Tres días después Xue XingChen volvió a la cabaña cerca de la media noche, entro en silencio, pálido y agotado. No encendió ninguna luz, para él no había diferencia en su reino de tinieblas. Song Lan se quedo de pie perdiendo la noción del tiempo, sin atreverse a entrar.
Le sorprendió llegar hasta la puerta y ver una tenue linea de luz salir del exterior, aquella luz provenía de la estufa donde hervía agua para él té. Con aquella escasa luz pudo ver como en aquellas horas el jovencito se había encargado de guardar y sacar de la vista casi todos los libros y objetos relacionados con las artes demoniacas que Song Lan había encontrado gobernando todo aquel pequeño lugar.
Ahora que los veía así, no eran tantos, ni eran su principal campo de estudio, pero no podía evitar sentir desprecio por ellos.
Xue XingChen levanto su cabeza al escuchar los pasos y la puerta abriéndose, separándose de sus tareas. No dijo nada, solo espero, Song Lan puso frente a él un rollo de tablillas, había escrito en relieve sobre ellas, había sido más difícil de lo que parecía y tuvo que empezar de nuevo varias veces. El jovencito se sentó en un taburete frente a la única mesa del lugar, desenrollo y comenzó a leer en silencio mientras Song Lan le veía embelesado bajo la escasa luz de aquella estufa, sus movimientos, sus modales, la curva de su cuello al leer era exactamente las mismas que las de Xiao XingChen, pero muy a su pesar, también veía en él los rasgos de Xue Yang.
La lectura de Xue XingChen se detuvo como un mal augurio antes de terminar de leer la primera oración que leyó en voz alta, se había clavado una astilla.
"Lo que paso no fue tu culpa."
Song Lan tomo mecánicamente aquella mano herida, aquellos dedos eran largos, pálidos y delgados, tibios y suaves, parecían los dedos de un noble que nunca trabajado o levantado nada más pesado que un pincel o un rollo de pergamino. Las manos de Xiao XingChen habían sido similares, pero tenían los callos de un espadachín y sus nudillos estaban cubiertos de pequeñas cicatrices de tantos años de entrenar en la montaña, solo podías notar aquellos detalles si las tomabas entre tus manos y las observabas de cerca.
"DaozHang..."
El jovencito soltó un suspiro con una sonrisa melancólica, buscando una aguja en uno de los recipientes frente a él, Song Lan dejo ir aquella mano, sin luz y sin una herramienta, no podía hacer nada... y el experto ahí en heridas grandes y pequeñas, no era él, pero Xue XingChen fue quien busco las manos de Song Lan, una a la vez, pues eran sus dedos estaban llenos de astillas que no pudo, ni se intereso en notar.
Song Lan lo dejo trabajar en silencio. En aquel rollo frente a él, había escrito ¿qué? ¿La verdad? Había muchas cosas que había preferido omitir, era la verdad que, pensó, mejor le sentaría al jovencito, sobre Xue Yang fue tan breve como le fue posible, que su primo había sido demasiado inteligente para su propio bien y se había visto enredado en una guerra de poderes que le invitaron a cometer crímenes sin nombre, que él y XingChen lo enfrentaron, Xiao XingChen perdió la vida, Xue Yang también y su venganza había concluido el día que murió Xue Yang.
Que el incidente la noche de su nacimiento fue nada más que un malentendido, que no sabía cual era su origen o sus familiares, esa era la verdad, pero al mismo tiempo no lo era, mintió, porque no podía contarle de sus años de rezos y suplicas cuidando de su alma, la historia de la flor de salvia y su nacimiento, le escribió que buscaba algo más y los encontró a ellos, que nunca había cargado un bebe y se había encariñado apenas le sostuvo y que si se quedo a su lado fue porque se sentía demasiado solo y cansado.
No decía nada de sus seis sobrinos menores, a los que sostuvo entre sus brazos cuando eran muy pequeños y a los que había pasado a la persona más cercanos apenas tuvo oportunidad sintiendo escalofríos escurriéndole por todo el cuerpo, aunque mientras estaban en brazos de alguien más y podía contemplarlos a distancia despertaban en él una alegría que le ponía sonrisas tontas en la cara, ellos también habían muerto en manos de Xue Yang, el más pequeño tenia cuatro años.
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LA FLOR EN EL HIELO (MDZS) (The Untamed) SongXiao
FanfictionSong Lan ha cuidado el alma de Xiao XingChen buscando fortalecerla y ayudarla a reencarnar, pero todos sus intentos han fracasado miserablemente y es atormentado por los recuerdos del pasado. Atrapado en los caminos del karma en un mundo retorcido...