Sexo Por Diversion

Capítulo 1

Desperté por una serie de besos en mi hombro, me acomode más en la almohada y después arrugue la nariz por el asqueroso olor a hedor que indicaba que Jake había terminado su entrenamiento de futbol. Abrí los ojos de repente y me quede viendo los suyos con un asombroso color gris, mire todo su cuerpo sudado y casi me da una arcada. Me tape la nariz con el dorso de la mano.

—No me acostare contigo apestando a calcetines

Él se rio y se puso encima mía, grite y me cogí la nariz con los dedos, apretándola para no oler nada más.

—Si tú estuvieras en mi estado, yo me acostaría contigo aunque olieras a perro mojado.

Me reí.

—Bien. Pero después tú me darás un baño a mí, quedare oliendo a tu sudor

—Sudor con sudor, así tal vez consiga un mejor cuerpo, eh escuchado que el sexo es buen ejercicio.

Pues mis brazos alrededor de su cuello, mientras lo besaba. Jake es mi novio universitario, lo conocí en la fiesta de un amigo e inmediatamente congeniamos, y por decir congeniar no es que hubiera sido en el amor, fue más la atracción sexual que sentimental.

—Pues que bueno, porque es el ejercicio que más practico – susurre contra su boca.

A veces llegaba a ser tan lindo que me costaba no caer rendida hasta sus pies, era uno de los 5 chicos que adoraba y que me hacían tener un buen orgasmo, apreciaba mucho a Jake, ya que era el único que me acompañaba siempre que salía de entrenar.

Jake puso sus brazos a ambos lados de mi cabeza, mientras su lengua atacaba mi boca, era como si fueran invertidas las partes del cuerpo, su lengua era su pene y mi boca la vagina.

Su mano fue deslizándose bajo el dobladillo de mi falda, uno de sus dedos se escabullo entre mis bragas, acariciándome los labios vaginales, sentir su tacto me hizo un cosquilleo que me hizo soltar un gemido. Siguió haciendo eso mientras yo me agarraba a los bordes de la cama, sus labios se encontrando lamiendo cada parte de mi cuello, bajando hasta la línea que separaba mis senos.

Tocaron dos veces a la puerta, Jake y yo nos miramos, mientras que le dije que se escondiera en el baño.,

Me puse las sandalias y entreabrí la puerta de mi habitación, me encontré a un chico  con unos ojos increíblemente hermosos, sus pestañas caían como la noche y su sonrisa se intensificaba más mientras me observaba con cierta curiosidad. Mi corazón latió rápidamente.

No lo conocía, y tampoco le había dado mi dirección a nadie por Facebook, o al menos que yo recuerde…

—Que curiosa chica – ladeo un poco su cabeza – si fuera tú me vería primero en el espejo, antes de salir con un seno casi saliéndose del sujetador.

Me puse colorada, acomodarme el sujetador enfrente de este… chico sería algo vergonzoso.

—Disculpa, ¿pero no creo conocerte?

—Deberías. Entonces, ¿Cuál es mi habitación?

Lo mire con el ceño fruncido, ni siquiera lo conocía y me estaba diciendo que le mostrara su habitación, pero que mierda le pasaba al tipo.

—Tu padre me envió de niñera para ti – dijo con una sonrisa plasmada en el rostro – así que esto – metió dos de sus dedos para jalar mi sujetador y acomodarlo – será párate de mi trabajo para que tengas una buena presentación.

El teléfono de la casa sonó, cerré la puerta de mi habitación, tome el teléfono que estaba en el pasillo y cuando hable mi padre me contesto.

—Papa hay un loco en casa que dice ser una niñera para mí, que tu enviaste – mire al chico - ¿Cómo te llamas?

—James – respondió el con una sonrisa blanca, encantadora.

— ¡Pero papa! – puse los ojos en blanco al escuchar su amenaza de que me quitaría el First Drive – bien lo que tú digas

Azote el teléfono, conté hasta 10 antes de volverme al chico. Cuando lo hice él estaba recargado en la pared mirándome fijamente.

— ¿Y bien? – dijo con esa maldita sonrisa, en ese mismo momento desee poder darle una bofetada.

—Por aquí – dije pasando a su lado, había una habitación al fondo del pasillo que nadie usaba, la abrí y lo deje pasar.

Ni siquiera me había dado cuenta de que traía una maleta y una mochila consigo.

—Que acogedor – me miro, guiñándome un ojo – será mejor que saques al patán de tu habitación, creo que estaban en algo muy comprometedor cuando llegue. ¿Quién es?

—Eso no te incumbe

El suspiro.

—De ahora en adelante si – se quitó su mochila – porque tú eres solo la niña a la que debo cuidar – camino a mí, mientras que cada paso que daba el hacia adelante, yo daba uno hacia atrás.

Me estampe con la pared, quedándome allí mientras él ponía sus brazos musculosos a mi costado.

— ¿Qué eres? – No entendí la pregunta – creo que una especie de chica de las que aparecen en Disney channel, lo único que te diferencia de ella es que estas más tetona y con mucho más trasero. Así que ahora ve a correr al patán de allá y date una ducha, hueles como a perro mojado.

Volví a sonrojarme.

Y me encogí de hombros, el sonrió y se apartó para que yo pudiera dar media vuelta, abrir la puerta y salir corriendo de allí hasta encerrarme en mi habitación.

Cuando estuve allí, Jake estaba saliendo de la ducha con una toalla en la cintura.

—Tengo que irme – dijo acercándose y dándome un beso en los labios – hueles a perro mojado, pero aun así quiero pasar mi lengua por…

—Cierra la boca – dije aguantando las ganas de desatar mi furia con el - ¿iras por mi mañana?

Él lo pensó.

—Tengo entrenamiento, pero vendré aquí.

Puse los ojos en blanco y entre al baño, poniéndole el pestillo.

El cuarto de baño estaba lleno de vapor, y efectivamente olía a perro mojado, así que me quite mi ropa y la tire al cesto de la ropa sucia, abrí la llave de la regadera, el agua estaba calientita, así que sin dudarlo me metí dentro.

Tenía la sensación que la presencia del nuevo extraño en casa no era nada bueno, papa me habia dicho que era hijo de su amiga, y que vino aquí para estudiar, donde yo estudiaba y vivir en mi casa, además de cuidarme.

¿Pero que había hecho yo para merecer esto?

¿Papa se imaginaria de mis aventuras con los chicos de la escuela?

¿Sabría que meto chicos aquí para solo tener sexo?

¿Había cámaras grabando a todo momento?

Seguramente este era el inicio de mi locura, pero nada ni nadie arruinarían mi diversión.

No arruinarían nada. Porque lo que más deseaba era seguir teniendo sexo por diversión.