you left first || NOMIN.

1.

Pasó el invierno del año pasado, habían tenido una discusión por algo que para nosotros era bastante "trivial" porque en cierto modo no sabíamos lo que en realidad pasaba.

Había conocido ya hace tiempo atrás a dos de mis mejores amigos, los dos eran tan apegados como si su vida dependiera de la seguridad del otro.

Cuando comienzas a crecer nadie te dice como superar la pérdida de todo lo que amas, nadie se preocupa en decirte cómo afrontar los golpes de las caídas para seguir adelante en un mundo que ya parece perdido; entendí eso cuando conocí a ese par.

Na Jaemin y Jeno siempre encajaron como la pieza que le faltaba al otro, desde un principio fueron mitades incompletas. Ese era el tipo de atmósfera que habían creado juntos.

Jaemin era esencial para Jeno.

Jeno era esencial para Jaemin. 

Todo el mundo se preguntaba cómo podían encajar tan bien.

El sumiso, introvertido y reservado Jaemin y el brillante, dominante y carismático Jeno.

Ambos se complementaban y hacían la sintonía perfecta, todo giraba alrededor de su mundo pequeño de ilusiones, besos robados, miradas coquetas y promesas que con el tiempo amenazaban con romperse.

— No puedo hacerlo Jeno, ya no sé cómo seguir, quiero irme, no quiero volver, estoy tan cansado de sufrir. Por favor solo déjame, déjame ir.

A veces Jeno pensaba que fue ahí cuando todo empezó a caerse, todo lo que Jaemin conocía como "amor propio" había quedado atrás dando paso a la misma soledad que lo consumía por las noches.

En ocasiones tienes que hacer sacrificios por las personas que amas porque sabes que este mundo no fue suficiente para ellos, ambos se tenían el amor más dulce y hermoso que ninguno de nosotros pudo tener, se querían y podían morir por el otro si de ese caso se tratase.

Un viernes por la noche Jeno me había llamado, eran pasadas las tres de la madrugada, había bebido y su voz estaba cortada como si estuviera aguantando las ganas de llorar, lo conocía muy bien. Estaba mal pero era demasiado orgulloso para romperse enfrente de alguien.

Esa vez fue diferente.

Lloro como nunca lo había hecho, se había detenido a pedirme disculpas por no haberme mantenido al tanto de la situación que estaba pasando Jaemin, que en cierto modo era muy notable y no había razón de explicar algo que era obvio a ojos de cualquiera.

— Mark, dile que lo amo, que todos los días desde que nos conocimos me prometí cuidar de él y no dejar que lo lastimaran como una vez lo hizo su padre. Dile que encuentre la felicidad en lo que lo apasiona y que el mirar atrás solo sea necesario para saber cuánto tuvo que pasar para llegar hasta donde está, que eso lo motive a seguir, por favor no dejes que se deje vencer por nada ya que él necesita dar más y sobre todo dile que yo siempre estaré con él. No quiero que mis desiciones sean un problema para él en un futuro.

No entendía, ¿qué significaba todo lo que me estaba diciendo? ¿no podía habérselo dicho él?

— Que carajo, ¿por qué esto se escucha como una despedida? Jeno, ¿qué sucede? Quiero la verdad.

— Te estoy diciendo la verdad, esta vez soy yo quien se va.

Al escuchar sus últimas palabras salí de mi apartamento, tomé mi bicicleta y pedaleé tan fuerte hasta llegar a su casa, ahí su madre estaba afuera, estaba de rodillas en el césped mojado, lloraba, dios, jamás había sentido tanto miedo de preguntar algo que en el fondo de mi ya tenía respuesta y era claro que no me gustaría.