Anaju se despierta sobresaltada, está sudando y está horriblemente incómoda. Se percata de que está en su cama aunque no recuerda al cien por cien como llegó a ella, sigue con el vestido de la noche anterior y puede comprobar que no se desmaquilló, ya que la mayor parte de maquillaje ha desaparecido y el poco que queda sobre su cara está completamente corrido; un cuadro, piensa la castaña. La cabeza le palpita y siente ganas de arrancársela, le duele horrores. La boca la tiene seca como un zapato. Anaju recuerda porque decidió dejar de beber hace ya un par de años, la resaca era horrorosa. Sin embargo la noche anterior se lo permitió, lo creyó conveniente.
La chica recuerda pegar al rubio en repetidas ocasiones mientras la llevaba como un saco de patatas por las calles de Madrid, pero se auto convenció de que todo había sido causa del alcohol y que seguramente Bruno o Maialen la acompañaron a casa y que nada de eso sucedió. Esa teoría la descarta cuando sale al salón y ve a Hugo dormir en su sofá, está hecho un ovillo y no está tapado con nada, parece tener frío. Anaju sonríe al ver la estampa. La chica camina con cuidado hacia su habitación y coge una manta que tiene en su cómoda, vuelve al salón y lo tapa con cuidado de no despertarlo. ¿Cómo era capaz de transmitirle paz si él era huracán? Entonces comienza a recordar y las lagunas que tenía recién levantada, van desapareciendo paulatinamente.
Anaju se mete en la ducha dispuesta a despertarlo conforme salga. Recuerda los chupitos de tequila, recuerda la vuelta a casa, recuerda gritarle, recuerda decirle te quiero, recuerda pedirle que se quedara, recuerda su respuesta. La chica estaba dispuesta a hacer que se quedara, dispuesta a que la acompañara en su día a día, dispuesta a iniciar algo; no sabía bien el que, pero algo.
Repasa mentalmente lo que le quiere decir, quiere explicarle que lo de la noche anterior no era mentira, que lo quería y quería que se quedara a su lado. Anaju prepara tostadas y café para desayunar, el chico sigue durmiendo plácidamente en su incómodo sofá. Sonríe al recordar que no fue capaz de meterse en la cama que habían compartido tantas veces pero que sin embargo se quedó en su casa. Deja el desayuno en la mesa y se sienta a su lado en el sofá, se acerca a su cara y comienza a despertarlo con un tono de voz extremadamente bajo.
-Hugo. -Anaju acaricia su mejilla ligeramente. -Despierta. -Deja un beso en su mejilla.
Hugo comienza a desperezarse ligeramente y abre sus ojos achinándolos.
- ¿Es así como te despiertan en el cielo? -Su voz es ronca y la frase sale casi como un gruñido. Era lo primero que decía y Anaju ya se reía, ese chico no tenía remedio piensa.
-No sé, nunca he estado en el cielo. ¿Tú sí? -Cuestiona juguetona la castaña.
-Eres lo más parecido al cielo que he visto nunca. ¿Cuenta?
-Exagerao'-La mano de Anaju intenta tapar la cara de Hugo y este la atrapa dejando un sonoro beso en ella.
- ¿Bueno y esto? ¿Qué celebramos? -Hugo se incorpora del sofá y visualiza el desayuno.
-Nada. -Anaju arquea la ceja derecha y sonríe. -Solo cumplo una promesa.
- ¿Una promesa? -Pregunta el chico sin entender de lo que habla.
-Una vez me dijiste que nos levantaríamos juntos y desayunaríamos y que no era imprescindible haberse levantado desnudo. Después de un año lo hemos conseguido Huguito.
-Hemos desayunado otras veces juntos. -El tono pícaro de Hugo provoca a Anaju a decir lo que el rubio quiere oír.
-Pero siempre nos levantábamos desnudos. -Habla la castaña provocando una carcajada en el chico.
- ¿No lo preferías así?-Pregunta peligrosa.
-Puede. -La chica responde dejándolo al aire, sabe muy bien donde acabarán si continúan por ese camino. No es que no quisiera, demonios, claro que quería, pero prefería que las cosas fueran despacio esta vez, nada de precipitaciones con consecuencias catastróficas.
Entonces Anaju tira del chico para que se levante del sofá pero este tira más fuerte de ella y la chica se desequilibra quedando sentada sobre sus piernas, ambos ríen y Anaju niega con la cabeza. Hugo posa un mechón de pelo tras la oreja de la chica y acaricia su cara con la yema de los dedos,temeroso de que pueda hacer algo que le moleste o incomode. Anaju cierra los ojos y sus otros sentidos se agudizan, humedece sus labios y a pesar de que los ojos los mantiene cerrados, sabe que la vista de Hugo está sobre ellos, porque lo conoce. Ambos pegan sus frentes quedando sus narices completamente juntas y es Anaju la que rompe la distancia entre ambos, es ella quien lo besa. Sus labios chocan deseosos, tienen sed del otro. Sus lenguas no tardan en entrar en escena y cuando se separan por falta de aire, son conscientes de que esta vez, ambos habían perdido y que jugar con la derrota jamás había sido tan dulce.
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Luces de neón || Anahug
Hayran KurguLa función ha terminado y las luces de neón se han apagado, los aplausos han cedido y ella ya se encuentra entre bambalinas. Sola con sus pensamientos. El silencio habla más de lo que le gustaría en estos momentos y por eso decide que la música será...