Capítulo 19: Las sospechas de Hashirama

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Tobirama no había conseguido pegar ojo en toda la noche. En un arrebato de locura, se había colado en su tienda y la había besado de nuevo. Incluso le había dicho que no la odiaba. No había sido ninguna mentira. Todas las chicas de su clan se dedicaban a las labores domésticas o a intentar conquistar a su hermano cuando volvían de la guerra, con él se habían rendido hacía mucho, dado que nunca se había molestado ni en entablar una conversación con ellas, aunque seguía habiendo unas cuantas que le espiaban durante los entrenamientos. No había forma por tanto, de que odiase a la valiente chica que le plantaba cara en todos los enfrentamientos, mientras trataba desesperadamente de proteger a sus compañeros. Siempre había pensado en ella como en una molestia, más concretamente la molestia que impedía una victoria con los Uchiha, pero también por ello había mantenido en secreto un profundo sentimiento de respeto por ella.

Todo se había vuelto caótico desde que firmaron el tratado de paz y ese sentimiento de respeto se había convertido en otra cosa. Todos esos pensamientos que nunca se permitió tener sobre la calidez de sus ojos que le miraban sin vacilar en la batalla, el aroma de su pelo que le llegaba a veces mientras peleaban o aquella vez que se quitó la armadura para dársela a uno de sus compañeros y pudo apreciar las curvas de su cuerpo. Todo eso que llevaba años enterrando en lo más profundo de su mente salía ahora con la fuerza de una cascada y no sabía cómo pararlo. Más bien, no sabía si quería pararlo. Su cabeza estaba dividida en dos y tan potente era la voz interior que le decía que los Uchicha siempre serían sus enemigos como la que le hacía seguir queriendo acercarse a Izuna, aunque ella fuese una Uchiha también.

Cuando amaneció quiso salir de la tienda que compartía con su hermano. No había dormido nada y estaba realmente exhausto, la herida de su vientre aún no se cerraba, a pesar de haber sido el mismo Hashirama quien lo había tratado. Supuso que se habría excedido de nuevo en el viaje de ayer pero no le dio importancia, llegarían a Konoha al final de día y allí ya tendría tiempo para recuperarse. Reprimió el gesto de dolor que casi se dibuja en su rostro al incorporarse y se dispuso a salir pero Hashirama le atrapó antes de poder hacerlo.

-Esto si que es nuevo- comentó con ironía- ¿En serio estás madrugando hermano?

-¿Cómo están tus heridas?- preguntó el moreno aún medio dormido.

-Bien.

Hashirama le miró entrecerrando los ojos como tratando de discernir si decía la verdad y después soltó un hondo suspiro.

-Esta noche por fin estaremos en casa- comentó con una sonrisa despreocupada.

Tobirama asintió relajándose un poco y apartó la lona de la tienda.

-¿Por cierto dónde fuiste anoche?

El albino se quedó congelado, gesto que no pasó desapercibido por su hermano.

-Solo a tomar un poco el aire, no podía dormir.

Hashirama no preguntó más pero sabía de sobra que estaba mintiendo. Igual que le había mentido sobre sus heridas. Suspiró de nuevo y le sonrió antes de que dejase la tienda definitivamente.

Tras tantos años juntos había aprendido muy bien a interpretar los casi inexistentes gestos de su hermano pequeño. Sabía que estaba agotado y eso le preocupaba pero también sabía que había algo más. Cualquier otra persona que no le conociese no habría notado ningún cambio en el albino pero para él era evidente que Tobirma estaba inquieto por algo.

Cuando el halcón de Izuna lo trajo hasta él casi desagrado no dio crédito a lo que veía. Sabía de sobra lo fuerte que se había vuelto su hermano pequeño en los últimos años, había desarrollado varios jutsus por su cuenta y a pesar de que a él le llamasen el dios shinobi no sabía quien ganaría si Tobirama y él luchasen en serio. Por ello no pudo creerlo cuando llegó a sus brazos en aquel estado. Igual que tampoco pudo creer sus palabras. Sabía que estaba delirando por la pérdida de sangre pero mientras trataba de salvarle la vida de los labios de su hermano solo salía el nombre de la Uchiha.

Superando el odio [Tobirama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora