10-Cap

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Narra Serena:

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Narra Serena:

Me quede observándole para ver si conseguía leer alguno de sus pensamientos, ya que siento que al haber dicho aquello he dado con una mina de oro ingenuamente sin saberlo.

Miro ceñuda a la señora de piel peluda cuando se percata que debía organizar algunas cosas antes de marcharse, me tomo la atribución de mirarle y ella me devuelve la mirada por el pequeño espejo que se me ocurrió colocar en la habitación debido a que no veía ninguno.

Ni siquiera en el baño había, por ello gracias a este pequeño pero útil artilugio nuestros ojos se encuentran.

No me va a contar más de lo que ha dicho sin pensar. Maldita sea, es tan hermética como el propio controlador obsesivo de su amo. Eso pone fin por completo a nuestra conversación, así que seguimos en silencio mientras organiza unas telas hermosas en el armario.

Empiezo a pensar que el reciente desliz de la señora, cuando me dijo que su amo obseso del control no era así como se dejaba ver, con un humor de perros. A parte de todo un monstruo con todas las de la ley, el haberme insinuado que esconde algo fue una gran anomalía.

A lo mejor se avergüenza de ello, le preocupa haber sido desleal hacia él. El silencio me resulta asfixiante. Necesito hablar, más que todo saber. Necesito respuestas.

«¿Qué es lo que esconde el señor?»

«¿A qué se refería ella?»

Debo saber que esconde, lo que ella me dijo me ha dejado la incógnita. Quiere que me alimente pero yo no tengo hambre, deja rosas todos los días a mi lado en la cama pero se esconde.

«¿Se esconde de mí, o simplemente no quiere que le vean?»

Siempre que trato de recordar su rostro me es imposible, le cedo el lugar a la duda para que se adentre en mi corazón, Si realmente es verdad lo que dejó escapar la más leal de sus sirvientes entonces, el Conde tiene un secreto entre manos.

Algo de lo cual no debe saber nadie, sin embargo pone en duda la maldad de este con respecto a todos los que le rodean. Debo analizar minuciosamente lo que sucede, ver si hay algo en él que merezca la pena ser rescatado de esa desaforante oscuridad en que se arrulla.

De pronto la brisa sufrió un cambio notable que duraría apenas unos segundos, pero revolvió casi todo lo que la señora antes de marcharse había puesto en su lugar.

— Sé que estás ahí, "Conde". No soy boba. Si planeabas que no me percatase, para la otra debes ser más sigiloso. Haber ¿por qué no sales? O a caso seguirás dando curva a todas mis interrogantes. —suspiro profundamente resignada, al sentir la brisa que pasó por mi lado y me acarició la mejilla.

Le sostengo la mirada a la nada, consciente de que este me está observando posiblemente analizando cada una de mis palabras o me mira enfadado desde la oscuridad de la habitación.

Amante de un Príncipe Oscuro (II Libro: Bilogía Amantes Siniestros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora