// Deja de pensar tanto,
En la actualidad...
Sanji logro escabullirse del restaurante antes de que Zeff lo encadenara a realizar alguna tarea relacionada al término de jornada.
No se había salvado, claro que no. El viejo al día siguiente se lo cobraría con intereses. Pero no podía importarle menos mientras sostenía firmemente la bolsa con comestibles que había preparado y encendía un cigarrillo encaminándose hacia la casa de su escurridizo amigo.
El sol estaba ocultándose casi por completo cuando el joven cocinero doblaba la última cuadra que le separaba de la residencia del joven cirujano.
El viento soplaba fresco y las calles aún gozaban de una buena cantidad de transeúntes mientras el rubio se abría paso tranquilamente entre ellos.
Law vivía a media hora andando a pie del restaurante. Quince minutos si utilizaba locomoción colectiva y cinco o diez si utilizaba locomoción propia. Pero Sanji se negaba rotundamente a tomar el auto del viejo, y prefería por mucho caminar por su cuenta. Le ayudaba a relajarse y reflexionar.
Avanzó sin prisa cuando llegó a las puertas del bonito condominio de departamentos que el médico tenía como vivienda propia. Saludo al guardia con un asentimiento de cabeza. El hombre, al reconocerlo, frunció el ceño fuertemente.
─ Tiempo sin verte por estos lados, muchacho.─ musito bruscamente el hombre canoso cruzándose de brazos apoyado contra la caseta de seguridad. Si Sanji no le conociera, y sus mañas, podría pensar que estaba regañándole.
─ No puedo invitarme solo, Wolf-san.─ se encogió de hombros con falsa inocencia el rubio. El mayor negó con la cabeza.
─ Pues deberías hacerlo. Ese niño va a terminar como ermitaño si sigue así. ─ gruño el anciano. Sanji sonrió por lo bajo mientras rebuscaba algo en la bolsa sobre su mano.
─ Ten. Te he traído algo del restaurante.─ clamo el cocinero tomando un bento y tendiéndoselo al mayor. Wolf se sorprendió abiertamente y recibió la ofrenda casi a regañadientes. Casi.
─ No tenias que molestarte, muchacho. Ahora estoy en deuda contigo.─ refunfuño el anciano olfateando el contenido del bento. Sanji no logro esconder su radiante sonrisa al notar los cansados orbes del hombre, brillantes de emoción debido a su presente.
─ Tómalo como un pequeño bono por cuidar de Law, viejo.─ el anciano rodo los ojos mientras sostenía el pequeño regalo con ambas manos.
─ Las deudas las paga quien las pide. ─ refuto. Sanji aflojo levemente su sonrisa y movió sus manos para restarle importancia.
─ Ya. Ya. Lo que quieras, viejo. Tengo que preparar un par de cosas antes de que llegue el dueño de casa así que nos vemos más tarde, Wolf-san.─ se despidió el cocinero antes de pasar junto al mayor en dirección al edificio del médico.
─ Ten cuidado con la pequeña bestia.─ le grito el guardia. Sanji volteo levemente con el ceño fruncido pero Wolf ya había desaparecido dentro de su caseta. Demasiado emocionado, ¿he?
Sanji se encogió de hombros y continúo caminando.
El condominio estaba formado por cuatro torres de apenas cinco pisos cada una. Y cada torre tenía tres departamentos por piso.
ESTÁS LEYENDO
¿De mi?
FanfictionDespués de 10 años de existencia indiferente, recelosa e introspectiva alguien logro lo que Sanji jamás creyó posible. ¿Quién fue capaz de robarle el corazón al tan intocable Cirujano de la Muerte? Historia paralela a ¿Enamorado? ¿Yo? aunque desde...