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—Len, ¿me dirías qué es el "complejo de Edipo"? —preguntó la profesora de literatura.

El blondo, el cual parecía un poco más cansado que de costumbre, levantó la mirada de su libreta, cualquiera pensaría que estaba tomando nota de lo que decía la docente, pero en realidad estaba escribiendo otra de sus canciones. Afortunadamente, no por estar escribiendo su canción significaba que no podía escuchar a la profesora, así que sin dudar la miró y abrió la boca.

—Si no me equivoco, el complejo de Edipo se trata de cuando un niño empieza a sentir atracción por su madre.

—Correcto, ¿y por qué se le debe ese nombre?

—Porque en el cuento de Edipo, Edipo mata a su padre y se casa con su madre, aunque claro, éste no sabe que la mujer con la que se casa es su madre.

—Bien, una respuesta digna de ti. ¿Algo más que quisiera agregar?

—Hm, tal vez el complejo de Electra. Que es prácticamente lo mismo que el complejo de Edipo, lo único que en este caso es al revés, siendo la niña que empieza a sentir atracción por su padre.

La docente sonrió, para anotarle un punto extra a Len, ¿cómo es que el rubio sabía aquello? Simple, él sí hacía la tarea que le daban para el hogar. La campana sonó, dando inicio al receso. En cuanto la profesora salió del aula, más de una mirada fue hacia Len.

—Sigo sin saber cómo es que lo haces —vociferó un chico de cabello rojo—. ¿Acaso la profesora te dice de antemano lo que te va a preguntar?

—¿Por qué haría eso? —preguntó Len, obviamente sabía que buscaban molestarlo.

—No lo sé, tal vez por un pequeño favorcito —respondió, girando dos dedos en el aire, dando a entender algo morboso, pero que era asqueroso, ya que la docente tenía más de cincuenta años.

—Solamente estudio, Akaito, tal vez deberías intentarlo.

—¿Eh? ¿Estás diciéndome estúpido?

—Si te queda el zapato —se limitó a responder Len guardando sus cosas.

El pelirrojo frunció el ceño notablemente, pero a Len no le importó, simplemente lo ignoró y salió del aula como siempre hacía. El pellirrojo habría ido a buscarlo ahora mismo para romperle la cara contra el suelo, pero no lo hizo únicamente porque uno de sus amigos lo detuvo, ¿por bondad hacia Len? No, simplemente tenían cosas más importantes que hacer.

El joven Kagamine caminó por los pasillos, como siempre usaba su capucha dentro de la institución, pero a nadie parecía importarle. Su día iba a ser normal, iría a su pequeño santuario, se recostaría y terminaría la canción que estaba componiendo. Sus planes no fueron destruidos, él logró salir del edificio, logró llegar a su santuario, logró recostarse bajo su árbol, logró terminar de escribir su canción.

No sabía por qué, pero había escrito una canción de un chico que iba a una discoteca y se enamoraba de una desconocida, lo cual no iba a para nada con él, ya que él no iba a discotecas, aunque siendo sincero poco tenían que ver las canciones con él, ya que había escrito una canción de alguien que devoraba sueños y él no hacía eso, porque literalmente era imposible. Sin esperar, como siempre trataba de hacer cada que terminaba una canción, comenzó a cantarla.

Hizo lo mismo que la última vez, masajeó su garganta y tosió, para acto seguido empezar a cantar con aquella voz juvenil que poseía. Dado que no tenía ningún instrumento para tocar la instrumental, no le quedó de otra que usar sus manos, golpeándose en las piernas como si fuese un tambor improvisado. A pesar de estar cantando en voz alta y de estar creando la melodía de manera improvisada, sus ojos estaban sobre la letra escrita en el cuadernillo.

Yo te Amaré (Rin x Len)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora