Capitulo 3. La familia bacán y la aweoná

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Se despertó después de una larga siesta, al ser día domingo podía hacer lo que quisiera, aunque ese día no iba su nana, solamente flojeaba. Agarró su teléfono para distraerse y escuchar música.

-Hola hija, vamos a tomar once- avisó su papá en la puerta de su pieza, después de un rato.

-Ya voy al tiro espérenme- Su papá salió de su pieza y se vistió para bajar a tomar once con su familia.

La familia de Natalia, a pesar de que sus padres ganaban muchísimo dinero en su mega-empresa, eran una familia bastante unida. Sus padres desde pequeños les inculcaron muchos valores a sus hijos, por lo que se podía decir que eran la "familia ideal".

Natalia bajó los escalones de dos en dos, y se sentó en la mesa junto a su hermana.

-Hija, ¿te habló la chica esta la que te va a acompañar al lolla?- preguntó su madre, después de un rato.

-Sí, me habló denante, y nos vamos a juntar mañana a las 4, a tomar algo- respondió informando a sus padres.

-Muy bien, espero que se lleven bien, yo y su padre nos llevamos muy bien allá en la empresa, ojalá sea igual con ustedes- Dijo su papá mientras se comía un pan con queso.

-Y, ¿por qué nunca me hablaste de su hija? así podríamos ser amigas junto con la afri- dijo Natalia con una expresión confusa.

-Ah no sé, igual hace poco que lo conozco- y  Natalia se quedó con esa respuesta para terminar de tomar once, conversó un poco con su familia y subió a su pieza de nuevo.

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-WEONA, me invitó a tomar algo- 

-¿QUÉ? me estai webiando Alba conchetumare weonaaaaa- dijo Julia a través del teléfono, de nuevo.

-No, weona, en serio, oye la culia es tremenda modelo, ¿te imaginai me pelo con ella?- dijo Alba, con cierta emoción en su tono.

-yia pero si hace un par de horas te queriai morir por tener que ir con ella- le recriminó su amiga.

-ya pero fue antes de saber que era una modelo de pasarela, ahora con gusto voy donde ella quiera- Nuestra querida Alba ya no se estaba pasando rollos, era un confort entero.

-que eres weona jajajaj- 

Siguieron hablando toda la tarde, hasta que llegó la hora de dormir.  A diferencia de la familia de Natalia, su familia se reducía a su padre, no tenía hermanos ni hermanas, era hija única. No tenían la costumbre de comer juntos, y Alba creció toda su vida con sus nanas. Antes de dormir bajó por un super 8 porque le había dado hambre, y después de seguir su rutina de aseo nocturno, se dejó vencer por el sueño.

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-Natalia, Natalia, Natalia, Natalia, Natalia, Natalia, NATALIA- Se desperezó, abriendo los ojos lentamente, encontrando a la pequeña Elena saltando sobre su cama. Lanzó una mirada al reloj de su velador, que marcaba las 10 de la mañana.

-¿Qué pasa Elenita?- Dijo mientras se sentaba en su cama.

-Quiero jugar- Respondió Elena tratando de poner su máxima cara de pena, para que su hermana cediera.

-Es muy temprano enanita, ¿te parece si vamos a desayunar?-

-Siiiiiii, tengo hambre- Dijo sacándole una sonrisa a su hermana mayor.

-Bueno anda a despertar al Santi y bajamos- Tras decir eso su hermanita salió corriendo tras el pasillo a la pieza de su hermano. 

Se volvió a acostar para descansar un rato más, pensando en lo que iba hacer ese día.

Hoy veo a Alba.

Sonrió, pues el día anterior la había empezado a seguir en Instagram, y la verdad que era una chica muy bonita.

Espero que nos llevemos bien y sea simpática, porque no estoy pa weas y que me arruine el Lolla

Tras ese pensamiento, fue a buscar a su hermanos para bajar a desayunar el rico desayuno que les había hecho su nana, para dar inicio al gran lunes que se le venía por delante.

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Alba se levantó, hizo su rutina diaria de aseo mañanero y bajó a desayunar lo que le había preparado una de sus nana. Buscó a su padre con la mirada, no lo encontró, estaba enojada con él pero tenía que decirle que iba a salir ese día.

-Oye Alberta, ¿Dónde está mi viejo?- le preguntó a una de sus nanas.

-Parece que bajó a su oficina, mi niña- Respondió con una sonrisa.

-Vale, gracias- Le dedicó otra de vuelta y se dirigió a las escaleras que llevaban a la oficina de su papá.

A pesar de que creció sola y su padre nunca le inculcó ningún valor, Alba era una adolescente bastante respetuosa y empática. No era de las típicas niñas ricas que trataban mal a sus nanas, al contrario de esto. Como se había criado con ellas, se llevaban muy bien y cuando su padre se iba de viaje les daba días libre, (en cuanto tuvo la autonomía de poder quedarse sola, claro). 

Tocó con los nudillos la puerta de la oficina de su papá, y cuando se escuchó un "pase" se adentró en ella.

-Hola papá- Saludó

-Hola hija, ¿Qué necesitas?- Respondió frío, como siempre.

-Voy a salir al Mall de Las Condes en la tarde, para que sepas- Informó

-Bueno- Dicho esto se retiró de la oficina y volvió a subir a su pieza. Esperando que llegaran rápido las 4 de la tarde para poder hacer algo interesante en lo que restaba del día.


gracias x leer esta wea las tk


zorronas y enamoradas - albalia (Chilensis)Where stories live. Discover now