Hey There... Lena

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—Pero es taaaan linda, Alex—. Los ojos de Kara estaban prácticamente brillando mientras hablaba.

Estaban en una de sus tradicionales "noches de hermanas", armadas con suficiente comida como para alimentar a un pequeño ejército. Abundante pizza y potstickers, sin mencionar los seis potes de helado en el congelador. Alex puso los ojos en blanco, claramente divertida por las payasadas de su hermana mientras masticaba su segunda porción de pizza.

—¿Cómo se llama?

Kara comenzó a sonrojarse, y esa fue toda la respuesta que Alex necesitaba.

—Espera. —Alex dejó su porción de nuevo en el plato—. ¿Me estás diciendo que has estado soñando despierta con esta mujer durante tres semanas y ni siquiera sabes su nombre?—. Kara se sonrojó aún más.

—Eh... ¿Delilah?

Alex casi escupe la bebida que tenía en la boca.

— ¿Delilah?—. Apenas pudo preguntar, mientras trataba de controlar su respiración.

Kara se quejó en voz alta. —Está bien No sé su nombre. No es que tenga muchas oportunidades de hablar con ella. Cada vez que la veo siempre va apresurada, generalmente con el teléfono pegado a su oreja. Y créeme, no me gustaría estar del otro lado de esas llamadas. Pero su voz, Alex. Por Dios, tiene el acento más hermoso. Es casi imperceptible, pero puedes escucharlo si prestas mucha atención...

Alex puso los ojos en blanco nuevamente. Había estado escuchando esto por semanas. Cada vez que venía de visita, cada vez que hablaban, Kara siempre estaba mencionando algo sobre esa mujer misteriosa del metro.


Alex se mudó a la ciudad después de la universidad, determinada a comenzar de nuevo después de una separación dolorosa. Le ofrecieron un trabajo en el estudio de abogados con el que había estado soñando durante años y honestamente no podía esperar para dejar Metrópolis. Se había las había ingeniado bien, debe admitirlo, para alguien que tuvo que valerse por sí misma por primera vez en su vida. Tuvo sus dificultades al principio, hubo muchas veces que quería dejar todo y volver corriendo a su hogar de la infancia, pero estaba decidida. Necesitaba ser valiente, así que lo fue. Fue alrededor de un año después que Kara siguió sus pasos, y aunque Alex se sentía libre, estaba encantada de tener a su hermana cerca nuevamente. Cada uno forma su propio hogar, y Kara siempre hizo que todo se sintiera más como en casa.


Kara era una aspirante a cantante. "Aspirante" siendo la palabra clave. Lo que Kara era realmente, era una barista en la cafetería de la esquina, una paseadora de perros profesional, una ocasional niñera para su vecina, y en su tiempo libre era la mejor guitarrista del metro en la esquina de la 5ta Avenida que la ciudad haya visto. Alex la admiraba a veces, era como si su hermana fuera una súper heroína. No había nada que Kara no pudiera hacer. Excepto aparentemente, preguntarle a esta mujer su maldito nombre.

— ¿Kara por qué no solo hablas con ella?

La rubia la miró como si tuviera tres cabezas.

— ¿Estás loca? Ella está como a... años luz de mi alcance. No puedo simplemente hablar con ella, de ninguna manera—. Alex consideró esto por un momento, pero sabía que era ridículo. Kara era como un sol en forma humana, con los ojos más azules que hayan visto. No había forma de que esa mujer esté fuera de su alcance. De repente se le ocurrió una idea.

—Bueno, siempre podrías cantarle. Estoy segura que eso llamaría su atención—. La forma en que su hermana la miró indicaba que le habían crecido dos cabezas más aparte de las tres que ya tenía.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2020 ⏰

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