Lanzar un desafío semejante debería hacer que me sintiera mejor, pero no es así. No tengo muy claro si quiero que acepte, pues hacerlo significa que él me tiene en sus manos. No soy tan obtuso. Cualquier otro tío, al contemplar la posibilidad de follar, sería incapaz de ver más allá, pero a pesar de tenerla bien dura, soy consciente de que me está manipulando.
La cuestión es: ¿me apetece dejarme manipular?
Soy un hombre, ¿qué chorrada de pregunta es ésa? Pues claro que sí, ya me arrepentiré (si procede) más tarde.
Cruzo los brazos a la espera de que Kyungsoo haga el siguiente movimiento.
Él deja la cucharilla en el plato del helado, se agarra el bajo de la camiseta, se la saca de un solo movimiento, mete los dedos en el helado y se los acerca a la boca. No se los chupa, en vez de eso (como si no fuera ya suficiente desafío) se los desliza por el cuello, bajando lentamente por el pecho y después los unta de nuevo para frotarse los
pezones.-Estoy siendo tan egoísta y desconsiderado... -comenta con un suspiro, mirándome fijamente-. Yo aquí, comiendo como si no hubiera mañana, y ni siquiera te he ofrecido un poco para probarlo.
-Muy desconsiderado, sí -admito mientras recurro a toda mi fuerza de volunta para permanecer sentado y con actitud indiferente.
-De ahí que quiera compartir, aunque sea una pizca, este estupendo postre...
-Come tranquilo, hay más en la nevera -contesto y Kyungsoo disimula una sonrisa ante mis palabras que pueden parecer un rechazo, pero no lo son.
-Ah, genial -musita y utiliza de nuevo la cucharilla para atacar las natillas, si embargo, da la impresión de que así, por las buenas, haya perdido sus exquisitos modales, porque «accidentalmente» se mancha aquí y allá.
Aquí significa el muslo y allá el ombligo.
-Necesitas una servilleta -digo, tendiéndole una.
-Gracias -contesta, aunque sólo se limpia la comisura de los labios, al más puro estilo niño recatado.
-¿Vas a repetir?
-Sí... tomaré otra ración -murmura sugerente.
Eso implica que tengo que levantarme y sacar del frigorífico más cantidad, amén de acercarme a él para servírsela en el plato.
-Túmbate sobre la mesa, he cambiado de idea y al final sí me apetece tomar postre -le digo, con una ración de helado en la mano.
Mi tono ha sido lo bastante bajo y ronco como para que resulte evidente mi intención.
Kyungsoo inspira hondo sin dejar de mirarme y muy despacio se baja del taburete se acomoda sobre la mesa, dejándose caer con lentitud y ofreciéndose por completo a mí, como si de un ritual Nantaimori(en el cuerpo del hombre) se tratara.
Yo ya he presenciado antes este tipo de práctica el nyotaimori, pero con una mujer profesional entrenada para permanecer inmóvil , y lo he hecho sin ninguna emoción; sólo lo disfrutan los que se fijan tan sólo en la desnudez de la mujer.
Lo más interesante del nyotaimori(en el cuerpo de la mujer) es observar las reacciones de la mujer en cuestión, cómo contiene la respiración cuando alguien la roza, cómo se excita e intenta disimularlo o cómo termina moviéndose, saltándose las normas. Pero es la primera vez que practico el ***Nantaimori y quiero que sea con Kyungsoo, aunque dudo mucho que se contenga y lo más probable es que ya esté cachondo, así que será divertido.
Vierto parte del contenido del helado sobre su ombligo y él sisea ante la impresión. Dejo el cuenco a un lado y con la yema del dedo extiendo el helado llegando hasta el elástico de los bóxers pero sin apartarlos.
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Guardemos el secreto
Romansa« ¿Quieres pasar una noche inolvidable? ¿Asistir a eventos exclusivos? ¿Cenar en los mejores restaurantes? ¿Codearte con gente vip? Perfecto, aquí me tienes. A cambio sólo te pido una cosa: a la mañana siguiente ahórrame, por favor, escenas romántic...