La imagen de la rubia enfundada en un pantalón deportivo burdeos haciendo sentadillas en el salón fue lo que recibió Natalia cuando volvió de hacer la compra aquella mañana, y casi se le caen las bolsas.
Había salido a comprar temprano, nada más desayunar, sabiendo que tendría que esperar muchísimo tiempo en las colas para que a veces ni siquiera tuvieran lo que iba buscando, por lo que dejando una nota encima de la mesa del salón para que cuando la rubia se despertara no se extrañara, sabiendo que era asidua a perder el móvil o a no mirar ni tan solo los mensajes de Whatsapp, salió a comprar sin concretar nada con Alba antes de hacerlo, dejando que la otra se levantara a la hora que quisiera, o más bien, a la hora que su cuerpo le pidiera. Alba podía dormir diez horas, que al día siguiente iba a seguir queriendo dormir dos meses más. En cambio, la morena tenía mucha más dificultades para conciliar el sueño. Se acostaba tarde y se levantaba demasiado temprano.
- Hola, ya estoy aquí.- Anunció Natalia cuando se recompuso, aunque la rubia se giró a duras penas para dedicarle una sonrisa a modo de saludo.
Alba estaba siguiendo lo que parecía un vídeo de una chica haciendo distintos ejercicios, por lo que pronto cambiaba de postura siguiendo las indicaciones de la otra, aunque tenía puesto música bastante alta para escucharla lo menos posible.
Natalia la dejó sola para ir a colocar la compra y ordenar un poco la cocina, pero la batalla que se estaba desatando en el salón no dejaba indiferente a nadie.
- Venga que esto es divertido.- Animaba la youtuber a seguir con los ejercicios.
- Serás mentirosa.- Gruñía Alba mientras intentaba no marearse.
- No te escaquees, no pares, aquí conmigo hasta el final.- Seguía la entrenadora ajena a las malas caras de Alba.
- Me pongo música para no escucharte, zorra, bastante tengo con verte sonreír todo el rato.- Atacaba la rubia con la respiración entre cortada.
Le sería más fácil aguantar si se estaba callada y se concentraba, pero es siempre que hacía deporte, aquellos vídeos la sacaban de quicio y prefería soltar improperios antes que limitarse a seguir las indicaciones. Se grabó mentalmente poner el mute la próxima vez.
Natalia en la cocina reprimía las carcajadas con miedo de recibir un puñetazo, y más viendo cómo se le iban marcando los bíceps a Alba a medida que cambiaba las posturas.
Salió de la cocina y no pudo evitar sentarse en el sofá, haciendo como que la situación era totalmente normal y ella no le estaba dando importancia, para que Alba no se sintiera incómoda o la echase de allí.
- Baja un poquito más y amplía el movimiento. Abajo y arriba, rodillas abiertas, movimientos cortitos.- Ordenaba la voz en off del vídeo, haciendo que Alba se mantuviera en una especie de sentadilla con las piernas más abiertas de lo normal y rebotando en movimientos cortos.
Natalia tuvo que tragar saliva, la situación ya no le hacía tanta gracia. Mientras tanto, Alba seguía absorta en organizar el poco oxígeno que le llegaba para poder seguir subiendo y bajando.
"Dónde están las gatas" reventando las ventanas del piso e intentando motivar a una rubia a la que todavía le quedaban cinco minutos de sufrimiento.
- Una repetición más, esperamos la señal.- Iba concluyendo la chica del vídeo.
- Patry, ya, por favor.- Rogaba Alba intentando no marearse.
Natalia no pudo evitar soltar una carcajada, tapándose las manos como acto reflejo. Verla sufrir era medio gratificante por las caras que ponía, tener su culo en primer plano era más un castigo para ella, pero escucharla tutear y contestar a la chica del vídeo como si pudiera escucharla la superó, llevándose un mirada de odio por parte de Alba, que estaba viviendo sus últimos segundos de sufrimiento.
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Recluidas
FanfictionAlba y Natalia comparten piso junto a otras dos chicas desde septiembre pero como suele ocurrir en estas épocas universitarias, su relación se limita a cruzar un par de frases a modo de saludo, establecer el calendario de turnos para las tareas de l...