Levi
-Veo que ya comiste- comenta Sher observando los restos de comida. Mi amigo los toma y los tira al cesto para luego centrarse sobre el borde de la cama.
-Él lo propuso- comento, sintiéndome algo extraño, no sabía de dónde venía aquella actitud- tú y Némesis estaban hablando y no tenía dónde comer, no es la gran cosa.
-Supongo que no lo es- reconoce, su mirada clavada en sus botas militares negras. Tenían abrojo en vez de cordones ya que a él no le gustaban. Noté que su cabello casi blanco necesitaba un buen corte, ya que cubría un poco sus ojos y su nuca, sin embargo no lo apartó mientras me movía por la habitación.
-Sabes que he estado hablando con Némesis- repite Sher, sus manos inquietas en su regazo.
-Lo noté- comento apoyándome contra el escritorio completamente vacío ubicado frente a él.
-A veces tengo las cosas muy claras- me dice apretando sus manos con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos- siento que tengo las respuestas a todo, que puedo lograrlo todo y a veces me siento perdido, como si fuera un niño.
-¿A qué te refieres?- le pregunto. No sabía como habíamos pasado de hablar de Némesis a sus pensamientos, sin embargo no pensaba preguntar por ello. Lo dejé titubear mientras intentaba encontrar las palabras correctas.
-Sentimientos- murmura y pronuncia aquella palabra casi con desprecio- me ahogan, me invaden, no puedo ponerles orden, no puedo entenderlos. No hay cálculo, no hay procedimiento, no hay libro que pueda enseñarme a lidiar con ellos y yo...
-Sher- lo detengo, no había notado lo fuerte que estaba sujetándome a la madera del escritorio hasta que la madera rechinó bajo mis uñas- está bien que te guste, es una linda chica y...
La confusión en la mirada de Sher me descoloco tanto que dejé de hablar. Se lo veía anonadado, como si se hubiera dado la cara contra una pared en el medio de la conversación.
-Me gusta Némesis- dice, con cuidado y mi mundo se mueve un poco hacia ambos lados- desde que la vi por primera vez pensé que era bonita. Creo que nunca había visto a una chica de aquella manera hasta que la vi. Había escuchado sobre estos sentimientos antes, sobre el sentirte atraído hacia alguien, sobre el amor...
Me paro de golpe y me dirijo hacia la ventana, dándole la espalda. No quería que viera la máscara de horror en mi rostro, demasiado urgente como para poder ocultarla. Me sentía a punto de tocar fondo y no sabía qué era capaz de hacer. Era como ser destrozado y vaciado a la vez, ¿Así se sentía un corazón roto?
-...de pronto todo eso tuvo algo de sentido- continuó Sher, parecía demasiado metido en sus palabras como para prestarme atención. Mejor así. De esta manera quizás podría engañarlo, quizás podría guardarme el dolor para otro momento donde pudiera sufrirlo lejos de él- chicas amando chicos. Tenía sentido, lo vi en la televisión tantas veces que se volvió algo casi comprensible para mí. Mis sentimientos siempre fueron extraños pero no había nada malo en chicas amando chicos y chicos amando chicas.
La pausa que siguió a eso fue tan larga que por un momento pensé que Sher se había ido y no lo había notado. Me volteé hacia él, sintiendo mi corazón a punto de explotar en mi pecho, el hueco que dejaría no podría ser reemplazado con nada más. Con nadie más.
Entonces Sher dejó de mover las manos y me miró, sus ojos glaciales se encontraron con los míos a través de la habitación tal y como lo habían hecho miles de veces antes, sin embargo, sabía que ésta vez algo había cambiado.
-Entonces te conocí- murmura, su mirada parecía atravesar todo mi ser- Entendía a las chicas amando chicos pero no entendía a los chicos amando a otros chicos, ¿Cómo podía? No los veía en las películas, no los veía en los libros o en mis comics o en la vida cotidiana y me preguntaba si Daniel y Bruno se amaban de la misma forma que las chicas aman a los chicos, ¿Podía un chico amar a otro chico así? ¿Estaba bien?
Lawliet se levantó de la cama y di un paso hacia atrás, mi espalda chocándose contra el marco de la ventana. Él comenzó a caminar hacia mí, sin embargo hubiera preferido que no lo hiciera, no cuando todo mi ser parecía estar a punto de colapsar.
-Le pregunté a Némesis, y yo nunca hago preguntas, pero ya te dije que cuando se trata de los sentimientos soy tan tonto como cualquier otro- murmura cerrando el espacio entre nosotros- Sé que quieres saber qué me dijo.
-¿Qué te dijo?- le pregunto en un susurro. No había nadie más que nosotros allí y Sher estaba tan cerca mío que podía sentir la calidez que emanaba su cuerpo, sin embargo parecía apropiado.
-Me dijo que los manifestara- susurra él también, su rostro tan cerca del mío que podía ver el iris verde que se formaba al lado del celeste, sus pupilas se habían vuelto oscuras a medida que la distancia entre nosotros se volvía casi inexistente, mis labios entreabiertos anhelaban y anhelaban- así que te diré lo que siento, te lo diré todo y tu me escucharás hasta que termine.
Hubiera contestado, pero no era capaz, no cuando Sher estaba tan cerca de mí, no cuando estaba a un movimiento de tenerlo entre mis brazos, no cuando me miraba de aquella forma, con el rostro ligeramente inclinado hacia arriba para poder mirarme, su suave cabello ligeramente despeinado, una vena de su cuello tensa por la inclinación.
Sher se acercó hasta que sus rodillas rozaron las mías, sus manos rodeando mi cintura para apoyarse contra el alfeizar de la ventana. Sher dejó caer su cabeza contra mi pecho y, cuando comenzó a hablar, me pregunté si había alguna forma de que yo pudiera salir vivo de esta conversación.
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Genetics
ActionSebastian se ha aliado con Urian para destruir a los Dioses de una vez por todas y depende de los Genetics acabar con ellos. El problema es qué hay cinco personas en el mundo que conocen a Sebastian y cómo podrían derrotarlo y todas ellas se encuent...