Capítulo 24: El traslado

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Mi hermano corría cada vez más rápido, y yo me iba quedando atrás. Pero igualmente lo seguí, porque recordaba perfectamente todos los lugares de la manada.

Nuestro padre podría estar en cualquier lugar, pero, por alguna razón, tanto a mi hermano como a mí se nos ocurrió uno en específico.

Siempre me ha parecido muy complicado relatar esta parte de mi vida. Supongo que es porque recuerdo a mí hermano, justo en ese momento, lo vi tan triste, y hasta a mí me entristece mucho recordarlo. Es el peor recuerdo que tengo de mi hermano, y también el peor que debe de haber tenido él. Mi padre estaba muerto. El lobo negro lo mató. Si, yo ya no sentía nada hacia mi padre, pero.... El hecho de que haya muerto.... Suelo arrepentirme de no haberme reconciliado a tiempo. Y fue peor aún ver a mi hermano sufriendo. Parecía que, al haber perdido a su padre, se había perdido él también. Desde ese momento nunca fue igual.

No pude soportar tal escenario, tuve que irme de allí.

El lobo negro no se encontraba en ese lugar, seguramente había huido.

Ya no sabía qué debía hacer, así que volví al lugar en donde nos habíamos encontrado con Yie. Él seguía allí. Casi no se había movido, solamente se recostó debajo de un árbol.

Al verme se levantó. Su mirada era rara, como una mezcla de tristeza, compasión y "Te lo dije".

No podía soportar el silencio, así que decidí hacerle preguntas que se me vinieran ocurriendo sobre la situación.

—Entonces.... ¿Ya sabías sobre ese lobo?— Pregunté.

—Si, mi hermano me lo contó.... Él había escuchado los rumores— Dijo él— Me pidió que me mantuviera siempre cerca.... Ya sabes, intentaba protegerme, como siempre.

Iba a hacer otra pregunta, pero él me interrumpió.

—¡Espera! ¿Qué pasó con tu hermano? ¿Está bien? ¿Y tu padre? ¿Y el lobo negro? ¿Lo vieron?— Dijo él.

Suspiré.

—Cuando llegamos el lobo negro ya no estaba. Mi hermano está bien, pero creo que mi padre.... Creo que él.... Que él ha muerto— Dije yo.

Yie quería decirme algo, pero se dio cuenta que era mejor no hablar más sobre eso.

—Yo estaba durmiendo, pero el crujido de las hojas del suelo me despertó. Estaba empezando a amanecer— Dijo él— Me levanté y observé a mi alrededor. Seguía escuchando esos ruidos. Me alejé un poco más y vi al lobo negro caminando. No era para nada discreto, parecía no importarle que todos lo vean. No sé por qué, pero lo seguí. Sería muy raro que no me haya escuchado, así que creo que no tenía necesidad de atacarme, y por eso no lo hizo. Fue directo hacia la manada, como si ya hubiera pasado por allí antes y ya supiera dónde estaba. Pero luego se alejó, y se acostó cerca de un árbol. No sé cuál era su plan, pero parece que para él era más importante descansar. Bueno, tal vez estuvo caminando toda la noche. Lo observé por algunos minutos. Y me pregunté ¿Realmente ese lobo va a matarnos a todos? Si, ahora ya lo sé, pero antes lo dudé. Luego, vi a Nésuorf acercándose. Él tampoco fue sigiloso, en vez de eso él lo despertó, y lo retó a una pelea. El lobo negro aceptó, pero apenas se levantó se abalanzó sobre tu padre. Fue tan rápido, Kia. Le destrozó su cabeza y.... Y.... Mejor ya no hablemos más de ello.

Me imaginé la escena en mi cabeza, fue horrible. Definitivamente no quería hablar más de ello.

Nos quedamos allí una o dos horas. Yie sacaba un tema de conversación cada vez que podía. Yo también intentaba hablar, para no pensar en todo lo sucedido, pero era imposible no hacerlo.

Yie se acordó de Cáuh y dijo que iría con él porque de seguro estaría muy preocupado. Yo fui a buscar a mi hermano, quería saber cómo se encontraba.

Mientras avanzaba hacia el lugar donde lo había visto por última vez, lo encontré por el camino. Una parte de mí estaba feliz por no haber tenido que volver a aquella escena.

Ya todos lo saben.... Al menos así estarán más atentos....— Dijo Cedrack, con una voz fría, nunca lo había escuchado hablar así.

Cedrack se alejó, no sé hacia donde iba, pero parecía no querer hablar.

Yo tampoco quería hablar, pero tampoco quería estar sola. O tal vez sí.

El tiempo transcurrió muy lentamente, el ambiente estaba tenso, pero nada sucedía. No sabía qué debía hacer, o si siquiera debería haber hecho algo. Me quedé dando vueltas por el bosque, y tal vez recordando mi pasado. Nuevamente me arrepentí de haber regresado al bosque, pero ya había prometido que regresaría, de cierta manera.

Otra vez pasaron las horas, no fueron muchas, pero parecían más por la situación en la que estábamos.

Ahora mi hermano era el nuevo líder de la manada.

Él decidió trasladar a la manada, irnos lo más lejos posible de la ciudad.

No sabía si eso serviría, porque el lobo negro igualmente nos seguiría, fuéramos a donde fuéramos. Pero ahora él era el líder.

Cedrack mandó a dos lobos a buscar a Cáuh y a Yie, porque a partir de ese momento pertenecerían nuevamente a la manada.

Muchos llevaron pequeños "alimentos" (Conejos, ardillas, ratones, Zarigüeyas, roedores en general) para el viaje. Yo no tenía nada que llevar.

Avanzamos. Escuché a varios dudando de la idea de trasladarnos, pero a ningunos de ellos se les ocurría alguna otra idea.... Realista.

Luego de algunos minutos (Se siente bien saber diferenciar los tiempos) Cáuh y Yie se sumaron al grupo. Cáuh fue a hablar con Cedrack, Yie lo siguió, y estuvo con ellos un tiempo, luego vino hasta donde yo estaba.

—Hola— Dijo él.

—Hola— Dije yo— ¿Haz descubierto alguna información?

—No, sólo hablan de eso de que nos vamos a trasladar.... Que de hecho, es lo que estamos haciendo— Dijo él.

—¿Y qué información tienes de ello?— Dije yo.

—Pues.... No mucho— Dijo él— No hay un objetivo fijo, él (Cedrack) simplemente quiere alejarse lo máximo posible de la ciudad. Quiere comprobar si así cazadores ya no nos molestarán.

—¿Dijeron algo sobre el lobo negro?— Pregunté.

—Si, pero él tiene menos ideas para solucionar ese tema que nosotros. Bueno, yo tampoco tengo ideas.... O ninguna que pueda funcionar— Dijo él.

—¿Qué idea tienes?— Pregunté.

—Emm.... Pues.... Yo pensé que podríamos intentar.... Hablar con él— Dijo él, en voz baja.

—Oh— Dije yo.

Hubo un silencio.

—Sabes que no funcionará ¿Cierto?— Pregunté— Habría más posibilidades de que lo venciéramos si toda la manada lo atacara que si intentáramos solucionarlo de manera pacífica. Pero es seguro que se perderían varias vidas, y mi hermano no quiere eso.... Mucho menos luego de lo que le pasó a nuestro padre.

Yie no respondió.

—Pero tampoco querría solucionarlo a.... Tu manera. Porque ya sabe que ese lobo ha matado, y puede volver a hacerlo— Dije yo.

—Hablas diferente....— Dijo Yie.

—Si, ya lo sé— Dije yo.

Hubo otro silencio.

—¿Le has contado a Cedrack lo que sucedió cuando el lobo negro atacó a mi padre? Tal vez eso le serviría de algo— Pregunté.

—No, no lo he hecho— Respondió.

—Pues ve, tal vez hagas que piense.... Distinto — Dije yo.

Yie fue a hablar con Cedrack, luego no regresó. Me preocupé, pero confié en mi hermano.

Mientras tanto, la manada avanzó.


Mi doble vida: Una historia de lobos y humanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora