23.-ULTIMO DIA Y REGALOS.

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Abrí un ojo lentamente y luego abrí el otro. Solté un suspiro. Hacía mucho calor en la habitación y eso que estaba totalmente desnuda y tapada solo con la sábana blanca.

Thomas había cumplido lo que había dicho, la habitación había estado para nosotros toda la noche. Fue sorprendentemente interesante que Thomas estuviera tapándome la boca la mayor parte del tiempo para que los demás no escucharan, cuando lo único que yo quería era gritar del placer.

Lo miré durmiendo profundamente a mi lado. Su pecho desnudo subía y bajaba con cada respiración.

Apoyé mi cabeza en mi mano derecha y me acordé de lado para poder observar mejor.

Sus facciones estaban relajadas y sus labios estaban ligeramente abiertos.

Comencé a acariciar su cabello y su rostro.

Pasé mis dedos por los labios de Thomas y pegué un sobresalto cuando de la nada él abrió la boca y me mordió despacio con sus dientes.

Quite la mano inmediatamente y él comenzó a reír a carcajadas.

-Hola bebé.-me saludo.

-Hola, ¿Qué tal dormirse?-pregunté.

-Mejor que nunca.-contestó.

Puse una sonrisa me levanté de la cama para poder buscar mi ropa interior, luego busque mi pijama y me lo puse. No tenía ni la mínima intención de levantarme aun.

Caminé hacia la puerta, pero la voz de Thomas me detuvo.

-¿Para dónde vas?

Me di la vuelta para mirarlo y me di cuenta de que tenía puesto un puchero con sus hermosos labios que me tenían vuelta loca.

-Al baño, puse el mismo puchero y luego me reí.

Salí de la habitación y en el camino hacia el baño me encontré con Seth tan solo en unos boxers.

Abrí la boca fingiendo sorpresa e indignación y me tape los ojos.

-Seth ponte unos pantalones, nadie quiere ver la mercancía.-bromeé y me reí.

-No estés tan segura preciosa y ya no te tapes los ojos, ya descubrí que estás mirando igual.

Me reí y lo golpeé suavemente.

Seth pasó por mi lado sonriendo y yo segui caminando.

-¡Hey Jules!

Me di media vuelta y lo mire

-Pasaron una buena noche, ¿verdad?

Lo miré confundida y enarqué una ceja.

Seth hizo un gesto apuntando su cabello y luego se fue a su habitación.

Me quedé algo confundida unos segundos y luego camine hacia el baño. Cuando entré me di cuenta el porqué del comentario de mi mejor amigo.

Mi cabello parecía como si la noche anterior hubiera tenido una pelea con un jaguar. Estaba todo enmarañado y tan voluminoso como el de Cruella de Vil.

Solté un suspiro y entre a la ducha.

Cuando terminé volví a ponerme el pijama. Aún era muy temprano como para vestirme.

Salí del baño intentando secarme el cabello solo con la toalla y entré en la habitación.

Thomas estaba durmiendo nuevamente acostado boca abajo, dejando su espalda al descubierto.

No pude ocultar una sonrisa y boté la toalla al suelo para caminar hasta su lado y subirme con cuidado en su espalda.

Thomas soltó un bufido y cierra con fuerza los ojos.

Dilemas de familia (SEMP2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora