One Shots Yoonmin

Besos de arena

Estabamos en una cabaña grabando un video de von boyage y ahora nos estaban desmaquillando, salí un rato a ver la playa quedandome solo necesitaba estarlo.
Mientras mis pies tocaban la caliente arena, mis ojos miraban el atardecer y el mar, sentía paz.
Mis suspiros salían de mi cuerpo sin esfuerzo y mis pesos corrían.
¡Nunca descansaba! eso noté estando ahí, los colores violáceos y naranjas del cielo me arrancaban reflexiones que no me podía tomar de mi mismo y me hacían olvidarme del mundo. El tiempo de tener, encerré mis pies en el suave y salado mar.
Sentía estar en el paraíso, en una utopía de tiempo.
No me arrastraba la mente a lugares cotidianos y cansados, no forzaba tener nna buena postura y relajé mis ojos cerrandolos y encontrandome con un aroma sencillo, un aroma a mar.
Fue como música en mis oidos el vaivén de las olas y sonreí. Mi gran remera negra parecía que flotaba con el aire y yo no quería abrir los ojos.

Escuché unos pasos sincronizados como música clásica y una pequeña risa hermosa. Mi corazón se aceleró. Mas no empezé a respirar entrecortado, seguía relajado.

Sus pasos inundaron el agua creando un corto sonido significante.
Sus labios estaban cerca de mi oreja, la beso suavemente.
Parecía néctar dulce deslizarse por mi cuerpo pero no, sus labios siguieron camino hacia mi barbilla, ahora sabía que estaba al frente mío, lo sentía.
Sus labios rozaron los míos, sentí un pequeño jadeo de su parte, ahí abrí mis ojos.

Lo miré, él era ahora el atardecer con esos colores chiocantes y esa manera de llenar de vida las cosas, incluso a un hombre tan serio como lo que aparentaba algunas veces.
Sonreí mostrando mi corazón acelerado de nuevo y la brisa hacia revuelos en nuestro pelo.
Él estaba rojo, creo que yo igual.

Puse mi mano en la nuca de Jimin acariciando su suave piel y me acerqué. Mis ojos fueron a parar a sus labios. Le quería transmitir mi paz de una manera que siempre me gustaba dedicarle.
Le entregué sin dudar mi sonrisa concentrada en un toque de labios. La distancia era muy chiquita, la brisa chocaba nuestros cuerpos y el caer de la eterna noche lo hacía mágico. Mientras yo jugaba con movimientos armónicos y lo sentía sonreír.

Miré sus ojos algo tímidos y los míos estaban reflejados ahí. Lamí mi labio inferior y volví a acortar la distancia en un nuevo chasquido.

Nas bocas juntas encajaban bien, sabían bien, me daban un cosquilleo enorme en el vientre o en la panza y me hacían querer quedarme toda la vida en ese momento. Tanto como el mar.
Sus labios se movieron al compás de las olas, ellas ya empapaban mi pantalón, mojándolo y haciéndolo incómodo. Pero le reste importancia ahora eramos Jimin y yo. Otro chasquido sonaba cada vez que nos separabamos y nos volvíamos a juntar. El color del anterior atardecer me sonaba entre esos labios.

El beso fue incluso mas húmedo que el mar. Mi mano bajo por su cuello y su brazo lo que le hizo erizarse ante mi toque. Agarró mi mano entrelazando nuestros dedos mientras nos seguíamos besando. Su otra mano acariciaba la parte rapada de mi cabello que caía en mi cuello.
La lengua seguía ahí y me sonrrojé al recordar una parte de mi rap polémico. Jimin lo conocía en todos los sentidos. Intensificó nuestro agarre.
El beso fue largo, no "salvaje" como en muchas otras ocasiones.
No se cuanto tiempo nos besamos, creo que el suficiente para dejarnos sin aire.

-me encanta ver tu carita de concentrado al ver algo que te gusta- admitió mi novio.

-¿Vos o el mar?- dije tierno y nos hubiésemos vuelto a besar.

Pero se vió una luz y nos separamos, temía que fuese el staff. Si lo publicabsn nos arruinarían y cuantas otras barbaridades que pudiesen llegar a pasar por un descuido tan grande. Pero grata fue mi sorpresa.

Taehyung estaba riendose solo al ver nuestras caras. Cargaba una cámara sony en sus manos. Suspiré aliviado pero sentía la preocupación en la garganta. Habíamosntendio suerte.

Jimin corrió hacía su mejor amigo y juntos vieron la foto, él sonreía y haciendo una especie de círculo con sus manos, habló con Taehyung. Como si fuera un secreto y chocaron puños como dos niños jugando a algo inentendible a los ojos de un adulto.

Se despidió  y yo lo iba a matar en cuanto lo viera. Borraría esa foto o lo amenazaría seguramente. Si él la subía yo confirmaba su shipp con mi mejor amigo.

Jimin miró a ambos costados de la playa donde nos encontrabamos solos, después de la ida de Tae. En un movimiento rápido agarró mi cara pensativa y me plantó un beso corto en mis labios entreabiertos. Me tendió la mano y yo la sostuve, él era mi mar.

Con las manos ya entrelazadas salimos del mar corriendo por la arena ya fría, sacudiendola, dejandola atrás, volviendo a la cabaña.