Su celular vibró en su bolsillo. Atendió con un nudo en la garganta.
-Estoy bien-.
Escuchar esas palabras de la voz que más amaba hizo que se le escapara un alarido de alivio. Se apoyó en la mesa, reprimiendo un sollozo.
-Gracias al-
-No hay tiempo para eso- Nikolai la interrumpió con voz inusualmente severa-Tienes que salir de ahí. AHORA-.
Como un parásito, el miedo se asentó en su pecho. Comenzó a entrar en crisis de pánico. Su respiración se volvió histérica.
-Niko, yo-
-¡Cállate!-le soltó con una dureza que enmudeció a la joven. Luego preguntó en un tono más dulce, sereno-Relájate. Por favor, respira ¿En qué piso estás?-.
-31...-balbuceó, intentando con poco éxito relajarse. Escuchó a su prometido maldecir al otro lado de la línea y luego gritarle a alguien.
-Nikolai... ¿Qué está pasando?-preguntó con vulnerabilidad. No pensaba. Se sentía vacía, como una muñeca esperando instrucciones. Temblaba como una hoja. Nada estaba bien, lo sabía. Pero una especie de niebla le entorpecía el cerebro. Una vocecita lejana le decía que estaba en estado de shock.
-No estoy seguro, nena, pero quiero que salgas de ahí. Así estaré más tranquilo-.
Alina dijo que sí dócilmente. Nikolai era un hombre de instinto. No le diría algo por nada.
-Ve a las escaleras ahora-.
-¿Pero...y mis cosas?-.
-Olvídalas, no son importantes. ¿Me escuchaste? Ve a las escaleras-.
Alina comenzó a abrirse paso entre la gente. No le resultó muy difícil. Casi todos intentaban mirando por las grandes ventanas. Una parte de su ser quería mirar también; pero otra reprimía el impulso "No mires, sólo sal. No mires; sal de aquí".
-¡Alina!-la voz de Nikolai la trajo de vuelta a la realidad, al menos un poco-¿Ya llegaste a las escaleras?-.
La mujer asintió. Luego se dio cuenta de que él no podía verla y pronunció con voz trémula.
-S-s-sí...-.
-Muy bien, ahora baja las escaleras y sal de ahí-.
Alina hizo como le decía. Le temblaban las piernas al bajar. Menos mal que se le habían roto los tacos y en su lugar trajera las chinitas; porque estaba tan nerviosa que de seguro se habría fracturado un tobillo. Bajaba rápida, ligera, a pesar del nerviosismo que le recorría de arriba a abajo.
-Alina, ¿En qué piso vas?-.
-27-.
-Sigue. Date prisa-.
Continuó bajando. Escalón tras escalón. Ojos fijos en sus pies. Abajo, abajo, abajo...los minutos se arrastraban.
Al llegar al piso 20 escuchó pasos; más pies; voces nerviosas. Más gente bajaba por las escaleras. Algunos gritaban. Alina empezaba a inquietarse.
-Nikolai...-.
-Lo sé, mi amor ¿Hay más gente? Ábrete paso. Sigue bajando-.La mujer estaba muy intranquila, pero aún estaba como sedada. Hizo lo que su amado le pedía.
Piso 18. Un sonido sordo, un estallido, y una sacudida colosal. Alina perdió pie, se cayó y se golpeó en la cabeza. El celular escapó de su mano y voló unos escalones más abajo, cayendo milagrosamente sin quebrarse. El golpe, el estallido y el temblor la atontaron un poco, pero al cabo de unos segundos, disiparon la niebla en su mente.
¡El avión! ¡Nikolai estaba en la otra torre! ¿Qué había pasado? Agarró su celular antes de que alguien lo patease y se lo llevó a la oreja.
-¡¿NIKOLAI?!-. Nada, la línea estaba caída-Mierda...-masculló.A su alrededor, la gente perdía la cabeza. Se precipitaban unas sobre otras escaleras abajo. Gritaban, lloraban, gemían lastimeros. Tenía que salir de ahí. Como fuese. Su básica naturaleza de sobrevivencia se lo dictaba. La voz apremiante de Nikolai en su cabeza. ¡Nikolai! La preocupación y el miedo volvieron a anidarse en su corazón pero se obligó a tragárselos. "No sirve de nada que te preocupes. No puedes hacer nada desde aquí. Sal antes de que las escaleras colapsen".
Estaba en el piso 18. Tenía escasos minutos. Debía moverse rápido. Mientras bajaba, su mente amenazaba con explotar en una nueva crisis de pánico ante las posibilidades de lo que podía ocurrir. Dedujo que había sucedido lo mismo que en la otra torre. Un avión había impactado con el edificio. La estructura podía (y probablemente sucedería) venirse abajo, o podía morir asfixiada por la manada de personas desesperadas por salir. Los ascensores probablemente no funcionasen. Cuando la gente se diese cuenta de ello, o entrase en razón al comprender que no era la forma más segura de evacuar; atiborrarían las escaleras y estas colapsarían. Tenía que bajar rápido.
Piso 16, 15, 14, 13...en el 11, las escaleras comenzaban a llenarse. Un crujido estremeció la torre de arriba a abajo, provocando más pánico general. "¡Oh Dios, no!" pensó Alina. Se obligó a continuar moviéndose. La gente se empujaba en el más profundo estado de histeria... Cómo ella estaba relativamente en calma, no lo sabía. Lo atribuyó al estado de shock. Tenía mucho cuidado de en donde se metía. No muy cerca del tumulto. Si la empujaban y caía no podría volver a ponerse de pie y probablemente moriría asfixiada y pisoteada.9, 8, 7. Otro temblor. La estructura se tambaleaba. No, no podía parar ahí. Le faltaba tan poco. Alcanzó a bajar dos pisos más antes de que la escalera quedase completamente bloqueada. Entonces sí que le dio un colapso nervioso. Ya estaba a punto de unirse a la masa histérica cuando alguien la tomó fuertemente del brazo. Era un bombero.
-Por aquí, señorita, estamos evacuando por las ventanas-.
Otros bomberos también se distinguían entre la multitud. Se dejó llevar. El hombre la guio a un bloque de oficinas en el cuarto piso donde las ventanas habían sido quebradas y colchonetas de rescate colocadas en el piso. Menos mal que ella no tenía vértigo.
El bombero le dio instrucciones cortas y precisas y luego la mujer saltó antes de pensarlo. El impacto con la colchoneta la dejó sin aire momentáneamente, pero se recobró rápido. Se la llevaron de ahí. Era muy peligroso, ya que escombros de la torre caían inesperadamente. Los bomberos estaban corriendo un gran riesgo.
Un par de minutos después de que se la llevaron, la torre donde había estado momentos antes colapsó por completo. Una nube de humo engulló el auto y éste tuvo que frenar para evitar un accidente. Estaba en completo estado de shock. Unos minutos más y ella no habría salido del edificio con vida.Se la llevaron a un estacionamiento fuera de la zona de peligro donde se estaba armando un precario hospital. Mientras esperaba que alguien pudiese atenderla (pues habían muchas otras personas más graves que ella) algo vibró en su mano. ¡Su celular! ¡Lo había estado sosteniendo apretadamente todo ese tiempo sin siquiera darse cuenta!
-¡¿NIKOLAI?!-.
-¡¿DÓNDE ESTÁS?!- el hombre gritaba; Alina no sabía si era por desesperación, o para hacerse oír por sobre el escándalo en su lado de la línea.
-En un estacionamiento lejos de las torres. ¡¿Dónde estás tú?!-.Sólo quería ir con él y acurrucarse bajo su brazo y ocultarse de la tragedia que pesaba en el aire. Sin embargo, su amado hombre no decía nada, sólo se escuchaban gritos estridentes, aterrorizados. Una fea sensación de malestar se asentó en la base de su estómago.
-Estoy...-dijo Nikolai al cabo de eternos segundos-Nena, aún estoy en la torre-.
Alina sintió náuseas y le falló el aire. Sólo alcanzó a resoplar.
-¿Qué...?-.
Nikolai se apresuró a tratar de calmarla-¡Pero nos están evacuando! No te preocupes, mi Cielo, pronto estaré contigo-se notaba que intentaba sonar sereno, pero había un dejo de desesperación en su voz.Las palabras brotaron de su boca sin pensarlo dos veces. Le contó la sorpresa que había reservado para aquella noche, la cual no le parecía más que un sueño lejano.
-Niko...estoy embarazada-.
Después de un par de segundos, Alina escuchó sollozos quedos, contenidos. Él lloraba, pero trataba de disimularlo...y lo hacía muy mal-
-Oh, Alina-dijo finalmente con voz emocionada. La mujer esbozó una pequeña sonrisa.
-Te oyes feliz-dijo-¿Estás feliz?-.
-¡Pero claro que estoy feliz, boba!- en verdad se le oía contento...pero había una especie de melancolía en su risa... ¿O lo imaginaba? ¡Pues sí, claro que lo imaginaba! Él iba a volver a casa. Todo estaría bien "¿¡Por qué me estoy diciendo esto!? ¡Sé que volverá!". Sin embargo...tragó saliva.
-Niko ¿harías algo por mí?-.-Daría mi vida por ti, nena-.-Ven con nosotros-.
-Lo intento, cariño, en serio que si-.
Alina cerró los ojos y sintió que húmedas lágrimas asomaban entre sus pestañas y rodaban por su mejilla.
-Te amo, Niko-posó una mano en su vientre-Te amamos-se corrigió.
-Yo también los amo, bebé...Los amo muchísimo, Ali-la línea se cortó. A su alrededor la gente señalaba a la zona del desastre, y gritaba con horror. Un escalofrío subió por la espalda de Alina.La otra torre se desplomó.
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11-S: Atentado a Dos Almas Gemelas
Romance11 de Septiembre, 2001. Una ciudad bañada en cenizas, papeles abandonados y llantos de desesperación. Una nación herida en el mismísimo centro de su orgullo. Y lo que volvió esto en tragedia: Miles de vidas perdidas en un conflicto en el que ni siqu...