Capítulo 22

851 71 17
                                    

H A N N A H

-¿Qué haremos hoy? -. Preguntó Elena dando vueltas en mi habitación.

-¿Haremos? -alcé un ceja en su dirección-. Elena, estoy exhausta, no quiero ni salir a cenar.

-Entonces te traeremos la cena. Olivia, ¿vienes? -le preguntó a la rubia, quien tenía su mirada perdida en un punto fijo. Elena me había contado que mientras yo no estaba, Olivia había empezado a actuar extraño, incluso más que antes. Me pregunto qué cosas pasan por su cabeza en este momento, ¿qué podemos hacer para ayudarla?

-Claro, ¿a dónde?

-Iremos a McDonald's. No está tan lejos-indica la castaña-. Jaeden, es toda tuya.

Abro la boca para protestar, pero ambas salen de mi cuarto a tiempo.

Como si tuvieras algo que reprochar.

Niego con la cabeza. ¿Desde cuándo empecé a pensar de esta forma tan... sucia?

Mi habitación es un desastre. Maletas y muchas bolsas están tiradas por todas partes. Ahora caigo en cuenta, que es la primera vez que Jaeden está en mi habitación. Y estamos solos...

Maldición. Qué incómodo.

Como si no se hubiesen besado muchas veces...

Caigo en cuenta de que Jaeden está viéndome raro y siento mis mejillas arder. Él me sonríe y hago lo mismo. Dios, es tan lindo...

-¿En qué pensabas? -preguntó, sorprendiéndome. No tengo una mentira planificada. Y soy mala mintiendo.

-En nada...

Él entrecierra sus ojos.

-No es cierto.

-¿Ah sí? ¿Cómo sabes?

-Porque arrugabas tu nariz mientras pensabas. Algo pasó por tu mente.

-¿Y qué hacías viéndome? Acosador.

Él ríe y se encoge de hombros.

-¿Crees que teniéndote en frente miraría algo más?

Dios.

Mío.

Santo.

Eso fue... como un flechazo a mi corazón.

-Gracias -digo, sin saber qué decir.

¡Tengo que hacer algo!

Estamos solos.

¡Está en mi cuarto!!

¡Necesito decir algo! Vamos Hannah, no te quedes callada... vas a arrepentirte.

¿Y si le pregunto si le gusto? Oh vamos, por supuesto que le gusto. Y si... ¿y si no?

Él ríe y yo fijo mi mirada hacia él, y alzo una ceja.

-¿Qué es tan gracioso? -reprocho.

-Tú -responde con simpleza-. La forma en la que arrugas tu frente y nariz cuando piensas, es hermosa. Tú eres hermosa, Hannah.

-Yo... gracias, nunca sé qué decir, perdón, tú también eres hermoso... -río un poco nerviosa.

Él niega y ríe a la vez. Cuando se detiene, curva su cabeza como un cachorrito curioso.

-Sabes, no necesitas expresar las cosas con palabras todo el tiempo.

Me cruzo de brazos, intrigada sobre a qué se refiere.

❝Cada Día❞ [Jaeden Martell.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora