—¿Y qué tal? —preguntó Amelia, mientras estaba sentada frente al doctor Spencer.
El hombre estudiaba los resultados de su prueba desde hacía varios minutos.
—Te equivocaste en dos...
Ella lo miró sorprendida.
—¿Solo en dos? —inquirió.
—Solo en dos... —reafirmó mientras seguía hojeando el examen—. Y en ambas te has equivocado solo por una estupidez, Amelia...
—Suele suceder... —murmuró avergonzada.
—Son muy buenos resultados. En base a esto, me veo en la obligación de ascenderte a tercer año... y sin complementarios, claro está. Estoy seguro de que no los necesitas, podrás rendir como cualquier buen alumno de tercer año del Imperial. Ya está todo en regla, he actualizado tu status en el sistema... felicitaciones...
—Muchas gracias, señor... —habló emocionada—. Esto es increíble, de verdad lo es.
—Debes tomar tus materias en la página web de la universidad, te dieron tu usuario y tu clave de acceso, ¿verdad?
—Sí, señor...
—Bueno, no te demores en hacerlo, las mejores materias se van rápido... —el doctor se puso de pie—. Será mejor que lo hagas hoy mismo.
Amelia también se levantó, y caminó en dirección a la salida, custodiada por Philip.
—Lo haré, hasta luego, doctor.
—Nos vemos...
Amelia caminó por un largo pasillo, en dirección a las escaleras.
Pensó en el pobre Omar, que había estado por horas esperándola en el auto. Decidió que le compraría algo en una de las pequeñas tiendas dentro de la universidad. Alguna bebida y unos snacks estarían bien.
Se encontraba camino a una que había visto en el segundo piso, cuando vio que el tipo que estaba en la logia de la biblioteca se acercaba a paso ancho.
Abrió con rapidez una libreta que traía en mano y se la enseñó.
—Consideré el coeficiente de resistividad, y me parece que llegué a un resultado plausible, ¿qué opinas?
Ella lo miró extrañada.
—¿Eres bipolar, o algo así? —preguntó Amelia.
El sujeto se irguió con elegancia, y le devolvió la mirada.
—No. —respondió serio
—Fuiste grosero conmigo, ¿y ahora esperas que te ayude a resolver tus ecuaciones?
El alto tipo miró hacia un lado, tratando de pensar.
—Está bien, tienes razón. —terminó por decir—. Me disculpo...
Estiró su mano en su dirección.
—Mi nombre es Benedict Cumberbatch... —la mujer no aceptó el saludo, frente a lo cual, él retiró su mano—. Soy investigador de la universidad, en el área físico-matemática.
—Amelia Wiśniewski, estudiante de tercer año en matemáticas...
—¿Tercer año? Nunca te había visto por aquí... —comentó él con sorna.
Ella lo miró de lado.
—Digamos que soy un traslado desde Estados Unidos...
—¿Americana? —soltó una pequeña risa.
—¿Qué es divertido sobre ser estadounidense? —preguntó ella.
—Nada, nada... es solo que... me divierte en lo que convirtieron nuestro idioma...
—¿Su idioma? —interrogó divertida.
—Soy inglés, adivina cómo se llama lo que tú hablas...
—Ruso, un poco de alemán e inglés norteamericano, por su puesto.
—¿Por qué un americano hablaría ruso? —preguntó interesado.
—Adiós... —dijo cuando comenzó a caminar lejos de él.
Él se quedó callado mientras ella se iba.
—Ah, y una cosa más... un idioma no pertenece solo a un país, aunque haya nacido ahí... los idiomas pertenecen a cualquiera que los hable, de la manera que sea... además, lo que tú hablas viene desde Germania, impuesto por los colonizadores del noroeste de Alemania y de los países bajos... deberías hablar alguna lengua celta, es lo que se hablaba aquí antes de tu inglés británico.
Y se marchó.
—Es una perra... —murmuró para él mismo—. Y una lista.
Don't forget to ★
✒Mazzarena
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Panacea Universal
Фанфик❝El que jamás ha llorado y sufrido en soledad, nunca podrá entender cuan dulce puede llegar a ser el verdadero amor❞ ➤En lugar de una larga parrafeada contándote de qué se trata esto, prefiero dejarte algunos comentarios de mis queridas lectoras: ❝L...