Siglos hipotéticos, necesarios para esperar la llegada de una certeza que no estaba tan lejana, uno llega a suponer. Era un destino fijo, rodeado de estructura colorida con vista a la ciudad; con una montaña emblemática, se volvió un bautizo, un lugar que depuró las ideas obsoletas que uno guarda. Guiado por un alma vieja, una leyenda, reflejaba un nuevo y vibrante concepto de paz.
La depuración había comenzado, una voz susurrando manifestó "no grites, así son las cosas; tú diste el primer paso", tanta sinceridad me hizo suspirar.
"Apenas estamos comenzando, muchacho, de nada te sirve luchar. ¿Escuchas esas dulces frecuencias?, deja que te lleven, estás flotando en el mar"
¿Es tan difícil amar?, creo que debí hacerlo desde el principio, la vida sería más fácil. Todo es oscuridad acompañado de fosfenos oscilantes que hacen tus vellos erizar, perforando tú piel, tan cósmico y angelical.
"¿Esperabas esto?, ¿encontré tu verdad?, la vida aparenta ser corta, pero no ves más allá y te quedas con eso en mente. Hemos estado juntos mucho tiempo, y estás apunto de irte...como un diente de león, como la brisa de la madrugada, como el polen que dejan las abejas, como una vela derritiéndose. No es el final, siempre hay algo más, pero ya no estás aquí".
