El bosque del norte ha sido un lugar inexplorado desde el principio de los tiempos, ha cobrado la vida de cientos de valientes expedicionarios. Siendo el lugar predilecto para los sacrificios humanos, esta costumbre de las familias nobles cumple con la única función de obtener el favor de las almas, aquellas quienes entregan el dominio del elemento al que protegen, sin embargo no es el único hecho sobre natural que ocurre en su inmensa fas.
Cuando el individuo llega a la cúspide de su vida es enterrado en el panteón de la comunidad, debidamente preparado con antelación, un ritual de despedida llena de consternación a las familias, hay ocaciones en que sus allegados no pueden lidiar con la pérdida y en su desesperación buscan la manera de volver a compartir mínimamente un contacto con la persona fallecida, dichas costumbres y tradiciones no distinguen clase social.
El rumor se expandió con la misma velocidad que una inundación, los aldeanos comentaban atemorizados cómo, desde hace unos meses, un castillo aparecía en la profundidad del bosque y cuyas cúpulas se podían ver por sobre el espeso verde, curiosamente sólo se apreciaba en los días de neblina; alimentando aún más la fantasía, alguno llegó a especular que era un enviado del ser maligno y que su única función era devorar a quien se atreviera a poner un pié en sus dominios.
Fue entonces que, de la manera más escandalosa posible, dos familias tuvieron una terrible disputa, el motivo era una relación no bendecida por los padres de ambos bandos, el precio por deshonrar a la hija de la familia antes del casamiento sería una cacería incansable para con el novio, como era de esperarse, el muchacho no pudo esconderse para siempre y murió a manos del padre de su amada mujer, ella fue prohibida de asistir a su funeral.
Desconsolada y corrompida, se dirigió al bosque para morir, sus padres la buscaron durante semanas, para cuando la encontraron en el límite del bosque, realmente les costó unos instantes el reconocer a su hija, aquella muchacha de rosadas mejillas y piel de porcelana se había convertido en una figura lúgubre del pasado, despeinada y deshidratada fue llevada a casa, durante días no pronunció palabra alguna, pero todo cambió cuando escuchó a sus padres hablar sobre el mito del castillo de la neblina y como fue que su hija logró sobrevivir tanto tiempo en ese inclemente lugar.
Casi como si hubiese olvidado como pronunciar, sus labios temblaron y su voz se escuchó como un suspiro -un hombre me salvó momentos antes de que me deboraran los lobos, él simplemente apareció de la nada- ambos padres detuvieron sus cuchicheos en seco y conmocionados por sus primeras palabras, exigieron explicaciones coherentes.
-Caminé durante horas hasta internarme en lo profundo del bosque, dispuesta a morir cuando vi a esa manada de animales salvajes, pero un hombre pálido con el cabello oscuro y largo corrió hacia mi y me cubrió con sus brazos, eso fue lo último que vi antes de despertar en su castillo, todos sus sirvientes me trataron con amabilidad pero él siempre estuvo distanciado de mi, decía que no era bueno que compartiremos tiempo juntos-.
- Mi niña esos son delirios tuyos, eso jamás sucedió...- exclamó su madre, siendo interrumpida abruptamente por su hija, que se negaba a aceptar la posibilidad de su inexistencia - tú no sabes nada madre, ese hombre me dio el regalo más valioso que jamás me dieron o darán en la vida, me permitió estar con mi amado una vez más, tal y como antes-.
Ahora fue su padre quien se escandalizó - ¿acaso perdiste la razón muchacha tonta? Nadie puede revivir a los muertos y ese muchacho definitivamente lo está, yo mismo me aseguré de ello cuando le disparé entre los ojos- su hija llena de pavor en el rostro empezó a gritar estrepitosamente mientras se llevaba las manos al rostro - ¡ese hombre existe! Lo juro por Dios, nuestro señor, ese hombre presenció mi sufrimiento y después de escucharme explicar todo lo ocurrido me propuso el volver a ver a mi amado, a cambio de algo claro está-.
-¡¿Y que demonios fue lo que te pidió?! ¿Qué se supone que alguien como tú puede darle a ese ente maligno? Perdiste todo valor cuando te revolcaste con ese miserable- exclamó el padre sujetando a su hija de ambos brazos y sacundiendola en medio de un arranque de ira.
Mientras su madre intervenía para liberarla del fuerte agarre que lastimaba sus delgados brazos, ella continuó - dijo que debía entregarle algo irremplazable, algo que todos obtienen una vez en la vida, pero cuando mi encuentro terminó, todo era igual en mi, el hombre me guío hasta el límite del bosque, lo último que le pedí fue su nombre y yo.... debo decirle a todos sobre esto... debo... hacerles saber que él puede hacer volver a quienes ya sólo viven en nuestra memoria-.
Tras un último intento logró safarse de las manos de su padre y con la respiración agitada salió de su casa, descalza y en camisón de dormir, era de madrugada sin embargo eso no le impidió gritar con todas las fuerzas que le quedaban en el cuerpo.
¡¡¡ESCUCHENME TODOS, EN LO PROFUNDO DEL BOSQUE HABITA UN
HOMBRE CAPAZ DE HACER QUE VEAMOS DE NUEVO A LOS MUERTOS, SU NOMBRE ES FENREC Y ME PERMITIÓ VER A MI DIFUNTO AMADO, LO JURO POR DIOS Y TODOS LOS SANTOS, ESE HOMBRE EXISTE Y VIVE EN EL CASTILLO DE LA NEBLINA!!!Los vecinos de la familia salieron de sus casas llenos de pánico al escuchar los gritos desesperados de la mujer, la misma que ahora yacia de rodillas en el camino pedregoso, con un charco de sangre entre las piernas y a su lado sus padres tratando de levantarla y llevar de nuevo a casa, ante la mirada acusante de los demás.
Tras este desafortunado episodio la familia la impidió de volver a salir en público y tras una revisión médica se descubrió que la razón por la que tuvo ese sangrado se derivaba por el arrojo de un nonato, ese amor había dejado un fruto en su vientre, el mismo que había perecido por las complicaciones de su salud o al menos ese fue el diagnóstico.
- Ahora entiendo que fue lo que te di Fenrec, pero no me arrepiento de nada... al menos me diste el placer de verlo por última vez...- semanas después, ella partió al más allá, a los brazos del hombre que más amó en su vida.
En ese mismo momento en algún rincón olvidado del castillo, una voz melodiosa busca desesperadamente al hombre que le dio lo que para el mundo es impronunciable.
De entre los pasillos se escucha el estruendo de los pasos presurosos del dueño del castillo, girando en el último pasillo entra a la habitación lo más rápido que puede mientras busca casi a oscuras a la dueña de esa voz, quien tras encontrarlo primero, le saluda alegremente - ¿entonces por aquí pasamos todos después de dar el último suspiro?- la silueta casi traslúcida de la mujer se pasea por la habitación hasta estar frente al hombre, este no está perturbado de ninguna forma y tras una sonrisa, se despide.
- No en realidad, pero lo que te hice no puede ser perdonado por ningún Dios en ninguna religión y por eso estas aquí, porque no irás al cielo con los demás... debido a mi intervención en tu vida, no sabes cuanto lo lamento- ella por su parte sólo sonríe y niega con la cabeza mientras su imagen empieza a verse cada vez más borrosa - señor Fenrec, usted no tiene la culpa, yo elegí esto, usted es el santo que me ha dado el descanso eterno y si Dios mismo se opone yo seré la primera en defender el noble acto que cometió para conmigo, gracias por todo y espero no verlo pronto en el más allá...-y así, sin más, se fundió con las partículas de polvo que bailaban en el luz del sol que se cuela entre las cortinas.
- Señor Fenrec, su desayuno está listo y si me permite informarle, hay un hombre intentando acercarse al castillo- interrumpió una mujer de mediana edad con ropa de servicio -¿qué es lo que desea que hagamos, mi señor?-.
Escóltalo a la entrada y dile a Czeke que prepare el laboratorio, tenemos un nuevo cliente.
"Renuncia a lo irremplazable y yo concederé tu deseo"
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Donde las almas permanecen
Mystery / ThrillerUna larga tradición de sacrificios humanos vuelve aún más inquietante los bosques que limitan a los reinos, mientras el deseo de encontrarse de nuevo al ser amado lleva a los lugareños a buscar al único capaz de cumplir su petición.