Samemi estaba acostumbrada a ser el saco de boxeo del mar.
Azul o rojo era lo mismo para los moretones de la joven, en el primero tuvo que cargar con el apodo de traidora y ser repudiada por un crimen que no cometió. En el segundo pareciera que el destino se burló de ella convirtiéndola en presa de aquel que quisiera satisfacer sus tendencias sádicas.
Pero lo peor es que estaba al merced del brujo carmesí.
Ninguna tortura podría compararse con verlo, el remordimiento de no haberlo salvado del toque de la albina la asesinó lentamente, pero el nunca cumplió su petición de dejarla morir, en vez de eso curaba sus heridas y con un hechizo no dejaba a nadie pasar cuando quería divertirse con su cuerpo, y Samemi nunca protestaba a pesar del silencioso llanto.
Pasos. ¿Quién podría ser? Algún habitante del horrible mar rojo que se desquitaría con ella, su hermana gemela que le contaría alguna anécdota suya o la molería a golpes, o peor el-
- Samemi, tengo buenas noticias - El recito más contento de lo normal, percatándose de que la única pupila de su amante poseía un tono más rojo lo que lo hizo sentir más satisfecho consigo mismo. - Wodda - Ella pronunció esa bella palabra que tanto añoraba, confundiendo el tono contento del joven hombre con el pasado yo del muchacho.
- No pronuncies su nombre - Exigió - Soy Wodanoharo, el brujo del mar rojo, no ese crédulo que se hacía llamar "brujo" - Lágrimas son derramadas donde la añoranza, impotencia, y soledad abundaban.
- Oh, querida Samemi ¿Puedes decirme porque lloras tanto? - Las lágrimas de la joven continuaron fluyendo intensamente - Dime -
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- N-no lo se... querido - El ceño fruncido del brujo se convirtió en una
sonrisa de alegría maliciosa. - No hay necesidad de llorar, mi dichosa tiburona. Desde ahora nadie volverá a dañarte -
El beso los labios de ella, y por esta ocasión la desolada mujer correspondió a sabiendas del veneno que consumía. Cuando terminó el sueño la dominaba, apenas logró abrir los ojos que de inmediato contemplaban al brujo, aún así encontró la voluntad para expresar en pocas palabras las cadenas que impedían que huyera hacia la muerte.
- Siempre te amare
.
Quiero agradecer a nany-and-aleida por el capitulo I just want to die de su libro Okegom oneshots es lo que me ha inspirado a crear esta corta historia. Y creo que lo continuare solo necesito tiempo.
Por cierto, el titulo de la historia esta inspirado en la canción "Give you what you like" de Avril Lavigne, en ese entonces estaba obsesionada con las canciones de esa cantante. xD
