𝐄𝐒𝐏𝐎𝐒𝐀𝐃𝐀𝐒 | Jenlisa [G!P]

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P.O.V LISA

La chica no estaba mal, físicamente. La verdad es que no sabía que esperaba sobre esta chica. Ni siquiera había pensado en ella hasta que mi padre me la recordó unas semanas antes de mi cumpleaños número veinte.

Mi corazón había estado roto por casi un mes... y lo sigue estando, Rosé es la chica de la que realmente estoy enamorada, yo creía que ella también lo estaba de mí, pero entonces llegó Jisoo a nuestras vidas y se la llevó de mi lado. La engatusó y la enamoró con sus dotes de cantante y modelo. Rosé me dejó de que no era su intención enamorarse de otra persona. Pero aún tengo la esperanza de que vuelva a mi, cuando se entere de que me voy a casar con alguien más estoy segura que ella se dará cuenta de que a la que realmente ama es a mi.

Dejo que Jennie explore la casa por su cuenta, se la mostraría entera pero no me daría tiempo. Tenía una reunión muy importante con unos inversores chinos.

A diferencia de mi padre yo intentaba hacer toda mi fortuna legalmente. Puede que el dinero con el que comencé mi propia empresa fuese de mi padre, pero quería que todo mi trabajo se basara en duro esfuerzo. No en dinero fácil como la droga. Además mantener la cabeza centrada en trabajo me distraía de mí corazón roto.

◈◈◈

Cuando salgo de la reunión mi padre está esperando en mi oficina.

—Aquí estás. —él me sonríe victorioso. —¿Que te ha parecido la chica? ¿Es guapa verdad? Pobre chica, tendrías que haberla visto aquella noche lucia tremendamente delgada y aquellos golpes... —su padre suspiro y negó con la cabeza.

—¿Golpes? —pregunte.

—Así es, su padre la golpeaba a ella y a su madre.

Cerré los ojos con fuerza, totalmente arrepentida. Ahora entendía porqué no quería separarse de su madre, porqué no quería dejarla sola.

—Mierda. —susurré.

—Sí, es una pena. Pero bueno, mirando el lado positivo esa chica no volverá a ser golpeada jamás, y podremos ayudar a su madre. Sabes cuanto odio a los tipos que golpean a las mujeres. —Yo asentí. Sin duda ayudaría a aquella pobre mujer. —Entonces... ¿estás nerviosa por el sábado?

Fruncí el ceño.

—¿Que pasa el sábado?

—¿Cómo que qué pasa el sábado? Lisa, es tu fiesta de compromiso.

—Joder, lo había olvidado. —llevó las manos a mi pelo y masajeo mi cabeza.

—Está bien, no pasa nada, es normal estás tan estresada con la empresa, quizás si tuvieses un vicepresidente que te ayude con algunos asuntos...

—Estoy bien así papá, simplemente todo es muy precipitado por eso lo he olvidado.

—Uhm... —papá asiente. —Escucha, se que lo tuyo con Rosé...

—Papá prefiero no hablar de eso.

—Solo escúchame. Que lo tuyo con Rosé no funcionara no significa que no puedes confiar en su hermano, es un buen chico, y antes de que Rosé terminara contigo tenías pensado aceptarlo como inversor en tu empresa. Podría incluso ser tu vicepresidente.

Yo suspiro profundamente.

—Papá, lo mío con Rosé funcionaba perfectamente hasta que alguien más se metió por medio. Y con respecto a Jimin... confío en él, es solo que no quiero tenerlo todo el día aquí hablándome de lo bien que le va a su hermana con su nueva novia. —le contesto irritada.

—Cielo, habla con él, entenderá que no quieras hablar de Rosé, déjale en claro que si lo admites aquí es para trabajar no para cotillear.

—Lo pensaré.

—Bien, tú piénsalo. Háblame de Jennie ¿que te ha parecido? La última vez que la vi apenas tenía dieciséis, estoy seguro que habrá mejorado en estos siete años.

—Ella... —me aclaro la garganta notablemente incómoda, odiaba hablar de chicas con papá— es bonita.

—¡Oh! Vamos Lisa, puedes hacerlo mejor que eso. Cuéntame.

—Es tremendamente sexy ¿contento?

Papá suelta una carcajada y sin poder evitarlo yo rio también, la risa de papá al cual que la mía es muy contagiosa.

—Lo sabía, sabía que te gustaría. —de repente se puso serio.— Oye, no quiero que te veas obligada a casarte con ella, se que no lo has tenido fácil en el amor. Pero estoy seguro de que podría encontrar a alguien por tu cuenta sin qu...

—Papá lo prefiero así.

Lo que mi padre no sabía era que esta era un forma de poner celosa a Rosé. A estas alturas ya tendría que saber de mi compromiso. Papá se encargó de propagar el chisme a sus más cercanos. Y conociendo a Jimin se habrá enterado de los primeros, sin lugar a duda le dará el mensaje a su hermana. Si en dos semanas Rosé no se presentaba ante mí explicándome lo mal que se sentía por haberme dejado, entonces me casaría, e intentaría olvidarla, me enfocaría en mi negocio y concebir un heredero cuanto antes.

—Muy bien. —miró su reloj de pulsera— Debo marcharme, iré al cementerio a visitar a mamá.

—De acuerdo. —odiaba verlo tan triste cuando hablaba de mamá. Él la amaba como nunca amó a nadie más. No podría imaginarme ni en sueños lo que él debe de sentir. Nunca volvió a casarse, decía que nunca nadie estaría a la altura y yo respeto completamente su decisión. —Te veré mañana.

Eran cerca de las siete así que decidió volver a casa. La compañía de Jennie la ponía nerviosa, pero no podía dejarla sola por el hecho de que se sentía así.

◈◈◈

Cuando entré en casa podía oler como los empleados habían empezado a hacer la cena. Así que fui directa a mi habitación para darme una ducha antes de la cena.

Pasé por la puerta de la habitación de Jennie, ya que estaba justo al lado de la mía, dudé en revisarla, finalmente lo hice. Llamé a su puerta, unos minutos después ella abrió.

—Em... hola, acabo de llegar y quería asegurarme de que estuvieses cómoda. —sus ojos aún se veían un poco irritados por el llanto de hace unas horas atrás.

—Lo estoy... gracias.

Asentí.

—La cena estará lista pronto, me daré una ducha antes de bajar a cenar. Puedes bajar antes si es lo que quieres.

—Está bien. Gracias.

Vuelvo a asentir y después me dirijo a mi habitación.