II

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Son las tres y media de la madrugada, y sigo pensando en ese gran encargo que muy tontamente acepté.

He tratado de dormir, pero apenas cierro los ojos y trato de relajarme, la imagen del atractivo chico de ojos verdes inunda mis pensamientos.

¿Estará realmente arrepentido? ¿Tiene un misterioso plan? ¿Me hará algo? Muchas preguntas sin ninguna respuesta coherente pasan una tras otra por mi cerebro, sin respuesta alguna.

Ya decidida a que no podré dormir hoy, me levanto de la cama para poder ir a mi baño. Suerte que tengo mi propio baño en la habitación, o sino tendría que salir afuera, donde el fuerte viento me congelaría. Aquí en Anchorage todo el año la temperatura es extremadamente fría, tanto que estamos en el top diez de las ciudades más frías del mundo.

Me coloco mis pantuflas que reposaban a un lado de la cama y me dirijo al baño soltando un pequeño bostezo.

Una vez después de hacer todas mis necesidades, salgo del espacioso baño y corro la puerta de mi armario dejando a la vista mi mini congelador, ropa y zapatos. Estiro mi brazo y tiro la puerta hacia afuera, dejando al esplendor muchas latas de refrescos y energizantes de diferentes tamaños y marcas. Tomé un jugo de naranja y lo abrí fácilmente. Moriría si no tomaba un poco de líquido en veinte segundos más.

Una vez acabado, boté la lata en el pequeño basurero al lado izquierdo del armario.

No sabía que hacer. Si me echo nuevamente en mi cama, mi mente estará pensando en todo momento en Harry. Pero si despierto a Alinee, lo más probable me mande a la mierda, sinceramente. Giro mi cabeza y mi mirada ve a Ray durmiendo cómodamente en su cucha. Sería genial ser un perro, puedes hacer lo que quieras, cuando quieras y donde quieras. Una vida llena de despreocupaciones.

Envidio a Ray. Suertudo Maltés.

Finalmente, decido ir a la cocina para prepararme un sandwich y algo de beber. Una vez dentro, abro el congelador y saco queso, jamón y pan. En menos de cinco minutos, ya me encuentro devorando mi comida sentada en una de las sillas de la isla.

Antes de comer el último bocado de pan, el teléfono empieza a sonar con su estridente sonido.

Frunzo el ceño.

¿Quién será? ¿Por qué alguien me está llamando a estas altas horas de la madrugada? ¿Serán mis padres? ¿Ellos están bien?

El temor se apodera de mis venas mientras me levanto para coger el teléfono. Si lo dejo sonar, Alinee se despertara y sería capaz de romper el teléfono y atropellarlo con mi propio auto.

Al final me decido por contestar.

Descuelgo y llevo el parlante hacia mi oreja derecha.

- ¿Aló? - pregunto confusa esperando a que la otra persona respondiese.

- Así que una chica ¿eh? - una voz ronca y lenta salía de la garganta de un chico.

- ¿Disculpa?

Él chico carraspea antes de hablar - Mira, amiga. Estoy demasiado feliz y libre como para que una chica como tu arruine todos mis avances - empieza a decir - Así que te agradecería enormemente que siempre mantengas tu distancia ante mi, ¿okey? - ¿Me está amenazando?

- ¿Quién es? Usted no tiene ningún derecho de llamarme a esta hora y mucho menos de-

- Solo te digo esto de una buena manera, porque no querrás conocer la mala - me interrumpe y automáticamente cuelga.

Dirijo el teléfono hacia las llamadas recientes y mi boca cae al suelo al ver que no marcaba el último número. No estaba registrado. Él último marcaba con letras el nombre de 'madre', la cual llame hace unos días. Mis ojos estaban abiertos de par en par inmensamente aún viendo el aparato telefónico.

Estaba asustada, muy asustada. Me sentía sola por más de que Alinee estuviera a muy pocos pasos de aquí.

Dejé le teléfono en su lugar y a pasos largos caminé rumbo a mi habitación.

Agarré mi celular para tratar de despejarme, y así lo logré entrando a Twitter y leyendo algunos tweets graciosos. Después de unas horas, me fijé en el reloj del móvil y este marcaban las cinco y siete. Una noticia que me alegraba era que mañana es Sábado, y podré reparar todas mis horas de sueño perdido.

A las cinco y cuarenta, mi cabeza dolía a más no poder, todo por falta de descanso.

Poco a poco, mis ojos se fueron cerrando, y un segundo después, me encontraba a Zac Efron en la discoteca conmigo, olvidándome totalmente de la desconocida llamada.

(...)

Abrí mis ojos lentamente hasta poder ver el techo de mi habitación. Me había despertado el ladrido de Ray muy cerca de mí. Efectivamente, Ray estaba al lado de mi cama ladrando fuerte. Sonreí de manera cálida y corrió en círculos unas cuatros veces, persiguiendo su cola.

- Hola Ray - saludo.

Me levanto de la cama y me estiro. De un momento al otro, los recuerdos de la noche anterior desatan en mi mente. Suspiro recordando que estoy metida en un gran problema.

Camino hacia el baño y me lavo la cara, buscando alguna manera de despejarme. Me seco con una toalla y salgo. Después de salir de la habitación, observo mi reloj. Mis ojos se abren y mi boca cae al suelo - literalmente - al ver la hora. Dos y cuarenta y tres de la tarde. Genial, dormí más de ocho horas.

Camino por el pasadizo en busca de mi mejor amiga, pero no la encontré. Busco en la cocina y tampoco estaba. Reviso los baños, su habitación, la lavandería, pero en ninguno de esos lugares estaba. ¿Donde rayos se metió Alinee?

- ¿Alinee? - Mi voz un poco más alta de lo normal para que pueda escucharme donde quiera que esté - ¿Alinee? - repito.

Una vez de buscarla por toda la casa, me doy por vencida. Ella no está por ninguna parte, así que decido llamarla.

- ¿Hola? ¿Alinee? - digo apenas la línea entró.

- Hola Abi - muy tranquilamente dice.

- ¿Hola Abi? - la imito - Te he estado buscando hace como treinta minutos y tu ni siquiera llamas - la regaño.

- Ay, alguien se despertó del lado equivocado de la cama - "bromea"

Suelto un bufido.

- ¿Donde estás?

- En Walmart comprando comida y ropa, ¿tu?

- En el cine con Ansel Elgort - hablo sarcástica.

- Me vas a hacer llorar cada vez que repitas su nombre - finge un llanto falso.

- Ansel Elgort - vuelvo a decir solo para molestarla.

- Maldita - murmura y yo sonrío.

- ¿Ya estás llegando? Quiero contarte algo - la conversación vuelve a ser seria.

- Estoy en el coche - informa - ¿Qué cosa?

- Llega y te cuento

Resopla - Esta bien.

- Apúrate, adiós - me despido.

- Como quieras - Estoy segura que rodeó los ojos.

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Maybe [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora