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Cómo todos los días cuando el reloj marca las 6:30am, despierta para bajar y prepararle el desayuno a su esposo. Antes de salir de la habitación le dedica una mirada al pequeño cuerpo que aún duerme sobre la cama, tiene el deseó de ir y acariciar su cabello para después besar su mejilla, pero no lo hace.

— Te espero abajo. — sabe que no le oye porque tiene el sueño pesado.

Abandona la habitación con una sonrisa en sus labios, baja las escaleras y se dirige a la cocina. Pone un poco de agua a hervir mientras busca el frasco de café y algunas otras cosas más para hacer el desayuno.

Disfrutá tener esos pequeños detalles con su esposo.

Cuando el agua está lista, vierte un poco en una taza, serviría dos pero sabe que su pareja tardará un poco más en despertar, así que solo sirve café para él. Su ceño se frunce y mira con extrañeza su taza, por alguna razón su café no tiene sabor, no le da importancia.

Unos pasos lentos y apenas audibles se escuchan por el pasillo a la cocina, se sorprende cuando ve a Tony entrar. Mira el reloj en la cocina y este marca las 7:10am y Tony normalmente se despierta después de las 10:00.

— ¿Tony qué haces despierto tan temprano? — se acerca a él pero el castaño pasa por su lado como si no lo hubiera visto. — ¿Tony?

Lo ver servirse una taza de café, no lo mira, solo mantiene la vista pegada a su taza. Trata de acercarse pero las palabras del castaño lo detienen.

— Te extraño.  — y con los mismos pasos silenciosos con lo que entró sale de la cocina.

Steve lo vio irse, dejandolo confundió. No recordaba haber discutido con él como para que estuviera enojado y no le dedicará siquiera una mirada, sabe que algo no anda bien, sale detrás de su esposo, lo ve ir hasta el sofá, se sienta pegando sus piernas a su pecho apoyando la taza de café entre sus manos sobre sus rodillas.

— ¿Cariño, que es lo que pasa?

No recibe respuesta y eso empieza a preocuparlo. Se acerca al castaño con pasos lentos.  Y al estar cerca de él, lo ve, ve como los hermosos ojos de su pareja están llenos de lágrimas, tiene ojeras unas muy marcadas.

— Tony, cariño, háblame, por favor. — lleva una de sus manos hasta acariciar su mejilla.

— ¿Steve, amor? Por favor vuelve.

— No me he ido, estoy aquí. Mírame.

Tony se levanta, y pasa de él, quiso detenerlo, alzó sus manos para ponerlas sobre el pecho del castaño para detenerlo, sin embargó se sorprendió cuando sus manos atravesaron el pecho de su esposo. Y no solo eso, Tony paso atreves de él.

— No, no, no,no. ¡Tony!  — gritó, pero Tony no se detuvo, no volvió su mirada, no lo escucho.

***************

Habían pasado unas horas y él no terminaba de entender que es lo que le estaba pasando, se quedó sentado en el sofá dónde había estado Tony pensando. Después de que intentará hablar con el castaño y de que se diera cuenta de lo que pasaba, su esposo había subido a su habitación de nuevo, dejó pasar unos minutos y subió a verlo, se había quedado dormido con la televisión encendida. Lo miro por unos minutos, se veía tan tranquilo pero su gesto no dejaba de ser triste a pesar de estar durmiendo.

Ahora está ahí, en las soledad de sala, pensando, tratando de encontrar respuestas. Sin embargó no había nada. No podía llegar a una sola conclusión

La cerradura de la puerta comenzó a hacer ruido sacándolo de su pensamientos, por un momento estuvo a punto de levantarse e ir a abrir el mismo, pero se detuvo cuando recordó su estado.

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⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

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Aún Estoy Aquí (Stony) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora