Conocidos de la infancia

41 1 0
                                    

Oneshot inspirado en: "Extraña visita a la hora del té" escrito en el año 2010 y publicado en Fanfiction

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Oneshot inspirado en: "Extraña visita a la hora del té" escrito en el año 2010 y publicado en Fanfiction. Esta es una obra comenzada en 2020 y pulida finalmente para publicarse en 2023. Siempre quise "la versión complementaria" de esa otra historia y 10-13 años después lo logré .

01 - Z?

Mi nombre es Dib Membrana y soy un investigador paranormal independiente que goza de una "pequeña" fama y una leal base de clientes. Siempre he sido amante de los temas sobrenaturales, investigo fenómenos extraños formalmente desde que tenía 11 años y lo convertí en mi estilo de vida desde que apareció mi primer y más grande rival: El Invasor Zim.

Zim es un extraterrestre irken, una criatura desalmada y fría que llegó a la Tierra hace 18 años con la intención de conquistarla y obsequiarla a sus líderes. Obviamente yo lo detuve una y otra vez y generamos una rivalidad sin precedentes que extrañamente comenzó a reducirse con los años y empezó a volverse una amistad muy inusual para ambos.

Tal parece que Zim se acostumbró mucho a la Tierra (o se aburrió de ella) y bajamos tanto la guardia que un día simplemente decidió marcharse. Yo le pedí que no lo hiciera, que se quedara aunque no intentara nada, que si aceptaba quedarse nos divertiríamos mucho. Me había acostumbrado a su compañía y él pareció corresponder al sentimiento de naciente amistad fastidiosa. Cuando inicié mi trabajo remunerado como investigador (hace 5 años) lo nombré mi asistente y él (obviamente golpeado en el ego) suele ignorar mis peticiones o mis llamados de auxilio hasta que le pido perdón varias veces, acompañado de ruegos que deben llevar una larga lista de sinónimos de "soberano" (devolviéndome ese golpe al ego) hasta que él considere que merezco su ayuda y acude lentamente a mi rescate.

Zim es un idiota y yo soy un idiota para él, pero logramos ser buenos amigos pese a todo y nunca nos hemos fallado desde que acordamos la amistad: Él puede contar conmigo y viceversa.

El gran dilema actual de mi vida comienza hace unas semanas cuando recibí la primera de varias llamadas extrañas a mi despacho de investigador paranormal.

Mi oficina está en el 5to piso de un modesto edificio para renta, al centro de la ciudad. Zim (con un impresionante disfraz humano que en nada se parece a la pobre imitación que usaba durante mi infancia) está todo el tiempo ahí metido aunque no trabaje realmente para mi y suele ver por la ventana, fulmina palomas con un láser o arroja centavos a la calle mientras no lo ven. Otras veces espía a unos inquilinos en el edificio de enfrente y diariamente me informa de esa telenovela:

"—Esa horrible mujer volvió a meter a su amante, Dib, y casi se entera la vecina del 17-B. Los vio salir del cuarto de lavado en ropa interior ¡Pero eso no es todo! ¡Era otro hombre! Ya no es el tipo feo del corporativo, ahora es un californiano enano."

Lo peor es que yo soy quien le pide las actualizaciones y quien a veces llama a Zim para ver juntos cómo se desenvuelve la "siguiente temporada con nuevos personajes".

Z alimenta al muroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora