CAPÍTULO 6

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El más joven se retiró del salón una vez que comunicó su negativa a proseguir el entrenamiento requerido. Se podría decir que prácticamente huyó, abandonando al obstinado príncipe en el lugar, quien había sido flechado desde el momento en el que lo vio.

La presencia intempestiva de Taehyung removió las emociones de Jimin, que se encontró recorriendo los pasillos en busca de su institutor, para comunicarle que se abstendría de la cena de esa noche. Sus nervios a flor de piel consiguieron que se instalara un peso en su estómago y la perspectiva de volver a ver a un sujeto con el que quería mantener las distancias lo puso ansioso. Eso se tradujo en una falta de apetito inmediata.

Acabó por hallar a Seokjin en la cocina real, bien campante junto a uno de los ayudantes del cocinero, ambos semi escondidos detrás de una pared que daba a la despensa, alimentándose en secreto de las delicias turcas que un carruaje trajo desde Armembrá por encargo.

-¿Qué miras, pequeñajo? –le gruñó Seokjin con la boca llena de comida y cargado de molestia por haber sido descubierto en pleno asalto. –Si no vienes aquí por algo importante será mejor que te largues a seguir practicando. No habrá ningún bocadillo hasta la hora de la cena.

-¿Y para usted si? –se carcajeó el doncel, admirando cómo las migajas y el dulce decoraban el borde de la boca del institutor y se derramaban por sus dedos.

-¿Qué has dicho? –tragó el último bocado, que pasó por su garganta con cierto esfuerzo. –Yo no te impartí esos modales de etiqueta, doncel de copetín.

-Está bien. Lo siento. Le estaba buscando para avisarle que me saltearé la cena de esta noche. No me siento muy bien del estómago –se sobó la parte baja del abdomen mientras ponía un semblante apenado y adolorido para otorgarle mayor dramatismo a la mentira.

-¿Estás con cólicos o qué? Ya sabes, esas cosas que donceles y mujeres comparten –espetó con dureza el hombre de hombros anchos, con un nuevo trozo de delicias turcas saturando su cavidad bucal. No le importó que la cocina estuviera abarrotada de empleados que iban de un lado a otro y que podían escucharles sin problemas.

Jimin se mostró un tanto apenado por la hosquedad recibida y la falta de empatía. Sin embargo, sabía que esa era la forma de ser del institutor y debía soportarlo así.

-No. Creo que tal vez me sentó mal la sopa de algas del mediodía...

-No seas estúpido, niño. Esta noche uno de los príncipes nos honrará con su presencia, así que será mejor que estés bañado y acicalado para cuando llegue la hora, ¿entendido?

El rubio asintió, un tanto conmocionado.

-Ve a prepararte, que yo tengo que continuar catando estos en honor al príncipe –Seokjin le hizo un gesto con la mano para que se retirara, dejando de prestarle atención.

Pero el plebeyo estaba ido interiorizándose en sus pensamientos.

Salió de la cocina dirigiéndose a su alcoba, recapacitando sobre la información recibida.

¿Uno de los príncipes estaba en el palacio? Eso quería decir que había un cincuenta por ciento de posibilidades de que el príncipe del que Seokjin estaba hablando fuera Jungkook. Tal vez él había venido a visitarlo y buscaba saber cómo se hallaba al cabo de tantos años.

Se sintió emocionado y revitalizado después de su anterior estado de ánimo. Su humor cambió ante la buena nueva, llegando a olvidarse por completo del hecho de que volvería a ver en la cena al peliceleste que conoció en el gran salón.

***

En los aposentos reales, un Taehyung perdido en las nubes descansaba su cuerpo sobre un diván elegante. Se le fue comunicada la visita de su mejor amigo, que pedía verlo.

Kivara (Kookmin / Vmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora