Verle en camisa siempre es un placer.

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#Mía

Media hora después de que mi novio me dejase sola en la habitación decidí darme una ducha en su baño. Estoy segura de que a él no le importaría y lo más probable es que las chicas y Polo se estuvieran duchando en la nuestra, pues nosotras podíamos permitirnos muchas cosas gracias a los ingresos de nuestros padres, pero habitación propia con ducha privada era una de las pocas que sobrepasaba nuestros límites. ¿Cuánto dinero debía de tener la familia Marcos para poder permitirse tantos lujos? La forma de vida que llevaban todos ellos era algo extremadamente excesivo desde luego.

- ¡Por fin llegas nena! - me dice mi amigo, que a deducir por su pelo húmedo también acaba de darse una ducha.

-Hola chicos- le doy un beso a Polo y sigo andando hasta llegar a mi armario en busca de algo calentito, ya empieza a hacer frío aquí.

- ¿Hola chicos? ¿Eso es todo? - Lili y Emma se ríen al escuchar el tono de voz que pone mi amigo. Él podía ser el hombre más masculino del mundo y también una perra mala cuando se lo proponía.

- ¿Qué quieres que te cuente? - le digo a lo lejos mientras me cambio en el baño, donde todavía queda vapor de la ducha.

- ¿Cómo que qué quiero que me cuentes? Pues todo. Nena, yo sabía que estabais pillados el uno por el otro. De hecho, creía que estabas obsesionada con él por todas las cosas que me decías por teléfono, pero ahora que os he visto juntos ¡Creo que él está mucho más enganchado a ti que tú! ¡Es como uno de esos tipos malos que están buenísimos y salen en las películas! - Todas nos reímos ante las palabras de Polo, podía llegar a los más alto del estereotipo gay cuando se lo proponía sin importarle lo que puedo eran decir de él, y eso me encantaba.

-Bueno Mía, ve eligiendo lo que te vas a poner esta noche- me dice Em.

- ¿Está noche? - miro a Polo por si sabe de qué están hablando y él asiente lentamente con la cabeza.

-Amiga, nos vamos de fiesta. -La mañana se nos pasa volando eligiendo entre los cuatro los outfits de esta noche, tener a Polo aquí ayudándonos es un extra bastante gratificante para todas nosotras porque el chico verdaderamente tiene gusto. No digo que yo no tenga porque obviamente mi madre se ha encargado de educarme para vestir bien, pero recurrir a Polo siempre era una buena opción.

- Chicas...- habla Emma un poco cohibida. ¿Qué se trae entre manos? Siempre trama algo cuando saca a relucir su timidez, algo jugoso.

- ¿Sí? - dice Lili mirándose al espejo. Realmente a esta chica no hay nada que le quede mal, esta noche va a ir preciosa con esa falda y ese top. Era alta, delgada y rubia, y encima era buena gente... ¿De dónde había salido esa chica? Si yo fuese una mujer insegura de mí misma no podría ser su amiga, mi autoestima habría caído en picado el mismo día que la conocí.

-Siempre te voy a odiar por tener unas piernas así- le digo suspirando.

- Y yo siempre voy a envidiarte por tener un culo natural tan envidiable- las dos nos reímos a la vez mientras que Polo y Emma se miran como diciendo: vaya par de piradas, y eso hace que nuestra risa aumente.

-Sí, sí, ya lo pillamos. Estáis las dos muy buenas bla bla bla. ¿Qué es lo que nos tienes que contar querida Emma? - nosotras dejamos de reírnos para mirar a Emma, pero ella se hace de rogar logrando que me ponga nerviosa.

-Emma... ¿Puedes contarnos ya lo que nos ibas a decir?

- ¡AnochedespuésdeestarenlahabitaciónconloschicosmefuiconRicky?- habla tan rápidamente que apenas puedo entenderla y por la cara de mis amigos, creo que ellos tampoco.

- Bien cielo, ahora repítelo a velocidad humana- le dice Polo sonriéndole y ella suspira.

-Está bien, lo que os he dicho es que anoche después de estar todos juntos en la habitación de los chicos me fui con Ricky.

- ¿Y? - dice Lili incitándola a hablar.

- Hicimos el amor.

- ¡Nena eso es genial! - Polo le abraza, siempre le ha encantado los cotilleos amorosos.

- No, no, no, no, no. Espera- dice Lili- ¿Acaba de decir hacer el amor? ¿Ha utilizado la expresión "hacer el amor" de verdad? - dice Lili totalmente incrédula.

-Sí, sí que lo ha hecho- afirmó yo feliz. Esa es mi Emma.

- ¡Dios mío Emma! ¡De verdad estás enamorada! ¡Es la primera vez que te oigo hablar así de alguien desde que tengo uso de razón! ¡No me lo puedo creer! -Lili se tira sobre nuestra amiga chillando de la emoción. Ya dije que estaba loca.

- ¡Ay nena esto es genial! ¡Ahora tienes que ser una gatita! - las tres miramos a mi amigo como si tuviera tres cabezas. ¿Qué dice? - No me miréis así. Ya sabéis, una gatita que cuida a su presa ¡grr!

Después de reírnos con los consejos de mi amigo sobre "cómo no quedarse soltero", salimos a comer con Ryan y con Dani, ya que hoy era sábado y no teníamos na mejor que hacer.
En todo el día solo recibo un mensaje de Marcos diciéndome que no lo espere, que ya nos veremos esta noche en la discoteca y que estaba entrenando para la última carrera, pero ni siquiera me había dicho contra quien corría, ni cuando era. Ni siquiera me había dicho que me echaba de menos o que me quería, me hubiese conformado con un "tengo ganas de verte", pero nada.
Yo sentía que nuestra relación había avanzado mucho después de aquella conversación que tuvimos en casa de sus padres donde le dije todo lo que sentía, ahora me contaba cosas de su infancia, de sus hermanos o incluso de las innumerables locuras que había hecho con los chicos a mi edad. Ahora me hacía caso y llamaba a su madre más a menudo, y yo que me moría por cada esfuerzo que hacía para mejorar nuestra relación, me derretía la mayoría de las veces que tenía la oportunidad de escucharle y apenas le hablaba de otra cosa que no fuera de mí.

-Ayúdame a cerrar la cremallera de este vestido por favor- le digo a mi amigo mientras le doy jalones a la cremallera que no me sube del trasero. - Él se acerca hacia mí para seguir mis pasos.

- No entiendo como tienes este cuerpo si no haces ni el huevo- me dice bromeando- listo.

- ¡Sí que hago! - le digo mirándome de un lado al otro en el espejo del baño.

-Cierto, se me olvidaba las horas que tienes que pasar al día en la cama con ese semental- ambos nos reímos mientras miro la hora en el móvil, por suerte no vamos mal de tiempo, ya hemos cenado y tenemos la habitación para nosotros solos porque las chicas están con sus respectivas parejas, vestidas y maquilladas. Miro de reojo a mi amigo que está guapísimo con sus pantalones chinos y su camisa, lo que me hace pensar en cómo irá vestido Marcos esta noche. Verle con camisa siempre es un placer.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora