialmente en el "Captain Tsubasa Rising Sun". Así pues, tómese esto como un universo alterno.


Una apuesta por pagar.

En alguna parte de Europa.

Él entró a la habitación y le echó un rápido vistazo a las tres personas que ya se encontraban ahí, haciendo un gesto cuando vio a la chica sentada en la cama, muy tranquila y propia como si estuviese esperando el comienzo de alguna pasarela.

– Wakabayashi, ¿es una broma? –le increpó al responsable de esa humillación–. ¿Por qué está ella aquí? ¡Esto no fue lo que acordamos!

– En realidad sólo apostamos que bailarías desnudo, no especifiqué delante de cuánta gente lo harías –replicó el aludido, sin inmutarse–. Ahora que, si lo prefieres, invito a toda tu selección para que sea testigo.

– ¡De ninguna manera! –gritó el alemán, enojado.

Antes del partido de cuartos de final de la lucha por la medalla de oro en fútbol varonil de los Olímpicos de Madrid que se disputó entre Japón y Alemania, Karl Heinz Schneider y Genzo Wakabayashi elevaron la tensión del encuentro con una apuesta en la que había mucho por ganar. Schneider se había arriesgado porque sabía que su equipo tenía la capacidad necesaria para ganar el encuentro pero, desafortunadamente, en un giro inesperado de último minuto Japón consiguió empatar un juego que ya tenía ganado Alemania, enviando el partido a tiempos extras que no fueron suficientes para definir un ganador; por consiguiente, el equipo que pasaría a la siguiente fase fue determinado por una tanda de penales, en donde Genzo Wakabayashi habría de ser el héroe al detener el último tiro de Alemania, lanzado por Schweil Teigerbran. Como estrictamente hablando ninguna de las dos selecciones ganó el encuentro (considerando que los partidos que se definen en penales oficialmente se dan por empatados), Schneider creía que la apuesta quedaba anulada. Sin embargo, Wakabayashi lo sorprendió al decirle que, dado que ninguno venció al otro, ambos estaban obligados a cumplir con su parte del trato. El Káiser, de primera intención, se negó a pagar porque lo que él tendría que hacer rayaba en lo ridículo pero el SGGK le hizo ver que la recompensa que obtendría a cambio sería grande en verdad, de manera que al final el alemán acabó cediendo.

Pero ahora que estaba ahí, vestido únicamente con un bóxer, con Elieth Shanks mirándolo fijamente con una enorme sonrisa en el rostro, Schneider tuvo muchas ganas de claudicar y decirle a Wakabayashi que anularan su apuesta. Éste, sin embargo, no iba a dar su brazo a torcer.

– Bien, Schneider, no le des más vueltas al asunto, termina de desnudarte y ponte a bailar, ya tengo la música lista –le dijo Genzo, sin miramientos.

– No puedo creer que de verdad voy a ver al viejo Schneider haciendo esto –comentó Hermann Kaltz, la tercera persona presente en el lugar.

– Wakabayashi, ¿por qué tiene que estar Elieth presente? –insistió Schneider al tiempo que fulminó a Kaltz con la mirada–. Entiendo que Kaltz desee ver personalmente mi humillación pero no tengo por qué bailar desnudo frente a ella. ¿Por qué está aquí?

– Porque yo tampoco pienso perderme esto por nada del mundo. –Elieth le sonrió con dulzura.

– Vamos, Schneider, deja de protestar y cumple con lo pactado –insistió Wakabayashi, cruzándose de brazos–. Mientras más rápido comiences, más rápido acabarás.

Una apuesta por pagar [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora