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Christen

Unas horas... Sólo faltan unas horas para que este infierno termine. A las ocho se dará por terminado oficialmente el velatorio y podré dejar de estar aquí parada recibiendo gente. Tengo que reconocer que es realmente agotador.

Por desgracia, esto no termina aquí. Antes de cenar quieren que haga mío el libro de las sombras y por la noche van a proceder a mi coronación. Todo eso me asusta bastante. No sé si voy a ser capaz de poder con todo eso, pero han insistido mucho en que es necesario. Según ellos, el ser reina me dará más fuerzas por si nos atacan durante el funeral.

Esa es otra... No me agrada nada la idea de dejar a mis padre en ese panteón. Saber que no voy a volver a verles es algo que me llena de tristeza. Ojalá todo salga bien. Nada me gustaría más que poder volver a abrazarles. Les necesito ahora más que nunca.

—¿Un refrigerio?

Me doy la vuelta y me encuentro con Rufus que me tiende un tetrabrik de sangre con una gran sonrisa.

—Muchas gracias —respondo devolviéndole el gesto —. Empezaba a tener sed. ¿Cómo lo has sabido?

—Hace mucho calor y he supuesto que te vendría bien.

—¿Me haces la pelota para que tenga una cita contigo? —le indico divertida.

Él agacha la cabeza un tanto avergonzado, gesto que me resulta encantador.

—Culpable —reconoce divertido —. Y dime. ¿Ha funcionado?

—Digamos que tu propuesta ha subido puntos —respondo coqueta.

—¿Os está molestando, majestad?

Clamo al cielo. ¿Es que no podía ser más inoportuno? Aunque seguro que lo hace a posta.

—El que me molesta eres tú, Kael.

Él me mira sorprendido mientras que Rufus sonríe orgulloso.

—Disculpad, majestad, pero sólo velo por vuestra seguridad.

—Sí. Ya —contesto de mala manera.

En ese momento llega Lucie al rescate y me lleva a mi lugar. Agradezco que me haya quitado a Kael de encima, pero me da pena por Rufus. La verdad es que es muy mono.

—Vaya. Estás hecha una rompecorazones —comenta Lucie. Yo me río. —Y dime, ¿cuál de los dos te gusta más?

Esa pregunta me deja pensativa. Han pasado tantas cosas que no he tenido ni tiempo de pensar. Lo único que tengo claro ahora es que Kael me ha decepcionado, pero no puedo dejar de pensar que es el hombre más bello que he visto en mi vida.

En cuanto a Rufus... Es un encanto y no está nada mal. Y hasta ahora sólo se ha portado bien conmigo. Tanto que tengo ganas de conocerle mejor, pero claro... Kael va a hacer todo lo posible para meterse en medio y eso me molesta. ¿O no?

—No sé —respondo sacudiendo la cabeza —. Es todo demasiado complicado.

—No te preocupes —contesta ella acariciándome el brazo —. Cuando llegue el momento sabrás quien es el adecuado. Sólo déjame darte un consejo. No les des demasiadas esperanzas por si acaso. Ninguno de los dos merece sufrir.

Asiento. Tiene toda la razón del mundo. Aunque la que sufre realmente soy yo.

Comienza a llegar la gente y de nuevo presentaciones y saludos. En parte lo agradezco porque me impiden pensar, aunque el hecho de tener a Kael al lado lo hace más complicado. ¿Por qué tuvo que designarle mi madre como mi guardián? ¿Es que no había otro menos irritante que él?

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora