Prólogo

16 3 0
                                    

Las luces de mil farolas nos alumbraban desde el cielo, mientras lágrimas como cristales se deslizaban una tras otra por mi rostro.
Ojos como dos lunas, las cuales me veían como un depredador a su presa.
Mi vista rápidamente se nubló entre las tinieblas, dejándome un panorama espeluznante y frío.
Un bosque salido de un cuento para pequeños, acompañadas de un hombre salido de las más aterradoras películas de terror.
Ahí fué cuando todo se tornó oscuro, para sentir un punzante dolor en la cabeza, similar al de una aguja.
No fué cuestión de tiempo para que despertara, aterrada como un niño pequeño a la oscuridad.Una sensación de terror se apoderó de mí, al no poder lograr mover ni pies, ni manos.
Espantada, comencé a gritar, como si me estuvieran desgarrando mis cuerdas vocales violentamente.
Grité y grité, pero no recibí respuesta alguna, solo un golpe, capaz de mandarme a callar.
Ciega a mi entorno, con una venda en los ojos, comencé a suplicar mientras lloraba.
Una risa se escuchó por parte de un hombre, cómo si le hubiera contado el mejor chiste del mundo.
—¿Encerio? Vamos, deja de llorar.
Sentí como me tocaban el hombro con mucha confianza, lo que me hizo sobreesaltarme ante el tacto ajeno.Era una mano áspera, con algunas cicatrices, cómo si hubiera sobrevivido a muchas catástrofes.
—Ey, te quitaré la venda si eres buena niña, ¿De acuerdo?
Cómo tonta adolescente de 14 años, cegada por los libros de romance, asentí.
Y ahí, comenzó mi nueva vida.
Bienvenido/a a mi historia.
¿Estarás dispuesto a mantener mi secreto?
O..., ¿Tendré que borrarte cómo a los demás?

Apenas LegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora