Las luces del cielo pronto llegarían, acaparando el protagonismo de la gran Luna, pero nunca tomando toda mi atención, ya que esta le pertenecía a otro astro que, a mis ojos, brillaba más que cualquier luz del inmenso espacio.
- Changbinie~ - se escuchó su grave voz a la distancia, mientras corría hacia mi.
- Hola~ - no puede evitar curvar mis labios en una sonrisa.
Llegó a mi, dando pequeños saltitos emocionado. Su sonrisa alumbraba mi vista, brillando aún más que cualquier astro de este cielo. El oscuro de la noche se asomaba en el cielo, creando colores naranjos y rosados, que se reflejaban en el lago. Y sobre todo en lo grandes ojos de Felix, los cuales se convertían en pequeñas lunas cuando sonreía demasiado. Su mera presencia provocaba un sentido de paz en mi, que no me permitía quitar mi vista de su figura.
- Que haces fuera tan tarde? - rompió el silencio, y el aire que desprendió formó una estela de humo en el frío ambiente.
- Observo el atardecer... - aparté mi mirada al cielo.
Sentí como el pequeño de pecas se acomodaba junto a mi en el banco. Juntos, estudiamos cada brillo de la cúpula estelar. Ese negro azulado que, a cada segundo, pasaba a formar parte de nosotros, los únicos en ese parque. Miradas que parecían perdidas, pero que en realidad examinaban el todo que nos rodea. Pronto, la tenue claridad que se encontraba en la zona, desapareció por el horizonte. Esta deja un silencio tranquilo, para respirar delicadamente, como si el aire fuera más valioso que cualquier cosa. Bueno, no para mí, ya que lo más deseado y necesitado yacía junto a mi cuerpo, en ese mismo banco.
- Sabes? Yo vengo aquí todas las tardes...
Lo sé Felix, se pasó por mi mente, pero no lo dije. Yo descubrí este lugar gracias a ti. Yo también disfruto la vista, la tranquilidad, y observarte cuidadosamente desde ese otro banco, sin que lo notases. Porque si supieras esto último, no me tratarías igual. Yo admiro tu belleza, cada detalle de tu rostro, cada gota de tu personalidad. Pero creo que tú no lo entenderías.
Hay días en los que vengo y no te encuentras aquí. Decepción y soledad son los sentimientos que me poseen. Me recuesto en la banca, cierro mis ojos y hasta hay noches en las que caigo dormido allí mismo, teniendo los más asombrosos sueños. En ellos, trepo a las estrellas y te alcanzo, para aunque sea tomar tu mano, o rozar tu mejilla con mis dedos. Tan cerca, pero a la vez a millones y millones de kilómetros de distancia.
Eres como una esplendorosa obra de arte, que se exhibe en lo más alto de una torre, y solo el más digno puede llegar a tus pies. Y, a pesar de esforzarme tanto por lograrlo, seguía creyendo que yo no era el indicado. Mereces más Felix, tanto más como todo el universo. Puedes robar mi atención con un simple pestañeo. Eres impresionante.
- Felix, a que viniste hoy? - pregunté curioso, ya que era demasiado tarde como para ver el atardecer.
- Te vi en la distancia, así que decidí venir... - su voz era calma como un océano en la noche, bajo la iluminación de la luna, y cual espejo, refleja las estrellas.
Su respuesta me tomó por sorpresa. Felix había corrido hacia mi, solo porque quería verme. Para saludarme, en lo mínimo. Dejé de mirar el paisaje nocturno, y miré al chico que se sentó juntó a mi. Detallé en mi mente cada peca que tienes, tus grandes ojos en los que puedo ver el mundo entero, tu pequeña nariz que brinda ternura a tu rostro, tus algo rojas orejas por el frío de la noche, tu cabello que se balancea al son del viento, y tus labios entre abiertos que producían un haz de humo invernal.
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≪☆Como un sueño☆≫ ☪Changlix || one shot☪
Fanfiction❰Se sentía tan irreal... Tomar su mano, tenerle tan cerca pero a la vez tan lejos. Sentir que el mundo entero se encontraba en sus ojos, y que sostenía todo con esas pequeñas manos. Las únicas estrellas que necesito en mi vida son tus pecas, y la ún...